sábado, 12 de noviembre de 2011

Santoral Católico 12 de noviembre

  • San Martín I, Papa y Mártir
  • San Millán de la Cogolla, Abad
  • San Nilo El Viejo, Patriarca
  • San Machar o Mauricio, Obispo
  • San Cuniberto, Obispo de Colonia
  • San Livino, Obispo y Mártir
  • Santos Benito y Compañeros, Mártires
  • San Astrik, o Anastasio, Arzobispo de Hungría
  • San Josafat, Mártir
  • Beato Rainiero de Arezo, Fraile franciscano
  • Beato Juan de la Paz, Ermitaño de la Tercera Orden Franciscana
  • Beato Gabriel de Ancona, Fraile franciscano

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. 
R. Deo Gratias.

SAN MARTÍN I
Papa y Mártir

n. en Todi (Toscana), Italia; † 655 en Cherson, Crimea

Sufrid, pues, la corrección.
Dios se porta con vosotros
como con hijos. Porque, ¿cuál es el hijo,
a quien su padre no corrige?
(Hebreos, 12, 7)

San Martín, Papa, fue puesto en prisión por orden de Constante II, emperador de Oriente, por haber condenado la herejía de los monotelitas. Permaneció 92 días sin ver a nadie, después de lo cual fue exilado en el Quersoneso. Jesucristo estaba siempre presente a su espíritu, y el pensamiento de que sufría por su causa constituía su único e inmenso consuelo. Murió en el destierro, como consecuencia de la miseria y malos  tratos que se le hizo sufrir, el año 655, después de 6 años de pontificado.


MEDITACIÓN
SOBRE LAS PENAS DEL PECADO

I. Tal es el odio de Dios por el pecado, que no hay suplicios que no emplee para castigarlo en esta vida y en la otra. En esta vida, el pecado nos priva de la gracia de Dios, echa al Espíritu Santo de nuestro corazón, y nos despoja de la calidad de hijos de Dios para hacernos esclavos del demonio. Por el pecado, perdemos nuestros derechos al cielo y los méritos que hemos adquirido mediante nuestras buenas obras. En una palabra, nos hacemos enemigos de Dios y objeto de su cólera. Un solo pecado mortal atrae sobre nosotros todos estos males.

II. En la otra vida, un solo pecado mortal nos precipitará al infierno, es decir, que el pecador perderá el paraíso y será privado de la vista de Dios; será atormentado en todas las partes de su cuerpo y en todas las facultades de su alma durante toda Dios la eternidad. Así es como los demonios y los condenados desde ahora son castigados; y es justo que sean castigados durante toda la eternidad, porque han querido vivir sin fin para pecar sin fin. (San Gregorio).

III. No puedes proporcionar mayor placer al demonio, tu más cruel enemigo, que ofendiendo a Dios. Nada puedes hacer más desagradable a Dios, a Jesucristo, a la Santísima Virgen y a toda la corte dd celestial, que cometer un pecado. Nada puedes hacer más perjudicial a tu alma. ¡Desventurado de mí ¿por qué precipitarme tan contento en el infierno? ¡Para agradar al demonio, que nunca me hizo sino mal, ofendo a Dios que tanto me ha amado!

La huida del pecado
Orad por los Obispos

ORACIÓN

Pastor eterno, considerad con benevolencia a vuestro rebaño, y guardad lo con protecci6n constante por vuestro bienaventurado mártir y Soberano pontífice Martín, a quien constituisteis pastor de toda la Iglesia. Por J. C. N. S. Am

Fuente: http://devocioncatolica.blogspot.com/

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