miércoles, 30 de junio de 2010

La Cruz modelo de todas las Virtudes


El Doctor Angélico en su Exposición sobre el Credo nos muestra como Jesucristo en la cruz es el modelo de todas las virtudes:
La pasión de Cristo basta para servir de guía y modelo a toda nuestra vida. Pues todo aquel que quiera llevar una vida perfecta no necesita hacer otra cosa que despreciar lo que Cristo despreció en la cruz y apetecer lo que Cristo allí apeteció. En la cruz hallamos el ejemplo de todas las virtudes.
Si buscas un ejemplo de amor: “Nadie tiene más amor que el que da la vida por sus amigos” (Jn 15,13). Esto es lo que hizo Cristo en la cruz. Y, por esto, si él entregó su vida por nosotros, no debemos considerar gravoso cualquier mal que tengamos que sufrir por él.
Si buscas un ejemplo de paciencia encontrarás el mejor de ellos en la cruz. Dos cosas son las que nos dan la medida de la paciencia: sufrir pacientemente grandes males, o sufrir, sinrehuirlos, males que podrían evitarse. Ahora bien, Cristo en la cruz sufrió grandes males y los soportó pacientemente, ya que en su pasión “no profería amenazas; como cordero llevado al matadero, enmudecía y no abría la boca” (Hch 8,32). Grande fue la paciencia de Cristo en la cruz: “Corramos en la carrera que nos toca, sin retirarnos, fijos los ojos en el que inició y completa nuestra fe: Jesús, que, renunciando al gozo inmediato, soportó la cruz, despreciando la ignominia” (Heb 12,2).
Si buscas un ejemplo de humildad, mira al crucificado: él, que era Dios, quiso ser juzgado bajo el poder de Poncio Pilato y morir.
Si buscas un ejemplo de obediencia, imita a aquel que se hizo obediente al Padre hasta la muerte: “Si por la desobediencia de uno -es decir, de Adán- todos se convirtieron en pecadores, así por la obediencia de uno todos se convertirán en justos” (Rom 5,19).
Si buscas un ejemplo de desprecio de las cosas terrenas, imita a aquel que es “Rey de reyes y Señor de los señores, en quien está encerrados todos los tesoros del saber y el conocer” (Col 2,3), desnudo en la cruz, burlado, escupido, flagelado, coronado de espinas, a quien, finalmente, dieron a beber hiel y vinagre.
No te aficiones a los vestidos y riquezas, ya que “se repartieron mis ropas” (Mt 27,35); ni a los honores, ya que él experimentó las burlas y azotes; ni a las dignidades, ya que “le pusieron una corona de espinas, que habían trenzado” (Mt 27,29); ni a los placeres, ya que “para mi sed me dieron vinagre“ (Jn 19,28-29).

Encuentro del 30 de junio de 2010 - Los Sacramentos

Comenzamos el encuentro con una dinámica que consistió en armar la portada de un diario donde se destaque la noticia del descubrimiento de una cura para todos los males.
Luego charlamos sobre nuestas experiencias personales ligadas a las "curas" que encontramos en la Iglesia.
Para el análisis del temas vimos el siguiente texto:




Los Siete Sacramentos

FE Y EVANGELIO
LOS SIETE SACRAMENTOS
'Luego me mostró el río de agua de Vida, brillante como el cristal, que brota del trono del Cordero' Apocalipsis 22,1
¡JESUS SALVA!
¿BASTA ACEPTAR A CRISTO COMO NUESTRO ÚNICO SALVADOR?
Si hay una verdad en la que todos los cristianos estemos de acuerdo esta es: Jesucristo es nuestro único Salvador.
Porque como dice S. Pedro: 'No hay otro nombre por el cual podamos ser salvos.' Hechos 4,12.
Si es importante saber que Jesús salva, no lo es menos saber ¿COMO SALVA JESUS? En efecto, supón tú que el
avión en el que viajas se está quemando. Este avión lleva paracaídas para que puedas salvar tu vida, pero si tú saltas
sin paracaídas, o te niegas a usarlo, tú no te salvas.
Yahvé salvó a Noé y su familia del diluvio, pero los salvó por medio del arca que Él les mandó construir.
Lo mismo pasa con Jesús: Él es nuestro único Salvador, pero si yo no uso los medios que Él me da para salvarme, no
me salvo.
Lee el pasaje de las diez vírgenes en Mateo 25, 1. Las diez sabían que Jesús era su Señor y Salvador. Las diez
esperaban que Jesús las dejaría entrar al Reino, todas ellas sabían lo mismo, todas ellas creían lo mismo, pero sólo
cinco se salvaron: las prudentes. Sólo ellas hicieron aquello que Jesús quería: mantener la luz del alma encendida
(Lee: Juan 11,9-10). Y cuando llegó el Señor sólo ellas entraron en el Reino. Después llegaron las 5 imprudentes,
reconocieron a Jesús como su Señor y así le llaman: 'Señor, Señor, ábrenos', pero El les respondió: 'No os conozco'.
¿Por qué? Porque sabían que Jesús, su Señor salvaba, pero no hicieron lo que Jesús, su Señor y Salvador mandaba.
Lo mismo pasa con Jesús: Él es nuestro único Salvador, pero si yo no uso los medios que Él me da para salvarme, no
me salvo.
¿CÓMO NOS SALVA JESÚS?
¿CÓMO NOS COMUNICA LA VIDA?

Jesús nos salva comunicándonos su misma vida. El mismo dijo: 'Yo he venido para que tengan vida y la tengan en
abundancia'. Esa vida por ser divina y totalmente gratuita la llamamos vida de gracia o vida sobrenatural. Cuando yo
vivo en gracia la lámpara de mi alma está encendida, brilla en mí la luz de Cristo; cuando yo vivo en pecado mortal mi
lámpara está apagada, vivo yo en tinieblas.
Esta vida sobrenatural se me comunica a través de los siete sacramentos.
El Papa nos enseña: 'Cuando recibimos los sacramentos recibimos la vida de Jesús, vivimos la vida divina, nos
asemejamos a Jesús. Es Cristo mismo, con su fuerza, mediante el Espíritu Santo que obra en nosotros esa semejanza.'
Juan Pablo II a los niños. 22/01/84.
LA IGLESIA NOS ENSEÑA
Adheridos a las doctrinas de las Santas Escrituras, a las tradiciones apostólicas y al sentimiento unánime de los
Padres, profesamos que 'los sacramentos de la Nueva Ley fueron todos instituidos por nuestro Señor Jesucristo' CIC
n.1114 ss.
Los sacramentos están ordenados a la santificación de los hombres, a la edificación del Cuerpo de Cristo y, en
definitiva, a dar culto a Dios, pero como signos, también tienen un fin pedagógico. No sólo suponen la fe, sino que a la
vez la alimentan, la robustecen y la expresan por medio de palabras y cosas; por esto se llaman sacramentos de la fe.
Confieren ciertamente la gracia, pero también la celebración prepara perfectamente a los fieles para recibir con fruto la
misma gracia, rendir el culto a Dios y practicar la caridad.
Por consiguiente, es de suma importancia que los fieles comprendan fácilmente los signos sacramentales y reciban con mayor frecuencia posible aquellos sacramentos que han sido instituidos para alimentar la vida cristiana. 'Sacrosantum
Concilium' # 59. Estudia CIC (Catecismo de la Iglesia) 1122 ss.
¿PORQUÉ 7 SACRAMENTOS?
Porque 7 son las etapas de la vida. Hay una gran semejanza entre las etapas de la vida natural y las etapas de la vida
sobrenatural' Lee: Catecismo de la Iglesia Católica (CIC n. 1210).
1. En la vida natural hay que nacer.
En la vida sobrenatural hay que nacer del agua y del espíritu. Lee: Juan 3,5. Nuestra madre la Iglesia nos engendra por
el Bautismo.
2. En la vida natural hay que crecer y dar fruto.
En la vida sobrenatural la Confirmación lleva a su desarrollo y hace fructificar esa vida recibida en el Bautismo. Lee:
Juan 15,16.
3. Para vivir es necesario alimentarnos.
En la Eucaristía Cristo, el Pan de Vida, nos nutre con su cuerpo y su sangre. Lee: Lucas 22, 19.
4. En la vida natural enfermamos y necesitamos medicina para recuperar la salud.
En la vida sobrenatural Jesucristo, médico de las
almas (Lee: Mateo 9,12), nos ofrece el sacramento de la Reconciliación para sanar las heridas del pecado: Lee: CIC
n.1421.
5. En la vida natural buscamos formar un hogar.
En la vida sobrenatural Cristo quiere que los esposos se amen como El ama a su Iglesia (Lee: Efesios 5,25): para eso
instituyó el Matrimonio.
6. En la vida natural necesitamos de una autoridad que ordene la vida social.
En la vida sobrenatural el Reino de Cristo en este mundo exige una autoridad, unos pastores que apacienten las ovejas
de Cristo, para ello Cristo instituyó el Sacerdocio.

7. La vida natural llega a su ocaso y morimos.
La Unción de los Enfermos nos conforma con la muerte y resurrección de Cristo: Lee: CIC n. 1523.
¿BASTA SÓLO EL BAUTISMO?
¿QUIÉN INVENTÓ EL ARCO IRIS?
En efecto, Cristo dijo: 'Quien no nace del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios'. Juan 3,5. Pero
Jesucristo nunca dijo: 'Basta tan sólo nacer del agua y del Espíritu para entrar en el Reino de Dios'. Y ¡claro! ¿cómo iba
a bastar? Aquél que es la Vida verdadera ¿cómo nos iba a dar la vida a medias? Si la vida natural tiene siete etapas
¿por qué Cristo iba a hacer la vida sobrenatural menos perfecta? Algunos cristianos objetan: 'Yo no veo los siete
sacramentos en la Biblia, para mí son un invento de la Iglesia Católica'.
¡Claro que no los ves! De la misma manera que tú no ves los siete colores del arco iris si no tienes un prisma. Nosotros
sí los vemos porque tenemos un prisma que es la Iglesia. El prisma no inventa los colores de la luz, simplemente los
separa y distingue para que tu ojo los pueda percibir con claridad y nitidez. Lo mismo la Iglesia, ella no inventa los
sacramentos, simplemente nos ayuda a distinguir con claridad lo que la Biblia enseña.
Sin el prisma yo no podría distinguir los siete colores en un rayo de luz. Sin la Iglesia yo no puedo percibir los siete
sacramentos contenidos en la luz de la Palabra Divina.
LOS SACRAMENTOS EN LA BIBLIA
SIETE PRUEBAS DE LA FE
Bautismo.
'Y acercándose Jesús les dijo: Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra; id pues y enseñad a todas las
gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo'. Mateo 28,18-19.
Confirmación.
'Cuando los apóstoles oyeron cómo había recibido Samaria la palabra de Dios, enviaron a Pedro y a Juan, los cuales
bajando, oraron sobre ellos para que recibiesen el Espíritu Santo, pues aún no había venido sobre ninguno de ellos;
sólo habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús. Entonces les impusieron las manos y recibieron el Espíritu
Santo'. Hechos 8, 14-17.
Eucaristía.
'Tomando pan se los dio diciendo:  ́Este es mi cuerpo que es entregado por vosotros, haced esto en memoria mía. ́ Así
mismo el cáliz... diciendo:  ́Este es el cáliz de la Nueva Alianza en mi sangre que es derramada por vosotros ́ '. Lucas
22, 19-20.
Confesión.
'Diciendo esto sopló y les dijo:  ́Recibid el Espíritu Santo, a quien perdonéis los pecados les serán perdonados, a quien
se los retuviereis, les serán retenidos ́ '. Juan 20, 22-23.
Unción de los enfermos.
'¿Alguno entre vosotros enferma? Haga llamar a los presbíteros de la Iglesia y oren sobre él, ungiéndole con el óleo en
el nombre del Señor'. Santiago 5,14.

Sacerdocio.
'Les constituyeron presbíteros en cada iglesia por la imposición de las manos, orando y ayunando y los encomendaron
al Señor'. Hechos 14, 23.
Matrimonio.
'En cuanto a los casados, el precepto no es mío sino del Señor, que la mujer no se separe del marido y de separarse,
que no vuelva a casarse o se reconcilie con el marido y que el marido no repudie a su mujer'. 1 Corintios 7, 10-11.
CONCLUSION.
Los 7 Sacramentos, sí están en la Biblia, el que tú no los veas o lo ignores no quiere decir que no existan.
Eucaristía. Muchos no obedecen a Cristo que dice: 'Haced esto en memoria mía'. Otros obedecen pero no creen a
Cristo que dice: 'Esto es mi cuerpo'. Nosotros con Santo Tomás de Aquino confesamos: 'La vista, el gusto, el tacto se
equivocan, pero yo creo lo que sale de Tu boca.'
Matrimonio. Jesucristo mandó: 'Lo que Dios ha unido no lo separe el hombre'. Lee: Mateo 19,10. Las iglesias de origen
protestante autorizan el divorcio. ¿Cómo podemos escuchar a quien no obedece a Cristo?
Confesión. Santiago ordena: 'Confesaos los pecados unos a otros'. Lee: Santiago 5,16. Pero algunos dicen: 'Yo no me
confieso con ningún hombre pecador como yo, yo sólo me confieso con Dios'. ¿De qué sirve saber mucha Biblia si
después no obedecen lo que la Biblia manda?
Bautismo. Hay quien dice que no hay que bautizar a los niños, porque éstos no tienen pecado. Pero la Biblia enseña
que todos nacemos con pecado. Lee: Salmo 50 (51) v. 7.
Santiago dice: 'Si alguno enferma, que llamen a los presbíteros ('ancianos' en griego) de la Iglesia'. Lee: Santiago 5,14.
¿A quién llaman ellos si no creen en el sacramento del Sacerdocio? ¿A los ancianos del asilo? ¿Cuál Iglesia? ¿No
dicen ellos que la Iglesia es invisible? Como ves, la fuerza de las sectas está en la ignorancia e inacción de los
católicos. Cumple tu deber de evangelizar adquiriendo y distribuyendo FE Y EVANGELIO.
ORACIÓN.
Señor Jesús tú eres mi único Salvador y por eso acepto los medios que tú me das para salvarme. Quiero renacer a la
vida por el Bautismo, fortalecerme con tu poder por la Confirmación, alimentarme de ti en la Eucaristía, abrazarte en la
Confesión y obedecerte en el Sacerdocio. Amén.
Hermano cristiano:
Si tú aceptas lo que la Biblia dice ¿Por qué no aceptas los siete sacramentos cuando yo te lo estoy probando con la Biblia? ¿Por qué cuando tú me das una cita, yo sí debo aceptar lo que tú me dices y cuando yo te doy una cita no
aceptas lo que yo digo?. Te voy a decir por qué: Porque tú no crees en la Biblia sino en lo que tú entiendes de la
Biblia.(Principio protestante del juicio privado). Esto es como creer que el mar es tan sólo el agua que me cabe en el
hueco de la mano.
Católico confundido:
La Iglesia de Cristo te ofrece siete sacramentos. No hay ninguna que te ofrezca más, todas te ofrecen menos. ¿Por
qué? Porque a la Iglesia Católica, como a Cristo mismo, todos le imitan pero ninguno le supera.
Católico apático:
¿De qué te sirve saber que hay siete sacramentos si vives como si no existieran?


 

 

jueves, 24 de junio de 2010

Encuentro del 22 de Julio de 2010 - La Realeza de Nuestro Señor Jesucristo

En el encuentro del martes hablamos sobre nuestras experiencias personales de cercanía o lejanía de Dios, primero tratar de describir aquello que se siente cuando Cristo no reina en nuestra vida, y luego el gozo y felicidad que experimentamos cuando Jesucristo señorea en nuestras vidas.
Pero sin quedarnos en lo subjetivo, pasamos a lo objetivo tratando de determinar si hoy Cristo reina, por qué es Rey, de qué es Rey y quienes son sus soldados.

Para ello utilizamos dos textos:

1- Realeza de Cristo
Autor: Padre Nicolás Schwizer
En aquel tiempo preguntó Pilato a Jesús: «¿Eres tú el rey de los judíos?» Jesús le contestó: «¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?» Pilato le respondió: «¿Acaso soy yo judío? Tu pueblo y los sumos sacerdotes te han
entregado a mí. ¿Qué has hecho?» Jesús le contestó: «Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuera de este mundo, mis seguidores habrían luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero no, mi Reino no es de aquí».
Pilato le dijo: Conque ¿tú eres rey? Jesús le contestó:«Tú lo dices: soy Rey. Yo nací y vine al mundo para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz».
Reflexión
Las Lecturas bíblicas nos hablan de la realeza universal de Jesucristo.
El pueblo judío estaba esperando, ya desde siglos, la llegada del Mesías y de su reino mesiánico. Pero la mayoría de los israelitas pensaban en el Mesías como en un Rey político, terreno y nacionalista.
En cambio, Jesús rechaza categóricamente este concepto mundano de su mesianismo. Su reino se edifica en este mundo, pero no tiene nada que ver con los reinos terrenales. En varias oportunidades quieren proclamarle rey, pero cada vez Jesús se esconde.
Él se declara rey recién cuando esta afirmación ya no causa ningún peligro. Está solo, prisionero, las manos atadas a su espalda, coronado de espinas, delante de Pilato: “Tú lo dices, yo soy rey”. Y, además, quiere explicar para siempre: “Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí”.
Jesús no hace competencia a ninguna potestad humana, porque Él es Rey de los hombres en otro nivel superior. En otra ocasión nos dice, en qué sentido entiende Él su realeza: “Los reyes de las naciones las tiranizan y reciben el
nombre de bienhechores. Pero yo no: yo estoy en medio de vosotros como el que sirve”.
Jesucristo, nuestro Rey y Dios, se pone al servicio de los hombres durante toda su vida terrenal. Y es el Rey del mundo, porque ha amado tanto el mundo que le ha dado su vida en la cruz. Cristo no ha triunfado sino por medio del fracaso, del sufrimiento y de la muerte.
El monte del Calvario es su investidura como Rey, la cruz su trono improvisado, la corona de espinas su insignia. Y así dice la inscripción en la cruz: “Este es el Rey de los judíos”.
Aunque los soldados se burlen y los judíos se enojen de esta inscripción, nosotros sabemos que desde entonces Él es Rey verdaderamente.
El reinado de Cristo llega a su perfección en su resurrección y ascensión. Porque con ellas se glorifica Jesús como Creador y Señor del mundo. Desde entonces está sentado a la derecha del Padre en su trono y ejerce su reinado
universal sobre todos los seres. Es lo que nos revelan la primera (Daniel 7, 13-14) y la segunda (Apocalipsis 1, 5-8) lecturas, cuando nos presentan la
realeza de Cristo sobre el mundo creado y redimido.
Cristo Rey ilumina también la condición cristiana de todos nosotros. Porque el ejemplo de Cristo vale para cada cristiano. Por eso nos dice en su Evangelio: “Quien quiere ser grande entre vosotros, que se haga vuestro
servidor, y el que quiere ser el primero entre vosotros, que sea el siervo de todos”.
Así toda la autoridad cristiana imita la de Cristo. El primado del Papa es un primado de función y de servicio. El título más hermoso de los Papas es el de “Siervo de los siervos de Dios”. Y nuestro Santo Padre Juan Pablo II fue tan
querido porque se manifestó como Buen Pastor, como un siervo que ama y respeta a todos los hombres.
También la Iglesia - y con ella todos sus representantes - sabe que está al servicio de los hombres. Sabe que ha venido, como su Maestro, no a dominar sino a servir. Y así está renunciando más y más a todo poder terreno, para no
ejercer más que el poder del amor.
O pensemos en la autoridad de los padres sobre los hijos: no debe ser un poder de dominio, sino una invitación a una entrega cada vez mayor, a un amor cada vez más desinteresado y respetuoso. Será jefe el que ama más. Será jefe el que más se asemeja a Cristo Rey, que está en medio de nosotros como uno que sirve.
¡Cómo cambiarían nuestras parroquias, nuestras obras, nuestras familias y nuestros gobiernos, si aquellos que quieren ser los primeros se hicieran realmente los servidores de todos!
Queridos hermanos, nosotros, los que somos de Cristo, debemos inaugurar su reinado en nuestro ambiente - nuestras familias, nuestros grupos, nuestras parroquias, nuestros lugares de trabajo - haciéndonos en medio de los demás cada uno el servidor de todos ellos.
Esto es lo que nuestro Rey espera de nosotros. Y para ello vamos a recibir su ayuda en esta Eucaristía, comiendo de su pan celestial.
¡Qué así sea!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Padre Nicolás Schwizer
Instituto de los Padres de Schoenstatt

2)¿Cómo es nuestro Cristo Rey?
Autor: P. Antonio Rivero, L.C. | Fuente: Catholic.net


OBJETIVO
Renovar nuestra ilusión de trabajar por Cristo Rey, a fin de llevar su Reino a nuestro alrededor, a nuestra familia, a
nuestros amigos.
PETICIÓN
Señor Jesucristo, Rey del Universo, te pido la gracia de que establezcas tu Reino de paz, de verdad, de amor, de esperanza y de pureza, en mi corazón, para que después me lance a llevar bien alta tu bandera, esa bandera cuyos
colores me trazaste en las bienaventuranzas (Mateo 5, 1-8).
PUNTOS DE REFLEXIÓN
1. ¿Cómo es nuestro Cristo Rey? Cuando vino hace dos mil años, vino oculto en pañales, en la humildad, sencillez, pobreza, mansedumbre. No quiso imponerse, sino proponerse. No quiso ser temido, sino acogido y amado. No quiso hacer ruido, sino pasar desapercibido. Se dejó alimentar, enseñar, adoctrinar. Caminó, se cansó, tuvo sed, lloró. Fue amado por uno hasta la locura del martirio. Y odiado por otros, hasta llevarle a la muerte. Un Rey que guardó la espada de su justicia, para desplegar sólo la capa de su misericordia, que tendía a todos los que a Él se acercaban. Un Rey que salió a la conquista del mundo, no con un ejército de fieros guerreros, adiestrados en artes marciales o bélicas; sino con un minúsculo equipo de humildes pescadores, que sólo sabían el arte de pescar y remendar las redes. Un Rey
que anunció su Reino maravilloso de paz, de humildad, de pobreza, de pureza, de verdad.
Un Rey que prefirió morir por sus súbditos, y así salvarnos. Pero un Rey que resucitó, se fue al Cielo, nos dejó su presencia viva en la Eucaristía y en los sacramentos. Y un Rey que vendrá Glorioso, al final de los tiempos para
desplegar su Justicia y dar su premio a quienes lucharon con Él.
2. ¿Cuál es el objetivo de este Rey? El plan estratégico de Cristo Rey es llevar su Reino a todas partes, no por las armas, ni por la violencia, ni por el engaño, sino por la fuerza del amor. Llevar su Reino de justicia, que destruya toda injusticia. Su Reino de amor, que acabe con los odios y egoísmos. Su Reino de verdad, que aniquile la mentira y los errores doctrinales. Su Reino de paz, que suplante a la guerra. Su Reino de pureza, que limpie toda inmundicia.
Su Reino de vida, que termine con esa terrible cultura de la muerte (aborto, eutanasia, manipulación genética). Su Reino de luz, que desenmascare a las falsas antorchas del liberalismo, neomodernismo, tecnicismo que pretenden
iluminar nuestra sociedad y lo único que están logrando es dejarnos bizcos y ciegos para las cosas espirituales y echar de un plumazo a Dios de la esfera política, económica y social. Su Reino de desprendimiento interior, que desate todas esas cadenas que nuestro mundo y del dinero nos pone, arrebatándonos la verdadera libertad interior. Su Reino de esperanza, que anime a los desalentados y desilusionados de la vida. Su Reino de verdadera alegría, que supla esa otra alegría postiza y ligera de los fáciles placeres. Su Reino de fe, que disipe el ateísmo, el agnosticismo y el indiferentismo religioso que cunden en nuestro mundo; y que acabe con esos movimiento pseudorreligiosos que intentan robar nuestra fe y mezclarla con elementos paganos.
3. ¿Cuáles son las exigencias de Cristo Rey? Son tres: negarse a sí mismo, tomar la cruz de cada día y seguir las huellas de este Rey, llevando en la mano y en el corazón su estandarte y su bandera. Negarse a sí mismo significa luchar para contrarrestar esas tendencias desordenadas que todos llevamos dentro desde el pecado original: la tendencia a la ambición, a los apegos, a la vida fácil, al egoísmo, al disfrute sin freno, a la vanidad, a la soberbia, a querer tener la razón, a imponerme. El medio para negarnos es la mortificación de nuestro cuerpo, de nuestros sentidos...y la búsqueda de cuanto me cuesta por amor a Cristo. Tomar la cruz cada día significa mirar la cruz de frente, no rehuir, ni acortarla, ni cubrirla de terciopelo para que no me moleste, agradecerla todos los días a Dios, llevarla con serenidad, paciencia y, si es posible, con alegría interna...Todos los días, no sólo cuando no me pesa.
Seguir las huellas de Cristo significa que tengo que poner mi pie donde Jesús lo ha puesto, pues Él va delante marcando el camino. Llevando su bandera con orgullo, con amor y alegría y clavándola en mi casa, en mi trabajo, en
todas partes donde vaya.




Y para terminar nuestro discernimiento cristiano de acuerdo al Magisterio de la Iglesia Católica Apostólica Romana, comentamos una síntesis de la Encíclica Quas Primas, del Sumo Pontífice Pio XI, una encíclica que tiene mas de 80 años pero que podemos considerar profética.






Link: QUAS PRIMAS








La encíclica de Pio XI, nos muestra que nos hallamos rodeados, emboscados, por terribles enemigos, grandes males, y como conjunción de éstos por amargos frutos.
Los terribles enemigos son el Laicisismo Integral y la Apostacía General de la Sociedad. El Laicisismo integral niega cualquier vestigio de la Verdad Revelada, consigna que todo lo que lleva el signo de Cristo debe ser desterrado.
El segundo enemigo, mucho mas terrible es la Apostacía, que consiste en un combate de la Fe previamente negada, es el rechazo, la profanación por los que eran o dicen ser fieles. Es hacer a la Iglesia como el Mundo quiere. Es servir al reino de la Satanás y a la potestad de las tinieblas, es hacer de la Verdadera Religión (Católica Apostólica Romana) una falsa religión. Desgraciadamente en nuestra Iglesia muchas veces hay un proceso disimulado de autodrestrucción por no cimentarnos en La Verdad (Cristo), y nos encontramos con la realidad de falsos cultos, una religiosidad fenomenológica, inmanentista y sentimentalista que empieza a predominar en negación a la Verdad Revelada.
Los grandes males son el rechazo de Jesucristo en la vida pública y privada, y la búsqueda de una paz internacional de espaldas a Cristo, siguiendo a Santo Tomás si la Paz es la tranquilidad del orden, si negamos al Ordenador que es Cristo Rey, nunca habrá una verdadera paz en el mundo porque a diferencia de la paz del mundo, Cristo nos da la Paz que procede de Dios, porque el no da la Paz como la da el mundo.
Y como consecuencia de los terribles enemigos y los grandes males surgen los amargos frutos que tanto se destacan en la sociedad moderna, la discordia, la codicia, las rivalidades, el egoísmo, la comodidades particulares, la desmembración de la familia, la epidémia de los errores heréticos, y muy especialmente se encarga de señalar el Sumo Pontífice el cansancio de los buenos y el acostumbramiento al mal.
Ante este panorama desolador debemos recordar ésta sabia frase de Juan Pablo II "No Tengaís Miedo" porque hay una esperanza porque tenemos una Doctrina, un Amor y un Combate.
Nuestra Doctrina es la de la Realeza de Nuestro Señor Jesucristo, Cristo es Rey, y realmente lo es, lo es  a causa del supremo grado de excelencia que posee y que le encumbra entre todas las cosas creadas. Así, se dice que reina en las inteligencias de los hombres, no tanto por el sublime y altísimo grado de su ciencia cuanto porque El es la Verdad y porque los hombres necesitan beber de El y recibir obedientemente la verdad. Pero también lo es en un sentido real y propio que es confirmado escriturísticamente, Cristo es Rey porque toda potestad le ha sido dada en el Cielo y en la Tierra, Él es Rey, Juez y Legislador Supremos a él debemos obedecer. Por eso debemos afirmar la real soberanía de Cristo sobre las sociedades humanas y tomar su voluntad como nuestro criterio de vida.
Tenemos un Amor, no el amor del mundo, sino el Amor Cristiano, el amor a la Cruz, siguiendo a Santo Tomás en la crucificción se hayan todas las virtudes, el amor, la obediencia, la paciencia;la cruz es el summun de las virtudes.
Y tenemos un combate contra los criminales propósitos del laicisimo integral y de la apostacía superando nuestros temores y vergüenzas convirtiendonos en verdaderos combatientes de y por los Derechos de Dios. Estamos llamados a iniciar en nuestras vidas, y continuar esa Cruzada que dieron durante muchas generaciones los cristianos contra el reinado de satanás, debemos ser soldados del ejército cristero, intransigentes con el error sin ceder en nada hasta lograr instaurar todas las cosas en Cristo (Omnia Instaurare In Christo)





Por último iluminamos nuestra reflexión con el Evangelio según San Mateo
18 Acercándose, Jesús les dijo: "Yo he recibido todo poder en el cielo y en la tierra.

19 Vayan, entonces, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, 20 y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Y yo estoy con ustedes hasta el fin del mundo".


miércoles, 16 de junio de 2010

Encuentro del 15 de junio de 2010 - Comunicación en los tiempos de las nuevas tecnologías

En el encuentro del martes hablamos sobre nuestras experiencias con las nuevas tecnologías, sobre como impactan en nuestra comunicaciones con nuestros amigos y prójimos, Luego reflexionamos en base a los dos textos que a continuación se transcriben y por último vimos unos videos de Su Santidad Benedicto XVI comentandonos los beneficios de las nuevas tecnologías para el conocimiento de la Verdad, y para realizar la Evangelización. Se nos habla del mundo virtual, del mundo digital como si ello sólo fuera una ilusión, los católicos debemos saber que si bien los medios son virtuales, la comunicación y los mensajes son reales, y tienen la potencialidad de transformar la realidad, por lo que debemos actuar con prudencia y responsabilidad, y como instrumento de evangelización en éste tercer milenio



Evangelio y cultura informática
Autor: Juan Pablo II
El anuncio del Evangelio en la actual cultura informática
Mensaje de S.S. Juan Pablo II para la XXIV Jornada mundial de las Comunicaciones Sociales, 27 de mayo de 1990
Hermanos y hermanas, queridos amigos:
En una de sus plegarias eucarísticas, la Iglesia se dirige a Dios con estas palabras: 'A imagen tuya creaste al hombre y le encomendaste el universo entero, para que, sirviéndote sólo a ti, su Creador, dominara todo lo creado' (Plegaria eucarística IV).
Para el hombre y la mujer así creados y enviados por Dios, cualquier día de trabajo tiene un sentido grande y maravilloso. Las ideas, actividades y empresas de cada persona, por muy ordinarias que sean, sirven al Creador para renovar el mundo, llevarlo a su salvación, hacer de él un instrumento más perfecto de la gloria divina.
Hace casi veinticinco años, los Padres del Concilio Vaticano II, al reflexionar acerca de la Iglesia en el mundo moderno, manifestaron que los hombres y las mujeres, por los servicios prestados a su familia y a la sociedad en sus quehaceres ordinarios, con razón pueden pensar que con su trabajo 'desarrollan la obra del Creador... y contribuyen de modo personal a que se cumplan los planes de Dios en la historia' (Gaudium et spes, 34).
Cuando los Padres del Concilio estaban dirigiendo su mirada hacia el futuro e intentaban discernir el contexto en el que la Iglesia estaría llamada a llevar a cabo su misión, pudieron ver claramente que el progreso y la tecnología ya estaban
'transformando la faz de la tierra' e incluso que ya se estaba llegando a la conquista del espacio (cf. Gaudium et spes,5).
Reconocieron, especialmente, que los desarrollos de la tecnología de las comunicaciones con toda probabilidad iban a provocar reacciones en cadena de consecuencias imprevisibles.
Lejos de insinuar que la Iglesia tendría que quedarse al margen o intentar aislarse de la riada de esos acontecimientos, los Padres del Concilio vieron que la Iglesia tenía que estar dentro del mismo progreso humano, compartiendo las experiencias de la humanidad e intentando entenderlas e interpretarlas a la luz de la fe.
Era a los fieles de Dios a quienes correspondía hacer un uso creativo de los descubrimientos y nuevas tecnologías en beneficio de la humanidad y en cumplimiento del plan de Dios sobre el mundo.
Ese reconocimiento de la rapidez de los cambios y esa disponibilidad ante los nuevos desarrollos resultaron muy acertados en el curso de los años siguientes, ya que continuó la aceleración del ritmo de los cambios y del desarrollo.
Hoy en día, por ejemplo, ya a nadie se le ocurriría pensar en la comunicaciones sociales o hablar de las mismas como de simples instrumentos o tecnologías.
Más bien, ahora las consideran como parte integrante de una cultura aún inacabada cuyas plenas implicaciones todavía no se entienden perfectamente y cuyas potencialidades por el momento se han explotado sólo parcialmente.
Aquí, pues, encontramos las bases de nuestra reflexión para esta XXIV Jornada mundial de las Comunicaciones Sociales. Cada día que pasa va cobrando mayor realidad la visión de años anteriores, aquella visión que anticipó la posibilidad de un diálogo real entre pueblos muy alejados los unos de los otros, de una repartición a escala mundial de ideas y aspiraciones, de un crecimiento en la comprensión y el conocimiento mutuos, de un robustecimiento de la hermandad más allá de barreras hasta ahora insuperables (cf. Communio et progressio, 181-182).
Con la llegada de las telecomunicaciones informáticas y de los sistemas de participación informática, a la Iglesia se le ofrecen nuevos medios para llevar a cabo su misión. Métodos para facilitar la comunicación y el diálogo entre sus propios miembros pueden fortalecer los vínculos de unidad entre los mismos.
El acceso inmediato a la información le da a la Iglesia la posibilidad de ahondar en su diálogo con el mundo contemporáneo. En el marco de la nueva 'cultura informática', la Iglesia tiene más facilidades para informar al mundo
acerca de sus creencias y explicar los motivos de sus posturas sobre cualquier problema o acontecimiento concretos.
También puede escuchar con más claridad la voz de la opinión pública y estar en el centro de una discusión continua con el mundo, comprometiéndose así a sí misma más inmediatamente en la búsqueda común por resolver los problemas más urgentes de la humanidad (cf. Communio et progressio, 144 ss.).
Está claro que la Iglesia tiene que utilizar los nuevos recursos facilitados por la investigación humana en la tecnología de computadoras y satélites para su cada vez más urgente tarea de evangelización. Su mensaje más vital y urgente se refiere al conocimiento de Cristo y al camino de salvación que Él propone.
Eso es algo que la Iglesia tiene que poner a disposición de las personas de cualquier edad, invitándolas a abrazar el Evangelio por amor, y ello sin olvidar que 'la verdad no se impone de otra manera que por la fuerza de la misma verdad, que penetra suave y a la vez fuertemente en las almas' (Dignitatis humanae, 1).
La sabiduría y perspicacia del pasado nos enseñan que Dios 'habló según los tipos de cultura propios de cada época.
De igual manera, la Iglesia, al vivir durante el transcurso de la historia en variedad de circunstancias, ha empleado los hallazgos de las diversas culturas para difundir y explicar el mensaje de Cristo en su predicación' (Gaudium et spes,58).
'El primer anuncio, la catequesis o el ulterior ahondamiento de la fe, no pueden prescindir de (los) medios (de comunicación social)... La Iglesia se sentiría culpable ante Dios si no empleara esos poderosos medios, que la
inteligencia humana perfecciona cada vez más. Con ellos la Iglesia ́pregona desde los terrados ́ (cf. Mt 10,27; Lc 12,3) el mensaje del que es depositaria' (Evangelii nuntiandi, 45).
Sin duda, tenemos que estar agradecidos por la nueva tecnología que nos permite almacenar información en amplias memorias artificiales creadas por el hombre, facilitándonos así un acceso extenso e instantáneo al conocimiento que es nuestra herencia humana, a la enseñanza y tradición de la Iglesia, a las palabras de la Sagrada Escritura, a los consejos de los grandes maestros de espiritualidad, a la historia y tradiciones de las Iglesias locales, órdenes religiosas e institutos seculares, así como a las ideas y experiencias de los precursores e innovadores cuya intuición lleva un testimonio constante de la fiel presencia en nuestro medio de un Padre amoroso que saca de sus arcas lo nuevo y lo viejo (cf. Mt 13,52).
Los jóvenes, muy especialmente, se adaptan de buen grado a la cultura informática y a su 'lenguaje'. Y ello es, desde luego, un motivo de satisfacción. Tenemos que fiarnos de los jóvenes (cf. Communio et progressio, 70).
Han tenido la ventaja de crecer junto con los nuevos desarrollos, y les corresponderá a ellos utilizar esos nuevos instrumentos para un diálogo más amplio e intenso entre todas las diversas razas y categorías que comparten este planeta, 'cada vez más pequeño'.
También será suya la tarea de buscar modos de utilizar los nuevos sistemas de conservación e intercambio de datos para contribuir a la promoción de una mayor justicia universal, de un mayor respeto a los derechos humanos, de un sano desarrollo para todos los individuos y pueblos, y de las libertades que son esenciales para una vida plenamente
humana.
Sea cual sea nuestra edad, tenemos que afrontar el desafío de los descubrimientos y nuevas tecnologías, aplicándoles
una visión moral basada en nuestra fe, en nuestro respeto a la persona humana y en nuestro empeño por transformar
el mundo según el plan de Dios.
En esta Jornada mundial de las Comunicaciones Sociales, oremos por ver una utilización sabia de las potencialidades de esta 'edad informática', con el fin de servir a la vocación humana y trascendente de cada ser humano, y así glorificar al Padre de quien viene todo bien.


Vaticano, 24 de enero de 1990.




Las nuevas tecnologías no favorecen siempre las relaciones personales
Autor: Radio Vaticano
Lunes, 10 abr (RV).- Los medios de comunicación no siempre impulsan el diálogo entre los hombres y con Dios. Es necesario cultivar la amistad con Jesús y los Sacramentos, para ser la nueva generación de apóstoles capaces de responder a los desafíos de nuestro tiempo y difundir el Evangelio por doquier. Esta ha sido la exhortación de Benedicto XVI esta mañana a miles de participantes en el UNIV 2006.
Sólo gracias a la amistad con Jesucristo - el mejor amigo que nunca defrauda - es posible encontrar la fuerza necesaria para «ofrecer a los hermanos afecto humano y caridad sobrenatural, en un espíritu de servicio que se manifiesta sobre todo en la comprensión». Lo ha recordado Benedicto XVI en su bienvenida a los participantes en el Encuentro Internacional UNIV 2006. Encuentros que han llegado este año al número 39 y que nacieron, gracias a san José María Escrivá, fundador del Opus Dei, en 1968. Desde entonces, sus participantes que acuden a Roma durante la Semana Santa, han sido recibidos por los Siervos de Dios Pablo VI y Juan Pablo II y, hoy, por Benedicto XVI.
En esta cita con Benedicto XVI, la primera de su Pontificado, han participado unos tres mil quinientos alumnos y docentes provenientes de más de doscientas universidades de todo el mundo, encabezados por el prelado de la
Prelatura del Opus Dei, Mons. Javier Echevarría Rodríguez. En su discurso, evocando su Mensaje para la Jornada Mundial de la Juventud de este año, el Papa ha reiterado la importancia de cultivar la amistad con Jesús para
responder a los desafíos de nuestro tiempo:
«Si cultiváis la amistad con Jesús, recibiendo asiduamente los Sacramentos, en especial los de la Penitencia y de la Eucaristía, podréis ser la nueva generación de apóstoles, enraizados en la Palabra de Cristo, capaces de responder a los desafíos de nuestro tiempo y dispuestos a difundir el Evangelio por doquier».
Tras destacar que la tradición de transcurrir la Semana Santa en Roma, corazón del mundo cristiano, les ofrece la oportunidad de vivir intensamente el misterio pascual y de «encontrar más íntimamente a Cristo», contemplando su pasión, muerte y resurrección», el Santo Padre ha insistido en la aventura extraordinaria que se vive en el encuentro personal con el Maestro divino que nos llama amigos. Refiriéndose luego a la importancia del tema elegido para este UNIV 2006 - «Proyectar la cultura: el lenguaje de los medios de comunicación» - Benedicto XVI ha lamentado que estos mismos medios no siempre impulsan el diálogo entre las personas y la relación con Dios: «Lamentablemente tenemos que constatar que no siempre en nuestro tiempo las nuevas tecnologías y los medios de comunicación favorecen las relaciones personales, el diálogo sincero y la amistad entre las personas. No siempre ayudan a cultivar la interioridad de la relación con Dios».
Reiterando asimismo lo que dijo en Colonia, el pasado mes de agosto, Benedicto XVI ha recordado una vez más que el que descubre a Cristo se siente impulsado a comunicar su gran alegría a todos. «Ésta es la tarea a la que os llama el Señor, éste el apostolado de la amistad, que san José María, Fundador del Opus Dei, describe como ‘amistad personal’ abnegada, sincera... a la que está llamado todo cristiano», ha recordado el Papa, implorando luego el amparo de la Virgen María sobre todos.




Para discernir utilizamos Jer 1, 4 -10

4 La palabra del Señor llegó a mí en estos términos:
5 "Antes de formarte en el vientre materno, yo te conocía;
antes de que salieras del seno, yo te había consagrado,
te había constituido profeta para las naciones".
6 Yo respondí:
"¡Ah, Señor! Mira que no sé hablar,
porque soy demasiado joven".

7 El Señor me dijo:
"No digas: ‘Soy demasiado joven’,
porque tú irás adonde yo te envíe
y dirás todo lo que yo te ordene.

8 No temas delante de ellos,
porque yo estoy contigo para librarte
–oráculo del Señor–".

9 El Señor extendió su mano,
tocó mi boca y me dijo:
"Yo pongo mis palabras en tu boca.

10 Yo te establezco en este día
sobre las naciones y sobre los reinos,
para arrancar y derribar,
para perder y demoler,
para edificar y plantar".



Y el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Mateo
La misión universal de los Apóstoles

18 Acercándose, Jesús les dijo: "Yo he recibido todo poder en el cielo y en la tierra.

19 Vayan, entonces, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, 20 y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Y yo estoy con ustedes hasta el fin del mundo".


 

lunes, 14 de junio de 2010

La Torre de Babel Gobierna Europa

Pieter Brueghel el Viejo, (1525-1569) nacido cerca de Breda, en Holanda, Países Bajos, fué uno de los más grandes pintores flamencos del siglo XVI. Aquí le vemos, en la imagen de la derecha, en un supuesto autorretrato realizado hacia 1565.

De entre los 45 cuadros que se conservan de su obra, uno de sus cuadros más famosos ha sido "La Torre de Babel", pintado en 1563.

Pues bien, lo curioso de esta historia es que el Edificio del Parlamento Europeo en la ciudad francesa de Estrasburgo, está totalmente diseñado siguiendo la obra de La Torre de Babel, pintada por el maestro Brueghel, tal como podemos observar en la imagen superior izquierda. Por eso a este edificio se le conoce también por el sobrenombre de "La Torre Inacabada".

Y la imagen de la derecha, trata de un poster oficial publicado por las Instituciones Europeas, acerca de la construcción europea, cuyo lema dice lo siguiente: "Europa, muchas lenguas, una voz".

En el relato bíblico de la Torre de Babel fué donde Dios confundió las lenguas y esparció a sus gentes por toda la Tierra. No hay duda de que si estamos hablando del Parlamento Europeo nos estamos refiriendo también a la Torre de Babel.

La Torre de Babel moderna, al igual que su predecesora antigua, simboliza la rebelión y el desafío a Dios Yaveh y a sus normas, la desobediencia a Dios, y se autoafirma en sus propias leyes y en su propia identidad.

Aunque aparentemente [sus] leyes son formadas libre y democráticamente por las instituciones legales, en realidad y en el fondo, son mediatizadas y controladas a su vez por los grandes grupos conspiradores de influencia internacional y por las sociedades secretas ocultistas, que siguen las instrucciones luciferinas.







Cristianismo permitió a Europa comprender libertad, responsabilidad y ética, dice el Papa

VATICANO, 12 Jun. 10 / 12:12 pm (ACI)

Al recibir a los participantes de la reunión del Banco de Desarrollo del Consejo de Europa, el Papa Benedicto XVI insistió en la importancia del Cristianismo y aseguró que marginarlo “contribuirá a amputar nuestro continente del manantial fundamental que lo nutre incansablemente y que contribuye a su verdadera identidad”.
El Santo Padre recibió a los funcionarios este mediodía en la sala Clementina del Palacio Apostólico y les explicó que por ellas mismas, economía y finanzas, no existirían porque son solamente medios útiles.
“Su único fin es la persona humana y la realización plena de su dignidad. Este es el único capital que hay que salvar” en las crisis, indicó y recordó que este capital humano, se encuentra en la dimensión espiritual de las personas.
“El cristianismo ha permitido a Europa que comprendiera lo que es la libertad, la responsabilidad y la ética, que impregnan las les leyes de sus estructuras societarias”, señaló.
El Pontífice indicó que “marginar el Cristianismo así como excluir los símbolos que lo representan, contribuirá a amputar nuestro continente del manantial fundamental que lo nutre incansablemente y que contribuye a su verdadera identidad. Efectivamente, el Cristianismo es la fuente de los valores espirituales y morales que son el patrimonio común de los pueblos europeos, valores a los cuales los Estados miembros del Consejo de Europa han manifestado su adhesión inquebrantable en el Preámbulo del Estatuto del Consejo de Europa”.
Refiriéndose al Banco, fundado en 1956 por el Consejo de Europa, el Papa les recordó que tiene “una vocación exclusivamente social, para tener un instrumento cualificado con el fin de promover su propia política de solidaridad”. Este banco se ha ocupado desde el principio de los problemas relativos a los refugiados, para extender más tarde sus competencias en el contexto más amplio de la cohesión social europea.
“La Santa Sede no puede sino mirar con interés una estructura que sostiene con sus préstamos proyectos sociales, que se preocupa del desarrollo, que responde a situaciones de urgencia y que contribuye a mejorar las condiciones de vida de las personas necesitadas”.
La liberación de las ideologías totalitarias, ha proseguido Benedicto XVI “¿han sido utilizadas para el progreso económico, en detrimento de un desarrollo más humano, respetuoso de la dignidad y de la nobleza del hombre? ¿Han sido desdeñadas las riquezas espirituales que han modelado la identidad europea? Las intervenciones del Banco a favor de los países del Este permitirá, estoy seguro, ha afirmado el Santo Padre- corregir los desequilibrios en favor de un proceso basado en la justicia y la solidaridad. Éstas sí que son indispensables para el presente y el futuro de Europa.
Más adelante, abordó el momento particular de crisis económica y financiera que está atravesando Europa y ha dicho que el Banco de Desarrollo “no debe limitarse a analizar estrictamente la situación financiera, sino que, contrariamente, debe mostrar su originalidad reforzando la integración social, la gestión del medio ambiente y el desarrollo de las infraestructuras públicas con vocación social”.

lunes, 7 de junio de 2010

Historia de la Advocacion a María Auxiliadora

Comienzos...
Los cristianos de la Iglesia de la antigüedad en Grecia, Egipto, Antioquía, Efeso, Alejandría y Atenas acostumbraban llamar a la Santísima Virgen con el nombre de Auxiliadora, que en su idioma, el griego, se dice con la palabra "Boetéia", que significa "La que trae auxilios venidos del cielo". Ya San Juan Crisóstomo, arzobispo de Constantinopla nacido en 345, la llama "Auxilio potentísimo" de los seguidores de Cristo. Los dos títulos que más se leen en los antiguos monumentos de Oriente (Grecia, Turquía, Egipto) son: Madre de Dios y Auxiliadora. (Teotocos y Boetéia). En el año 476 el gran orador Proclo decía: "La Madre de Dios es nuestra Auxiliadora porque nos trae auxilios de lo alto".
San Sabas de Cesarea en el año 532 llama a la Virgen "Auxiliadora de los que sufren" y narra el hecho de un enfermo gravísimo que llevado junto a una imagen de Nuestra Señora recuperó la salud y que aquella imagen de la "Auxiliadora de los enfermos" se volvió sumamente popular entre la gente de su siglo.
El gran poeta griego Romano Melone, año 518, llama a María "Auxiliadora de los que rezan, exterminio de los malos espíritus y ayuda de los que somos débiles" e insiste en que recemos para que Ella sea también "Auxiliadora de los que gobiernan" y así cumplamos lo que dijo Cristo: "Dad al gobernante lo que es del gobernante" y lo que dijo Jeremías: "Orad por la nación donde estáis viviendo, porque su bien será vuestro bien". En las iglesias de las naciones de Asia Menor la fiesta de María Auxiliadora se celebra el 1º de octubre, desde antes del año mil (En Europa y América se celebre el 24 de mayo). San Sofronio, Arzobispo de Jerusalén dijo en el año 560: "María es Auxiliadora de los que están en la tierra y la alegría de los que ya están en el cielo".
San Juan Damasceno, famoso predicador, año 749, es el primero en propagar esta jaculatoria: "María Auxiliadora rogad por nosotros". Y repite: "La "Virgen es auxiliadora para conseguir la salvación. Auxiliadora para evitar los peligros, Auxiliadora en la hora de la muerte". San Germán, Arzobispo de Constantinopla, año 733, dijo en un sermón: "Oh María Tú eres Poderosa Auxiliadora de los pobres, valiente Auxiliadora contra los enemigos de la fe. Auxiliadora de los ejércitos para que defiendan la patria. Auxiliadora de los gobernantes para que nos consigan el bienestar, Auxiliadora del pueblo humilde que necesita de tu ayuda"liadora/.
El nombre de Auxiliadora se le daba en el año 1030 a la virgen María, en Ucrania (Rusia), por haber liberado aquella región de la invasión de las tribus paganas. Desde entonces en Ucrania se celebra cada año la fiesta de María Auxiliadora el 1ro de octubre.

La batalla de Lepanto.
En el siglo XVI, los mahometanos estaban invadiendo a Europa. En ese tiempo no había la tolerancia de unas religiones para con las otras. Y ellos a donde llegaban imponían a la fuerza su religión y destruían todo lo que fuera cristiano. Cada año invadían nuevos territorios de los católicos, llenando de muerte y de destrucción todo lo que ocupaban y ya estaban amenazando con invadir a la misma Roma. Fue entonces cuando el Sumo Pontífice Pío V, gran devoto de la Virgen María convocó a los Príncipes Católicos para que salieran a defender a sus colegas de religión. Pronto se formó un buen ejército y se fueron en busca del enemigo. El 7 de octubre de 1572, se encontraron los dos ejércitos en un sitio llamado el Golfo de Lepanto.
Los mahometanos tenían 282 barcos y 88,000 soldados. Los cristianos eran inferiores en número. Antes de empezar la batalla, los soldados cristianos se confesaron, oyeron la Santa Misa, comulgaron, rezaron el Rosario y entonaron un canto a la Madre de Dios. Terminados estos actos se lanzaron como un huracán en busca del ejército contrario.
Al principio la batalla era desfavorable para los cristianos, pues el viento corría en dirección opuesta a la que ellos llevaban, y detenían sus barcos que eran todos barcos de vela o sea movidos por el viento. Pero luego - de manera admirable - el viento cambió de rumbo, batió fuertemente las velas de los barcos del ejército cristiano, y los empujó con fuerza contra las naves enemigas. Entonces nuestros soldados dieron una carga tremenda y en poco rato derrotaron por completo a sus adversarios.
Es de notar, que mientras la batalla se llevaba a cabo, el Papa Pío V, con una gran multitud de fieles recorría a cabo, el Papa Pío V, con una gran multitud de fieles recorría las calles de Roma rezando el Santo Rosario.
En agradecimiento de tan espléndida victoria San Pío V mandó que en adelante cada año se celebrara el siete de octubre, la fiesta del Santo Rosario, y que en las letanías se rezara siempre esta oración: MARÍA AUXILIO DE LOS CRISTIANOS, RUEGA POR NOSOTROS.

Las guerras religiosas del siglo XVI
El centro de expansión , de este titulo, radicó en Alemania meridional, que, a pesar del triunfo protestante, se propusieron mantenerse fieles al catolicismo. En 1618 estallan las guerras de religión conocidas como "guerras de los 30 años". Los príncipes católicos y el pueblo comenzaron a invocar a la virgen Sma. Con el titulo de "María Auxiliadora" y acudieron en peregrinación a una capilla que, con esta denominación se había levantado a la Virgen en la ciudad de Passau ( Alemania). En medio de las mil vicisitudes de la guerra, de la peste y del enfrentamiento religioso, los católicos de Baviera y del Tirol se sintieron protegidos por la Sma. Virgen y experimentaron una renovación espiritual. Este movimiento mariano estuvo alentado y guiado por los Padres Capuchinos y por la Cofradía de María Auxiliadora, promotora de la nueva devoción mariana. En ella muchos creyeron encontrar un medio seguro para salvar su Fe católica y la libertad de sus tierras.

Los turcos atacan Viena (1683)
Junto a las convulsiones religiosas y sociales provocadas en le centro de Europa por la crisis protestante, surgió el ímpetu del Islam. En 1683 los turcos, capitaneados por el visir Kará Mustafá, ponen sitio a Viena, capital del impero. El Papa Inocencio XI vio entonces en serio peligro la existencia de una Europa cristiana; los creyentes acudieron a la protección de la Virgen María. La invocación María, ayuda (María hilf), afirma un historiador, recorrió todas las regiones de Alemania y Austria. La victoria fue para las fuerzas cristianas, aunque las islámicas eran tres veces superiores. Viena quedó liberada. Una vez mas los pueblos experimentaron la ayuda de la virgen María Auxiliadora.

El Papa y Napoleón.
El siglo XIX sucedió un hecho bien lastimoso: El emperador Napoleón llevado por la ambición y el orgullo se atrevió a poner prisionero al Sumo Pontífice, el Papa Pío VII. Varios años llevaba en prisión el Vicario de Cristo y no se veían esperanzas de obtener la libertad, pues el emperador era el más poderoso gobernante de ese entonces. Hasta los reyes temblaban en su presencia, y su ejército era siempre el vencedor en las batallas.
El Sumo Pontífice hizo entonces una promesa: "Oh Madre de Dios, si me libras de esta indigna prisión, te honraré decretándote una nueva fiesta en la Iglesia Católica". Y muy pronto vino lo inesperado. Napoleón que había dicho: "Las excomuniones del Papa no son capaces de quitar el fusil de la mano de mis soldados", vio con desilusión que, en los friísimos campos de Rusia, a donde había ido a batallar, el frío helaba las manos de sus soldados, y el fusil se les iba cayendo, y él que había ido deslumbrante, con su famoso ejército, volvió humillado con unos pocos y maltrechos hombres. Y al volver se encontró con que sus adversarios le habían preparado un fuerte ejército, el cual lo atacó y le proporcionó total derrota. Fue luego expulsado de su país y el que antes se atrevió a aprisionar al Papa, se vio obligado a pagar en triste prisión el resto de su vida.
El Papa pudo entonces volver a su sede pontificia y el 24 de mayo de 1814 regresó triunfante a la ciudad de Roma. En memoria de este noble favor de la Virgen María, Pío VII decretó que en adelante cada 24 de mayo se celebrara en Roma la fiesta de María Auxiliadora en acción de gracias a la madre de Dios.

San Juan Bosco y María Auxiliadora.
El 9 de junio de 1868, se consagró en Turín, Italia, la Basílica de María Auxiliadora. La historia de esta Basílica es una cadena de favores de la Madre de Dios. su constructor fue San Juan Bosco, humilde campesino nacido el 16 de agosto de 1815, de padres muy pobres.
A los tres años quedó huérfano de padre. Para poder ir al colegio tuvo que andar de casa en casa pidiendo limosna. La Sma. Virgen se le había aparecido en sueños mandándole que adquiriera "ciencia y paciencia", porque Dios lo destinaba para educar a muchos niños pobres. Nuevamente se le apareció la Virgen y le pidió que le construyera un templo y que la invocara con el título de Auxiliadora.
Empezó la obra del templo con tres monedas de veinte centavos. Pero fueron tantos los milagros que María Auxiliadora empezó a hacer en favor de sus devotos, que en sólo cuatro años estuvo terminada la gran Basílica. El santo solía repetir: "Cada ladrillo de este templo corresponde a un milagro de la Santísima Virgen". Desde aquel santuario empezó a extenderse por el mundo la devoción a la Madre de Dios bajo el título de Auxiliadora, y son tantos los favores que Nuestra Señora concede a quienes la invocan con ese título, que ésta devoción ha llegado a ser una de las más populares.
San Juan Bosco decía: "Propagad la devoción a María Auxiliadora y veréis lo que son milagros" y recomendaba repetir muchas veces esta pequeña oración: "María Auxiliadora, rogad por nosotros". El decía que los que dicen muchas veces esta jaculatoria consiguen grandes favores del cielo.

El mismo Don Bosco ideó la imagen de la Señora: vestida con túnica y manto regios, como reina bellísima, coronada de doce estrellas, con la enseña de su Hijo Jesús en los brazos, atento como Ella a los hombres, y con el poder de Dios en su mano derecha, simbolizado en el cetro. Y con los ojos en dirección a la tierra, a la Iglesia, a la Humanidad. Una Señora dinámica, en pie, dispuesta a auxiliar de inmediato. Esta imagen, reproducida en miles de formas: medallas, estampas, calendarios, llaveros... nos ofrece una compañía cotidiana como una interpelación y un signo de que detrás hay gente amiga. La imagen también se hace peregrina, en pequeñas estatuillas que van de casa en casa, visitando los hogares en su humilde altar ambulante. Esta visita es devuelta el 24 de mayo, acontecimiento anual de características singulares. Todos los templos de María Auxiliadora reciben a muchedumbres de devotos y son escenario de expresiones impregnadas de un profundo sentido religioso, cristiano y popular. Se dan cita, junto a la liturgia más entrañable, procesiones y verbenas, el calor del encuentro y la alegría de la esperanza. Esta fiesta va precedida de la solemne novena y tiene el 24 de cada mes su conmemoración, como un medio más para la continuidad, a través del año, de una vida cristiana que se va haciendo bajo la mirada alentadora de la Madre Auxiliadora.

La Misa de Siempre - La Misa Tridentina

BREVE HISTORIA DEL MISAL ROMANO

Los Apóstoles habían recibido el mandato y el poder de celebrar el Sacrificio de la Nueva Alianza. Los documentos más antiguos nos muestran que los Apóstoles y sus sucesores observaron fielmente esta orden.
Por la naturaleza misma de las cosas y con la autoridad inspirada recibida de Nuestro Señor Jesucristo y del Espíritu Santo, los Apóstoles y sus sucesores debían completar la simple renovación de lo ocurrido el Jueves Santo.
Por un conjunto de ritos y ceremonias iban a solemnizar esa renovación y hacer de ella un acto religioso en el estricto sentido de la palabra.
De este modo, al dispersarse los Apóstoles, hubo en todas las iglesias locales de Oriente y Occidente un rito más o menos uniforme.
Este rito iba a cristalizarse en el curso de los tres primeros siglos en “grandes tipos” que debían tomar una forma fija conforme al género particular de cada pueblo.
Así, a partir del siglo cuarto se pueden reconocer cuatro tipos generales de la liturgia del Santo Sacrificio: Antioqueno, Alejandrino, Romano y Galicano.
El rito Romano se extendió por todo Occidente suplantando los otros ritos occidentales derivados, pero tomando de ellos algunos elementos.
Los ritos occidentales sobrevivientes son el Mozárabe y el Ambrosiano.
En lo referente a la formación del Canon Romano, es arduo seguir su historia y desarrollo. Con todo, se puede afirmar que ya estaba acabado en tiempos de San León Magno (400-461).
San Gregorio Magno (590-604) lo completó agregándole al Hanc igitur estas palabras: Diesque nostros in tua pace disponas.
Las modificaciones del Rito Romano después de San Gregorio Magno fueron:
El Asperges, el Salmo Judica me, el Confiteor, las oraciones acompañando las ceremonias del Ofertorio y las tres oraciones antes de la Comunión.
Por otra parte, el estudio de los misales de la Edad Media nos enseña que casi cada catedral tenía su propio misal, con sus particularidades litúrgicas. Ellas consistían en adiciones de pura ornamentación y devoción: fiestas locales, procesiones, oraciones y cantos, secuencias, prefacios, etc.
Pero ninguna de estas particularidades constituía un rito verdaderamente distinto. Todas pertenecían al tronco común original del rito Romano tal como se fijó en tiempos de San Gregorio Magno. Los “ancestros” de nuestro Misal, escritos entre los siglos quinto y octavo, nos dan una constitución de la misa idéntica a aquella que San Pío V habría de canonizar en su Bula.
Podemos aseverar, pues, que desde San Gregorio Magno se considera el texto, el orden y la disposición de la Misa como una tradición sagrada que nadie se atreve a tocar, salvo en detalles secundarios.
A partir del siglo XII, el rito Romano sufrió nuevamente influencias locales que constituyeron variantes, muy secundarias, de la fuente común romana: Lyon, Treves, Salisbury, etc.
A fines del siglo XII, el Papa Inocencio III (1198-1216) promulga un Ordo Missæ que corresponde al Misal utilizado en la capilla papal. Ahora bien, este Ordo es casi idéntico al que San Pío V restaurará en 1570.


En los siguientes videos se explica como se celebra















viernes, 4 de junio de 2010

Intenciones del Santo Padre para el Mes de junio
Intención General

Para que todas las instituciones nacionales y transnacionales se comprometan a garantizar el respeto de la vida humana, desde la concepción hasta su fin natural.

Intención Misional

Para que las Iglesias en Asia, que constituyen ‘una pequeña grey’ entre poblaciones no cristianas, sepan comunicar el Evangelio y testimoniar con gozo su adhesión a Cristo.

jueves, 3 de junio de 2010

FIESTA DEL CORPUS CHRISTI

Corpus Christi es la fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo, de la presencia de Jesucristo en la Eucaristía. Aunque sea jueves, es fiesta de precepto y por tanto obliga -gravemente- la asistencia al Santo Sacrificio de la Misa para cumplir con el tercer mandamiento de la Ley de Dios. Este día recordamos la institución de la Eucaristía que se llevó a cabo el Jueves Santo durante la Última Cena, al convertir Jesús el pan y el vino en su Cuerpo y en su Sangre. Es decir, Cristo está realmente presente en la hostia y el caliz, luego de la consagración, con su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad. Esta verdad es dogma de fe para todo católico.
Es una fiesta muy importante porque la Eucaristía es el regalo más grande que Dios nos ha hecho, movido por su querer quedarse con nosotros después de la Ascensión.

Origen de la fiesta:

Dios utilizó a santa Juliana de Mont Cornillon para propiciar esta fiesta.
Juliana, desde joven, tuvo una gran veneración al Santísimo Sacramento. Y siempre añoraba que se tuviera una fiesta especial en su honor. Este deseo se dice haberse intensificado por una visión que ella tuvo de la Iglesia bajo la apariencia de luna llena con una mancha negra, que significaba la ausencia de esta solemnidad. Cuando creció, hizo su profesión religiosa y más tarde fue superiora de su comunidad. Murió el 5 de abril de 1258.
El Concilio de Trento
El Concilio de Trento declara que muy piadosa y religiosamente fue introducida en la Iglesia de Dios la costumbre, que todos los años, determinado día festivo, se celebre este excelso y venerable sacramento con singular veneración y solemnidad, y reverente y honoríficamente sea llevado en procesión por las calles y lugares públicos. En esto los cristianos atestiguan su gratitud y recuerdo por tan inefable y verdaderamente divino beneficio. Recordemos que durante la Misa se renueva el santo Sacrificio del Calvario de manera incruenta.





● La Eucaristía es un Sacrificio y un Sacramento.

El sacrificio, en general, es la ofrenda exterior de una cosa sensible con el fin de reconocer de una manera particular al soberano dominio de Dios.

El sacrificio existió desde el principio del mundo, y su uso fue universal. Se lo encuentra en todos los pueblos y con algunos caracteres uniformes.

La práctica de los sacrificios sangrientos no pudo ser conocida sino por una revelación positiva: el hombre nunca habría podido encontrarlo por sí mismo.

Los sacrificios de la Antigua Ley sólo eran agradables a Dios porque eran figuras del Sacrificio de su Hijo, el Sacrificio de la Cruz.



● Se encuentran en el Sacrificio de la Cruz todas las condiciones del sacrificio propiamente dicho:

– la ofrenda exterior de una cosa sensible,

– la ofrenda hecha solamente a Dios,

– el ministro legítimo,

– la destrucción de la cosa ofrecida,

– y el final principal del sacrificio, que es el reconocimiento del soberano dominio de Dios.



El Sacrificio de la Cruz es el único verdadero sacrificio, porque es el único que rinde a Dios un digno honor a su Majestad Soberana.



● El Sacrificio de la Cruz debía continuarse también sobre la tierra.

Es necesario, en efecto, al hombre un sacrificio exterior y sensible; esta es la razón por la cual Jesucristo dejó a su Iglesia el Santo Sacrificio de la Misa, que perpetúa el Sacrificio sangriento de la Cruz.



● El Sacrificio de la Misa es el Sacrificio del Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, ofrecido a Dios bajo las especies del pan y del vino.

La esencia del Sacrificio de la Misa consiste en la doble Consagración, ya que es en ella que Jesucristo padece sacramentalmente el sufrimiento que se requiere para el sacrificio. No obstante, el ofertorio y la comunión del sacerdote son partes integrales del sacrificio.



● El Sacrificio Eucarístico es esencialmente el mismo que el de la Cruz; sólo difiere en la manera en que se ofrece.

Hay entre los dos Sacrificios estas tres diferencias:

1): sobre la Cruz, la muerte de Jesucristo fue real; en la Misa, su estado de muerte sólo es aparente, sacramental por la doble Consagración de las especies de pan y vino;

2): sobre la Cruz, Jesucristo se ofreció inmediatamente; en la Misa, se ofrece por el ministerio del Sacerdote y de manera sacramental;

3): sobre la Cruz, Jesucristo mereció de una vez por todas y pagó también una vez para siempre toda la deuda de la humanidad caída; en la Misa, aplica sus satisfacciones y sus méritos.



● El Sacrificio de la Misa produce, en el grado supremo, todos los efectos figurados por los sacrificios de la Ley Antigua: es latréutico, eucarístico, propiciatorio e impetratorio, es decir, sacrificio de adoración, de acción de gracias, de propiciación y de súplica.

Estos cuatro efectos responden, del modo más perfecto a los fines mismos del sacrificio.

El Sacrificio de la Misa tiene un valor infinito, como el propio Sacrificio de la Cruz; no obstante, como sacrificio de propiciación y súplica, se ve limitado en su aplicación por las disposiciones personales del alma por quien se ofrece.

El Sacrificio de la Misa sólo se ofrece a Dios, porque es el acto de adoración por excelencia.

Se ofrece por los vivos y para los muertos.



● La asistencia a la Misa es una de las prácticas más ventajosa de la vida cristiana.

Se recomienda mantenerse atento y recogido; excitando en sí un gran arrepentimiento de sus pecados; proponiéndose una intención particular; ofreciéndose con Jesucristo y por Jesucristo; comulgar, al menos espiritualmente si no se puede hacerlo sacramentalmente.



● La Sagrada Eucaristía no es solamente un Sacrificio, es también un Sacramento, el Santísimo Sacramento del Altar.

La Eucaristía es el Sacramento que contiene verdadera, real y sustancialmente el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo bajo las especies sacramentales del pan y del vino.

En el Antiguo Testamento, la Sagrada Eucaristía fue figurada principalmente por el sacrificio de Melquisedec, por los sacrificios de la Antigua Ley, por el Maná y, sobre todo, por el Cordero Pascual.

En el Nuevo Testamento, el mismo Jesucristo nos dio dos figuras importantes de la Eucaristía: en el cambio del agua en vino en las bodas de Caná y en la multiplicación de los panes.

También la prometió en Cafarnaum, diciendo: Soy el pan vivo, que descendió del cielo…; el pan que daré, es mi carne para la vida del mundo.

El Jueves Santo, víspera de su Pasión, después de haber celebrado la Pascua con sus discípulos, Jesucristo instituyó la Sagrada Eucaristía.

A punto de retirar su presencia visible, quiso permanecer bajo las Especies Sacramentales; quiso dejar un monumento perpetuo de su Pasión, porque sin la fe en su Pasión no hay salvación.



● Nuestro Señor Jesucristo eligió el pan y el vino para que fuesen la materia de la Sagrada Eucaristía con el fin de hacernos entender mejor que este Sacramento es el alimento de nuestra alma.

Cuando el sacerdote, en la Santa Misa, pronuncia sobre el pan y el vino las palabras de la Consagración, se realiza la Transustanciación, con la consecuente presencia verdadera, real y sustancial de Nuestro Señor.

La Transustanciación es el cambio de toda la sustancia del pan en el Cuerpo Sacratísimo de Jesucristo, y de toda la sustancia del vino en su Preciosísima Sangre.

Tras la Consagración, sólo quedan las especies o apariencias del pan y del vino.



● En virtud de las palabras de la Consagración y por una natural concomitancia, Jesucristo está presente bajo las especies del pan, y presente todo entero bajo las especies del vino.

Es de fe que, si se parten las santas especies en varias partes, cualquiera sea el número, Jesucristo está todo entero en cada parcelita de la Sagrada Hostia y todo entero en cada gotita de la Sangre Preciosísima.

Nuestro Señor Jesucristo está presente en la Sagrada Eucaristía mientras no se corrompan las santas especies.



● La divina Eucaristía es el Sacramento por excelencia, el Santísimo Sacramento del Altar. Es, en efecto, superior a los otros Sacramentos, no solamente respecto de la Materia, de la Forma, por la virtud santificadora y la duración y alcance de la misma, sino también y por sobre todo por contener al Autor mismo de la Gracia.



● Las perfecciones divinas se manifiestan en la Sagrada Eucaristía con un resplandor particular:

– la Bondad divina colma todos sus dones y gracias, porque el mismo Jesucristo se entrega en Ella completamente;

– la Sabiduría divina, porque Dios hizo de este Santísimo Sacramento el centro de todos los misterios, y porque Nuestro Señor, por esta maravillosa institución, encontró el medio de permanecer en el mundo al partir hacia el Cielo;

– la Omnipotencia divina, porque la Eucaristía es una acumulación de portentos.



● Ahora bien, ¿cuáles son las disposiciones para recibir la Santa Comunión? La Comunión pide dos clases de preparativos: las del alma y las del cuerpo.

Para el alma,
las disposiciones consisten:

– en el estado de gracia, es decir, en la exención actual de todo pecado mortal;

– en un gran deseo unirse a Jesucristo;

– deseo acompañado de los sentimientos de fe viva, de humildad profunda, de plena confianza y de caridad generosa.



Para el cuerpo, las disposiciones consisten:

– en el ayuno eucarístico, es decir, en la abstención de todo alimento sólido y de toda bebida alcohólica desde tres horas antes, y de bebidas no alcoholizadas desde una hora antes;

– además, prendas de vestir decentes y limpias;

– una postura conveniente, de rodillas, salo que la salud no lo permita;

– y un comportamiento modesto y recogido.



● La Sagrada Eucaristía produce dos clases de efectos: espirituales y corporales.

Para la vida del alma, los efectos pueden resumirse a tres principales:

– la nutrición espiritual del alma;

– el perdón de los pecados veniales;

– la fortaleza para preservar del pecado mortal;

– la unión inefable con Jesucristo.

– es un gaje precioso de la vida eterna.



Los efectos corporales de la Eucaristía son:

– el debilitamiento de la concupiscencia;

– y también la prenda de la gloria futura para el cuerpo.



● ¿Cuáles son nuestros deberes para con la Eucaristía? Para saldar nuestras deudas con Jesús en la divina Eucaristía, debemos:

1° esforzarnos por vivir cada vez más de la vida de Jesucristo, es decir, tener un gran horror del pecado, cumplir sobrenaturalmente los deberes de nuestro estado, animarse de un celo ardiente por la salvación de las almas;

2° dar pruebas a Jesucristo de una piadosa devoción, por la Comunión frecuente, por las visitas al Santísimo Sacramento, por la asistencia regular al Santo Sacrificio de la Misa, por la Comunión espiritual y por el celo en propagar la devoción hacia la Santísima Eucaristía.



● Pidamos todas estas gracias a Nuestra Señora del Santísimo Sacramento. En el Cenáculo y en la casa de San Juan, fue la primera adoradora de Jesús Sacramentado.

Pidamos a Ella nos enseñe adorar y amar el Santísimo Sacramento del Altar; que nos ayude a conservar preciosamente el Santo Sacrificio de la Misa en su digno Rito Sacrosanto, tal como la Iglesia nos lo transmitió.