domingo, 30 de enero de 2011

Ss.Pedro&Pablo--Hechos de los Apóstoles

50 referencias bíblicas acerca de la Primacía de San Pedro y el Papado.

Título: 50 referencias bíblicas acerca de la Primacía de San Pedro y el Papado.
Autor: Dave Armstrong. 1 de marzo de 2006.
Copyright 2006 by Dave Armstrong. All rights reserved.
Original en Inglés: 50 New Testament Proofs for Petrine Primacy and the Papacy
Traducción: Alejandro Villarreal de Biblia y Tradición, 2008.
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(Escritas en 1994 y publicadas en las páginas 233 a 238 de su libro “Una Defensa Bíblica del Catolicismo”)
La doctrina Católica del papado está basada en la Biblia y se deriva de la evidente primacía de San Pedro entre los demás apóstoles. Como todas las doctrinas cristianas, ha experimentado un desarrollo a través de los siglos, pero no se ha separado de sus componentes esenciales ya existentes en el liderazgo y prerrogativas de San Pedro. Estas características fueron dadas a San Pedro por Nuestro Señor Jesucristo, sabidas por sus contemporáneos y aceptadas por la Iglesia temprana. Los datos bíblicos petrinos son bastante consistentes y convincentes por virtud de su peso acumulado, especialmente aquellos que no son contrarios a la noción del papado. He aquí las pruebas de la Santa Escritura:
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I. Mateo 16: 18Y yo te digo a ti que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré yo mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella.
Esta Piedra (del griego petra) se refiere aquí a San Pedro mismo, no a su fe o a Jesucristo. Cristo aparece aquí, no como el cimiento, sino como el arquitecto que construye. La Iglesia es construida, no sobre confesiones, sino sobre confesores (hombres vivientes) ver 1Pedro 2: 5. En nuestros días, el abrumador consenso de la gran mayoría de los estudiosos y comentadores de la Biblia es a favor del entendimiento tradicional de la Iglesia Católica. Aquí San Pedro es descrito como la piedra-cimiento de la Iglesia, haciéndolo a él cabeza y superior de la familia de Dios (esto es, la semilla de la doctrina del papado). Adicionalmente, Piedra representa una metáfora aplicada a él por Cristo en el sentido análogo del despreciado y sufriente Mesías (1 Pedro 2: 4-8; comparar con Mateo 21: 42). Una casa cae si carece de cimientos sólidos, San Pedro es el cimiento, pero no el fundador, es administrador, pero no el Señor de la Iglesia. El Buen Pastor (Juan 10: 11) nos proporciona otros pastores también (Efesios 4: 11).
II. Mateo 16: 19Yo te daré las llaves del reino de los cielos, y cuanto atares en la tierra será atado en los cielos, y cuanto desatares en la tierra será desatado en los cielos.
El “poder de las llaves” tiene que ver con la disciplina eclesiástica y la autoridad administrativa con relación a los requerimientos de la fe, como en Isaías 22: 22 (comparar con Isaías 9: 6; Job 12: 14; Apocalipsis 3: 7). De estos poderes emana el uso de las censuras, la excomunión, la absolución, la disciplina bautismal, la imposición de penitencias y los poderes legislativos. En el Antiguo Testamento, un administrador o primer ministro es un hombre que está “sobre la casa” (Génesis 41: 40; 43: 19; 44: 4; 1Reyes 4: 6; 16: 9; 18: 3; 2Reyes 10: 5; 18: 18; Isaías 22: 15; 20: 21).
III. Mateo 16: 19…y cuanto atares en la tierra será atado en los cielos, y cuanto desatares en la tierra será desatado en los cielos.
“Atar” y “desatar” eran términos especializados rabínicos, que significan “prohibir” y “permitir” con referencia a la interpretación de la ley., y en segundo lugar, “condenar” o “vetar” y “absolver”. Así, a San Pedro y los papas les es dada la autoridad de determinar las reglas para la doctrina y la vida, por virtud de la revelación y la guía del Espíritu (Juan 16: 13) y exigir la obediencia de la Iglesia. “Atar y desatar” representan los poderes legislativo y judicial del papado y los obispos (Mateo 18: 17-18; Juan 20: 23). San Pedro, sin embargo, es el único apóstol que recibe estos poderes por su nombre y en singular, destacándolo.
IV. El nombre de Pedro aparece primero en donde se listan a los apóstoles (Mateo 10: 2; Marcos 3: 16; Lucas 6: 14; Hechos 1: 13). Mateo incluso lo llama “el primero”. Judas Iscariote es invariablemente mencionado al último.
V. Pedro es llamado casi sin excepción nombrado primero cuando aparece con alguien más. En un (¿único?) ejemplo pasa lo contrario, Gálatas 2: 9, en donde él (Cefas) es nombrado después de Santiago y antes de Juan, pero él es claramente destacado en todo el contexto (por ejemplo, 1: 19-19; 2: 7-8).
VI. Pedro, de entre todos los apóstoles, es el único que recibe un nuevo nombre, Piedra (Petra – Pedro), solemnemente conferido (Juan 1: 42; Mateo 16: 18).
VII. De la misma manera, Pedro es considerado por Jesús como el Pastor Principal ante Él (Juan 21: 15-17), en forma singular y sobre toda la Iglesia universal, incluso cuando otros tenían un rol similar, pero subordinado (Hechos 20: 28; 1Pedro 5: 2).
VIII. Sólo Pedro, de entre los demás apóstoles, es mencionado por su nombre como objeto de los ruegos de Jesucristo con el fin de que “su fe no desfallezca” (Lucas 22: 32).
IX. Sólo Pedro, de entre los demás apóstoles, es exhortado por Jesús a “confirmar a sus hermanos” (Lucas 22: 32).
X. Pedro es el primero en confesar la divinidad de Cristo (Mateo 16: 16).
XI. Solamente a Pedro es dicho que ha recibido conocimiento divino por una revelación especial (Mateo 16: 17).
XII. Pedro es considerado por los judíos como el líder y portavoz de la cristiandad (Hechos 4: 1-13).
XIII. Pedro es considerado por el común del pueblo de la misma manera (Hechos 2: 37-41; 5: 15).
XIV. Jesucristo sólo asocia a Él mismo y a Pedro en el milagro del dinero del tributo. (Mateo 17: 24-27)
XV. Cristo enseña desde la barca de Pedro, en donde el milagro de la pesca de los peces a continuación tiene lugar (Lucas 5: 1-11): quizás como una metáfora del papa como pescador de hombres. (Comparar con Mateo 4: 19).
XVI. Pedro fue el primer apóstol que se dirigió a la tumba y entró (Lucas 24: 12; Juan 20: 6).
XVII. Pedro es considerado por un ángel como el guía y representante de los apóstoles (Marcos 16: 7).
XVIII. Pedro guía a los apóstoles en la pesca (Juan 21: 2-3, 11). La barca de Pedro ha sido considerada por los católicos como figura de la Iglesia, con Pedro al timón.
XIX. Sólo Pedro se arroja al mar al encuentro de Jesús (Juan 21: 7).
XX. Las palabras de Pedro son las primeras que se registran y las más importantes después de Pentecostés (Hechos 1: 15-22).
XXI. Pedro toma la dirección durante el reemplazo de Judas (Hechos 1: 22).
XXII. Pedro es el primero que habla (y el primero en ser registrado) después de Pentecostés, así, él fue el primer cristiano en predicar el evangelio en el tiempo de la Iglesia. (Hechos 2: 14-36).
XXIII. Pedro realiza el primer milagro en el tiempo de la iglesia, sanando a un hombre. (Hechos 3: 6-12).
XXIV. Pedro pronuncia el primer anatema (Ananías y Safira) ¡enfáticamente confirmado por Dios! (Hechos 5: 2-11).
XXV. La sombra de Pedro realiza milagros. (Hechos 5: 15).
XXVI. Pedro es la primera persona después de Cristo en resucitar muertos. (Hechos 9: 40).
XXVII. Un ángel le dice a Cornelio que busque a Pedro para que lo instruya en el cristianismo. (Hechos 10: 1-6).
XXVIII. Pedro es el primero en recibir a los gentiles después de una revelación de Dios. (Hechos 10: 9-48).
XXIX. Pedro instruye a los demás apóstoles sobre la catolicidad (universalidad) de la Iglesia (Hechos 11: 5-17).
XXX. Pedro es objeto de la primera mediación divina a favor de un individuo en el tiempo de la Iglesia. (Un ángel lo libera de la prisión, Hechos 12: 1-17)
XXXI. Toda la Iglesia (fuertemente implicada) ofrece plegarias por Pedro cuando éste es encarcelado. (Hechos 12:5).
XXXII. Pedro preside e inaugura el primer Concilio de la Cristiandad y establece una serie de principios después de ser aceptados. (Hechos 15: 7-11).
XXXIII. Pablo distingue las apariciones del Señor a Pedro, después de su resurrección, de aquellas con los otros apóstoles (1Corintios 15: 4-8). Los dos discípulos en el camino a Emáus hacen la misma distinción (Lucas 24: 34), en este ejemplo, mencionando sólo a Pedro (Simón), incluso cuando ellos mismos habían visto la ascensión de Jesús horas antes (Lucas 24: 33).
XXXIV. Pedro frecuentemente es distinguido de entre los demás apóstoles (Marcos 1: 36; Lucas 9: 28, 32; Hechos 2: 37; 5: 29; 1Corintios 9: 5).
XXXV. Pedro frecuentemente es el portavoz de los apóstoles, especialmente en momentos importantes (Marcos 8: 29; Mateo 18: 21; Lucas 9: 5; Juan 6: 67ss).
XXXVI. El nombre de Pedro es el primero que se nombra en el círculo interno de los discípulos (Pedro, Santiago y Juan, -Mateo 17: 1; 26: 37, 40; Marcos 5: 37; 14: 37- ).
XXXVII. Pedro frecuentemente es la figura central relacionada con Jesús en escenas dramáticas del evangelio como la caminata sobre el agua (Mateo 14: 28-32; Lucas 5: 1ss; Marcos 10: 28; Mateo 14: 24ss).
XXXVIII. Pedro es el primero en reconocer y refutar la herejía de Simón el Mago (Hechos 8: 14-24).
XXXIX. El nombre de Pedro es mencionado más frecuentemente que el de todos los demás discípulos juntos (162 veces como Pedro, 23 como Simón y 6 como Cefas). Le sigue Juan con 48 y ¡Pedro está presente en el 50% de las veces en que se menciona a Juan en la Biblia! El Arzobispo Fulton Sheen calculó que los otros discípulos combinados eran mencionados 130 veces. Si esto es correcto, ¡Pedro es nombrado en un notable 60% de las veces en que cualquier discípulo es mencionado!
XL. La proclamación de Pedro en Pentecostés (Hechos 2: 14-41) contiene una completa y autorizada interpretación de la Escritura, es una decisión doctrinal y un decreto disciplinario concerniente a la “Casa de Israel” (2: 36), un ejemplo de “atar y desatar”.
XLI. Pedro fue el primer “carismático”, habiendo juzgado con autoridad el primer ejemplo del don de lenguas como auténtico. (Hechos 2: 14-21).
XLII. Pedro es el primero en predicar el arrepentimiento y bautismo cristianos (Hechos 2: 38).
XLIII. Pedro (presumiblemente) dirige el primer bautismo en masa registrado (Hechos 2: 41).
XLIV. Pedro mandó bautizar a los gentiles cristianos (Hechos 10: 44-48).
XLV. Pedro fue el primer misionero y el que primero ejerció lo que posteriormente se conocería como “la visita a las iglesias” (Hechos 9: 32-38, 43), Pablo predicó en Damasco inmediatamente después de su conversión (Hechos 9: 20), pero no viajó ahí por esa razón (¡Dios cambió sus planes!). Sus viajes misioneros comenzaron en Hechos 13: 2.
XLVI. Pablo fue a Jerusalén específicamente para ver a Pedro, por quince días al principio de su ministerio (Gálatas 1: 18) y fue comisionado por Pedro, Santiago y Juan (Gálatas 2: 9) para predicar a los gentiles.
XLVII. Los hechos de Pedro, por fuerte implicación, son como jefe obispo/pastor de la Iglesia (1Pedro 5: 1) ya que él exhorta a todos los otros obispos o ancianos.
XLVIII. Pedro interpreta profecía (2Pedro 1: 16-21).
XLIX. Pedro corrige a aquellos que mal emplean los escritos de Pablo (2Pedro 3: 15-16).
L. Pedro escribió su primera epístola desde Roma, de acuerdo a la mayoría de los estudiosos, como su obispo (de Roma) y como el obispo universal (o papa) de la Iglesia temprana. Babilonia es considerada como la codificación para Roma (1Pedro 5: 13).
En conclusión, no es correcto pensar que Dios presentaría a San Pedro con tal preponderancia en la Biblia sin algún significado e importancia para la historia cristiana que vendría, en particular, para el gobierno de la Iglesia. El papado es el más plausible (y real) cumplimiento de esto.
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martes, 25 de enero de 2011

El Pecado Mortal: Consecuencias y Remedios

Para salvarnos, debemos rechazar con valentía el pecado y remover los obstáculos que acumulan a nuestro paso los enemigos de nuestra alma; vivir en la gracia santificante, cumplir los divinos mandamientos y rezar cada día.

Después del pecado original, para conseguir la salvación eterna, tenemos que luchar enérgicamente contra el pecado – que es el enemigo número uno y, en cierto sentido, el único que tenemos enfrente. Tenemos que luchar también contra el mundo, demonio y carne, que no cesan de acumular obstáculos en nuestro camino como amigos y aliados del pecado. Si el mundo, es decir, los hombres que viven sin tener cuenta de la Ley de Dios, el demonio y la carne son tan peligrosos y temibles, es únicamente porque vienen del pecado y conducen a él.

Nunca nos pondremos suficientemente en guardia contra este mortal enemigo de nuestra alma, por que por un solo pecado mortal, podemos perdernos eternamente. Tener un pecado mortal es mil veces peor que tener el SIDA, cáncer y lepra juntos.

Examinemos un poco lo que es el pecado mortal, cual es su malicia, cuáles son los daños que nos hace, qué armas y remedios tenemos para luchar y triunfar de él.

¿Qué es el pecado mortal?

El pecado mortal es una trasgresión voluntaria de la Ley de Dios en materia grave. Es una rebeldía contra Dios.
Dios tiene su Ley. En su infinita sabiduría ha sabido resumirla en los diez mandamientos. La Iglesia, con Divina autoridad ha añadido algunos otros, con el fin de hacernos cumplir con mayor facilidad y perfección los divinos preceptos.

Cuando el hombre, dándose perfecta cuenta de que lo que va hacer está gravemente prohibido por la ley de Dios o de la Iglesia, quiere hacerlo a pesar de todo, comete un pecado mortal que pone completamente de espaldas a Dios y le vincula a las cosas creadas, en las que coloca su último fin renunciando a la salvación eterna1 1.

Para que un pecado sea mortal hay tres condiciones:

1) Advertencia perfecta por parte del entendimiento,

2) Consentimiento perfecto, o plena aceptación por parte de la voluntad.

3) Materia grave prohibida por Dios.

Los efectos inmediatos del pecado son:

1) Aversión a Dios del que se separa voluntariamente al despreciar sus mandamientos, y es lo que constituye lo formal o el alma del pecado;

2) Conversión a las cosas creadas mediante su goce ilícito, que constituye lo material o el cuerpo del pecado.

3) He aquí unos ejemplos de pecado mortal que conducen al infierno. San Pablo nos advierte: “Fornicación y cualquiera impureza o avaricia, ni siquiera se nombre entre vosotros, como conviene a santos, ni torpeza, ni vana palabra, ni bufonerías…Porque tened bien entendido que ningún fornicario, impuro avaro que es lo mismo que idólatra tiene parte en el reino de Cristo y de Dios. Nadie os engañe con vanas palabras, pues por estas cosas descarga la ira de Dios sobre los hijos de la desobediencia. No os hagáis pues copartícipes de ellos” (Efesios 5, 3-7). Lo que dicen o hacen los pecadores no vale nada. NO debemos participar de sus locuras o aprobarlas.

Dios mismo nos advierte hablando de pecado graves: “NO os hagáis ilusiones. Ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los sodomitas, ni los maldicientes, in los que viven de rapiña, heredaran el reino de Dios”. (I Corintios. 6,9-11).

La malicia del pecado mortal

Ninguna inteligencia creada o creable podrá jamás darse cuenta perfecta del espantoso desorden que encierra el pecado mortal. Rechazar a Dios a sabiendas y escoger en su lugar a una vilísima criatura en la que se coloca la suprema felicidad y último fin envuelve un desorden tan monstruos e incomprensible, que sólo la locura y atolondramiento del pecador puede alguna manera explicarlo. El ejemplo de la pobre pastorcita de la que el rey se prendo y la desposó consigo, haciendo la reina, y que de pronto abandona el palacio real y se marcha en plan de adulterio con un miserable seductor, no ofrece sino un pálido reflejo de la increíble monstruosidad del pecado.

El mismo Dios, infinitamente bueno y misericordioso, que tiene entrañas de padre para todas su criatura s y que nos ha dicho en la sagrada Escritura (Ezequiel 33,11) , sabemos que por un soloque no quiere la muerte del pecador, sino que se convierta y viva, sabemos que por un solo pecado mortal:

a) Convirtió a millones de ángeles en horribles demonios para toda la eternidad.

b) Arrojó a nuestros primeros padres del paraíso terrenal, condenándoles a ellos y a todos sus descendientes al dolor y ala muerte corporal y ala posibilidad de condenarse eternamente aun después de la redención realizada por Cristo.

c) Exigió la muerte en la cruz de su Hijo muy amado, en el cual tiene puestas todas sus complacencias para redimir al hombre culpable (San Mateo 17,5).

d) Mantendrá por toda la eternidad los terribles tormentos del infierno en castigo del pecador obstinado.

e) Todo esto son datos de fe católica: es hereje quien los niegue. ¿Qué otra cosa podrá darnos una idea de la espantosa gravedad del pecado mortal cometido de una manera perfectamente voluntaria y a sabiendas?

Los efectos del Pecado mortal

No hay catástrofe ni calamidad pública o privada que pueda comparase con la ruina que ocasiona en el alma un solo pecado mortal. Es la única desgracia que merece propiamente el nombre de tal, y es de tal magnitud, que no debería cometerse jamás, aunque con él se pudiera evitar una terrible guerra internacional que amenace destruir a la humanidad entera, o liberar a todas las almas del infierno y del purgatorio.
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Sabido es que, según la doctrina católica – que no puede ser mas lógica y razonable para cualquiera que, teniendo fe, tenga además sentido común -, el bien sobrenatural de un solo individuo está por encima y vale infinitamente más que el bien natural de la creación universal entera, ya que pertenece a un orden ínfinitamente superior: el de la gracia y la gloria.

Así como sería una locura que un hombre se entregase a la muerte para salvar la vida a todas las hormigas del mundo – vale más un solo hombre sacrificase su bien eterno, sobrenatural, por salvar el bien temporal y meramente humano de la humanidad entera: no hay proporción alguna entre uno y otro.

El hombre tiene obligación de conservar su vida sobrenatural, de vivir en la gracia a toda costa, aunque se hunda el mundo entero.

He aquí los principales efectos que causa el alma un solo pecado mortal voluntariamente cometido:

1) Pérdida de la gracia santificante que hacía el alma pura, santa e hija adoptiva de Dios heredera de la Vida eterna. Sin la gracia santificante nadie puede salvarse.

2) Pérdida de las virtudes infusas (caridad, prudencia, justicia, fortaleza, templanza) y de los dones del Espíritu Santo, que constituyen un tesoro divino, infinitamente superior a todas las riquezas materiales de la creación entera.

3) Pérdida de la presencia amorosa de la Santísima Trinidad en el alma, que se convierte en morada y templo de Satanás.

4) Pérdida de todos los méritos adquiridos (mediante las buenas obras) en toda su vida pasada, por larga y santa que fuera.

5) Feísima mancha en el alma, que la deja tenebrosa y horrible a los ojos de Dios. “El pecado, dice San Juan Crisóstomo, deja el alma tan leprosa y manchada que mil fuentes de agua no son capaces de lavarla”.

6) Esclavitud de Satanás. El que está en el pecado mortal es esclavo de Satanás “que es príncipe de los pecadores”, dice San Agustín.

7) Aumento de las malas inclinaciones. El pecador esta debilitado y no puede fácilmente resistir contra el mal, le cuesta mucho trabajo hacer el bien.

8) Remordimiento e inquietud de conciencia, el que está en pecado mortal no tiene tranquilidad y paz en su alma ni en su familia, ni en su trabajo.

9) Reato, es decir merecimiento de pena eterna. El pecado mortal es el infierno en potencia, es decir, el que está en pecado mortal puede en cualquier momento caer en el infierno para siempre.

Como se ve, el pecado mortal es como un derrumbamiento instantáneo de nuestra vida sobrenatural, un verdadero suicidio del alma a la vida de la gracia Y pensar que tantos y tantos pecadores lo cometen con increíble facilidad y ligereza , no para evitarle al mundo una catástrofe lo que sería ya gran locura-, sino por un instante de placer bestial, por unos miserables pesos que tendrán que dejar en este mundo, por un odio y rencor al que no quiere renunciar y otras mil bagatelas y niñerías por el estilo!

Realmente tenía razón San Alfonso de Liborio cuando decía que el mundo le parecía un inmenso manicomio en el que los pobres pecadores habían perdido por completo el juicio. Y, con razón también, la piadosísima reina Blanca de Castilla le decía a su hijo San Luis, futuro rey de Francia: “Hijo mío, preferiría verte muerto que cometer un solo pecado mortal.” Es impresionante la descripción que hace Santa Teresa del estado en que queda un alma que acaba de cometer un pecado mortal”. (A ella se lo hizo ver Nuestro Señor de una manera milagrosa); “no sería posible a ninguno pecar, aunque se pusiesen a mayores trabajos que se que se pueden pensar por huir de las ocasiones”, (Moradas primeras, c.2)

¿Cómo podemos evitar el pecado mortal?

El que quiere asegurar la salvación eterna de su alma, nada tiene que procurar con tanto empeño como evitar a toda costa la catástrofe del pecado mortal.

Sería gran temeridad e increíble ligereza seguir pecado tranquilamente confiando en realizar más tarde la conversión y vuelta definitiva a Dios. En gran peligro se podría ese pecador de frustrar esa esperaza tan vana e inmoral. La muerte puede sorprenderle en el momento menos pensado, y se expone, además, a que la justicia de Dios determine substraerle, en castigo de tan manifiesto abuso, la gracia eficaz del arrepentimiento, sin la cual le será absolutamente imposible salir de su horrible situación. Si diera cuenta el pecador del espantoso peligro a que se expone, no podría conciliar el sueño una sola noche a menos de haber perdido por completo el juicio.

He aquí, indicados nada más, algunos de los medios más eficaces para salir del pecado mortal y no volver jamás a él:

1) Asistir al santo Sacrificio de la Misa. “por que nos obtiene la gracia del arrepentimiento, nos facilita el perdón de los pecados. ¡Cuantos pecadores, asistiendo a Misa, han recibido allí la gracia del arrepentimiento y la inspiración! de hacer una buena confesión de toda su vida”! (R. Garrigou-Lagrange, el Salvador, ed. Patmos, pág. 463).

2) Confesión y comunión frecuente, con toda la frecuencia que sea menester para conservar y aumentar las fuerzas del alma contra los asaltos de la tentación. Por la salud del cuerpo tomaríamos con gusto todos los remedios y medicinas que el médico nos mandara. L salud del alma vale infinitamente más.

3) Reflexionar todos los días un ratito sobre los grandes intereses de nuestra alma y de nuestra eterna salvación. La lectura diaria meditada de la vida de los santos ayuda mucho. (Hay unos libros fundamentales: S. Francisco de Sales; Introducción a la Vida devota; S. Alfonso de Liborio, reparación para la muerte; El gran medio de la Oración).

4) Oración de súplica pidiéndole a Dios que nos tenga de de su mano y no permita que nos extraviemos. El Padrenuestro bien rezado y vivido, ayuda mucho.

5) Huida de las ocasiones. El pecador está pedido sin eso. No hay propósito tan firme ni voluntad tan inquebrantable que no sucumba. Con facilidad ante una ocasión seductora. Es preciso renunciar si contemplaciones a los espectáculos inmorales (se comete, además, pecado de escándalo y cooperación al mal, contribuyendo con nuestro dinero a mantenerlos amistades frívolas y mundanas, conversaciones torpes, revistas o fotografías obscenas, películas, Internet, la caja de todos los vicios etc. Imposible mantenerse en pie si no se renuncia a todo eso. La felicidad inenarrable que nos espera eternamente en el cielo bien vale la pena de renunciar a esas cosas que tanto nos seducen ahora, sobre todo teniendo en cuenta que por un goce momentáneo nos llevarían a la eterna ruina.

6) Devoción entrañable a María, nuestra dulcísima Madre, abogada y refugio de pecadores. Lo ideal sería rezarle todos los días el Santo Rosario, que es la primera y más excelente de las devociones marianas y grandísima señal de prdesdestinación para que lo rece devotamente todos los días; pero, al menos, no olvidemos nunca las tres avemarías al levantarnos, acostarnos y a experimentar la tentación, para que nos alcance la victoria.

7) Hacer regularmente los Ejercicios Espirituales de San Ignacio. Hay una muerte, un juicio, una eternidad feliz o infeliz. Con el pecado no se discute. Tenemos que salvarnos cueste lo que cueste.

Magisterio de la Iglesia

   MAGISTERIO DE LA IGLESIA

En punto de fe y costumbres hizo Dios a la Iglesia partícipe del Magisterio divino, y, por beneficio también divino, libre de error (León XIII, Encíclica "Libertas")
Nunca más actuales las palabras de Denzinger en el prefacio a la primera edición de su obra: "Entre los muchos males que la inicua condición de los tiempos ha traído a las escuelas católicas, lo que señaladamente daña a los estudios teológicos es el hecho de que muchos ignoran o descuidan los que se llaman documentos positivos del creer y obrar, sancionados por pública autoridad de la Iglesia, y se entregan demasiado a su propio ingenio".
El objeto del Magisterio Eclesiástico no es proponer nuevas doctrinas o nuevas revelaciones, sino defender y exponer el depósito de la fe, es decir, las verdades reveladas por Dios a los Apóstoles y por ellos transmitidas a toda la Iglesia, tanto en la Sagrada Escritura, como en la Tradición oral. Realmente Cristo al enviar a los Apóstoles con la misión de enseñar a las naciones, les había encomendado que enseñaran todo lo que Él les había dicho; y al prometerles el Espíritu Santo había afirmado que Éste les enseñaría todas las verdades. Por tanto el objeto del Magisterio de la Iglesia es todo lo que Jesús enseñó a los Apóstoles por sí o por el Espíritu Santo: a la muerte del último Apóstol la revelación pública quedaba ya cerrada, el depósito de la fe ya estaba completo.
Es este depósito el que San Pablo entrega a Timoteo, como los otros Apóstoles a sus sucesores, recomendándoles que evitaran toda nueva doctrina y que fundaran toda su predicación sobre los cimientos de los Apóstoles y Profetas.
Y desde un principio la preocupación constante de la Iglesia fue mantenerse fiel a esta consignación apostólica, considerando como falsa toda innovación en materia de fe.
http://www.statveritas.com.ar/Libros/Denzinger_PDF.zip

sábado, 22 de enero de 2011

COMENTARIOS ELEISON 184 (22-I-2011) : ¿POCOS ESCOGIDOS?

COMENTARIOS ELEISON 184 (22-I-2011) : ¿POCOS ESCOGIDOS?

 
Infierno o Cielo, es tu elección

¿Por qué es aparentemente tan difícil salvar nuestra alma? ¿Por qué - como se nos dice - son pocas las almas que se salvan comparadas con el número de almas condenadas? Ya que Dios desea que todas las almas se salven (I Tim. II,4), ¿por qué no lo hizo un poco más fácil, como seguramente podría haberlo hecho?

 
La respuesta rápida y simple es que no es tan difícil salvar nuestra alma. Parte de la agonía de las almas en el Infierno es el conocimiento claro de lo sencillo que hubiera sido evitar la condenación. Los no-Católicos condenados podrían decir "Yo sabía que había algo de cierto en el Catolicismo, pero decidí nunca preguntármelo porque podía ver que en el futuro tendría que cambiar mi estilo de vida." (Winston Churchill una vez dijo que cada hombre se topa con la verdad en algún momento de su vida, pero la mayoría de ellos decide dar vuelta hacia el otro lado.) Los Católicos condenados podrían decir, "Dios me dio la Fe y yo sabía que lo único que necesitaba era hacer una buena confesión, pero creí que era más conveniente posponerla y así es como morí con mis pecados..." Cada una de las almas en el Infierno sabe que se encuentra ahí por su propia culpa, por su elección. A Dios no se le puede culpar por ello. De hecho cuando miran hacia atrás sus vidas aquí en la tierra, ven claramente lo mucho que Él hizo para intentar detenerlos de lanzarse al Infierno, pero libremente escogieron su propio destino, y Dios respetó su elección... Sin embargo, permitámonos ahondar un poco más sobre el tema.

 
Siendo infinitamente bueno, infinitamente generoso e infinitamente feliz, Dios escogió - no estaba de ningún modo obligado - crear seres que fuesen capaces de compartir su felicidad. Ya que Él es espíritu puro (Juan IV,24), esos seres tenían que ser espirituales y no solamente materiales, como los animales, vegetales o minerales. De ahí la creación de los ángeles sin materia alguna, y de los hombres, con un alma espiritual en un cuerpo material. Pero ese mismo espíritu por el cual los ángeles y los hombres son capaces de compartir Su Divina felicidad necesariamente incluye razón y libre albedrío, de hecho es por el libre albedrío que libremente escogen a Dios y se hacen capaces y partícipes de Su felicidad. ¿Pero cómo puede ser esa elección de Dios verdaderamente libre si no existe alternativa alguna que nos haría darle la espalda? ¿Qué merito tiene un niño al escoger comprar un volumen de Cervantes si únicamente tienen a Cervantes en venta en la librería? Y si la alternativa mala existe, y si el libre albedrío es real y no únicamente ficción, ¿cómo es que no habrá ángeles u hombres que escogerán lo que no es bueno?

 
La pregunta puede aún ser formulada, ¿cómo puede Dios haber previsto para permitir que la mayoría de la almas (Mateo VII, 13-14; XX, 16) sufran el terrible castigo de rechazar su amor? Respuesta, más el Infierno es terrible, y más es cierto que a cada hombre que vive Dios le ofrece la gracia, la luz y la fuerza necesaria para evitarlo. Sin embargo, como explica Sto. Tomás de Aquino, la mayoría de los hombres prefieren el ahora y los deleites conocidos de los sentidos a los futuros y desconocidos gozos del Paraíso. Entonces ¿por qué Dios acompañó a los sentidos de deleites tan fuertes? En parte sin duda para asegurar que los padres tuvieran niños para poblar su Cielo, pero también seguramente para hacer más meritorio el que un ser humano ponga la búsqueda del deleite en esta vida por debajo de los verdaderos gozos en la próxima vida, ¡gozosque son nuestros para desearlos! ¡Únicamente necesitamos desearlos con suficiente arrebato (Mateo XI, 12) !

 
Dios no es un Dios mediocre, y a las almas que lo aman desea ofrecerles un Paraíso tampoco mediocre.

 
                                                                                                                                       Kyrie eleison!

Autor: S.E.R. Mons. Richard Williamson.

miércoles, 19 de enero de 2011

Pelicula: Pedro y Pablo

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ADVERTENCIA: Cómo toda película contiene cuestiones que no se ajustan a la realidad, pero sirve para cultivar la inteligencia y la imaginación para imaginar como fueron aquellos días proximos a la primera venida de Nuestro Señor. Para conocer lo que sucedió consúltese Hecho de los Apostoles en su Biblia Vulgata.

Valiente




SACERDOTE DE MALARGUE DEFENDIO A LA IGLESIA DE GRUPO MUSICAL BLASFEMO

Tras entregar su primera canción, comenzaron la representación de Educación Sexual Moderno -que habla sobre los votos de castidad que profesan los religiosos y sacerdotes- para lo cual se vistieron con hábitos de monjes, e inmediatamente subió al escenario el Padre Jorge Gómez.

Cuando sabemos que el demonio expresa su maldad contra Cristo y su Iglesia a través de  “EXPRESIONES ARTÍSTICAS” vemos como todavía quedan verdaderos apóstoles de Nuestro Señor,  este es un sacerdote fiel  sus principios, verdadero Soldado de Cristo.


FUENTE:  http://cruxetgladius.blogspot.com/

viernes, 14 de enero de 2011

Pelicula: SAULO DE TARSO (Apostol San Pablo)


FICHA TÉCNICA

Título: LA BIBLIA: SAN PABLO
Subtitulo: Vol. II - El Apostol Misionero
Título Original: SAN PAOLO
Año de producción: 2000
País: Italia, Alemania, República Checa
Duración: 94 min.
Distribuida por: Llamentol
Director: Roger Young
Artistas: Johannes Brandrup, Thomas Lockyer, Barbora Bobulova,
Ennio Fantastichini, Giorgio Pasotti, Franco Nero, Daniela Poggi, Umberto Orsini
Producida por: Luca Bernabei
Escrita por: Gareth Jones, Gianmario Pagano
Música: Carlo Siliotto
Fotografía: Giovanni Galasso

SINOPSIS
La historia de Saúl de Tarso, perseguidor de cristianos, que luego se convierte en el Apóstol Pablo después de que se le aparezca Jesús. Pablo es uno de los primeros cristianos misioneros.

San Pablo el último Apóstol

San Pedro y San Pablo son los primeros misioneros y los más importantes de la religión cristiana. Pablo, converso en el camino hacia Damasco, trasladó los Evangelios a griegos y romanos antes de su martirio en Roma en el año 65. Pablo de Tarso, es uno de los personajes que más han contribuido a fraguar el pensamiento y la cultura occidentales.
De origen fariseo, participó en las primeras persecuciones contra los cristianos. Pero durante un viaje a Damasco y según su testimonio,, poco después de la crucifixión de Jesucristo, éste se le apareció y se convirtió a la nueva fe, que por entonces era considerada una secta herética del judaísmo. Desde entonces, San Pablo se transforma en el más ardiente propagandista del cristianismo, que extendería también entre los gentiles: viajó como misionero por Grecia, Asia Menor, Siria y Palestina; y escribió misivas (las encíclicas) a diversos pueblos del entorno mediterráneo.
Los escritos de San Pablo adaptaron el mensaje de Jesús a la cultura helenística imperante en el mundo mediterráneo, facilitando su extensión fuera del ámbito cultural hebreo en donde había nacido. Al mismo tiempo, esos escritos constituyen una de las primeras interpretaciones del mensaje de Jesús, razón por la que contribuyeron de manera decisiva al desarrollo teológico del cristianismo (se atribuyen a San Pablo más de la mitad de los libros del Nuevo Testamento).
Los Hechos de los Apóstoles relatan que San Pablo fue detenido en el año 58 después de Cristo en Jerusalén. Dos años más tarde fue conducido a Roma. El barco en el que viajaba encalló en la isla de Malta debido a una fuerte tempestad, en el lugar que actualmente se llama Bahía de San Pablo. Allí, Pablo de Tarso se dedicó a predicar el Evangelio, convirtiendo la isla al cristianismo.
En el año 63 llegó a Roma, donde prosiguió su apostolado. En el año 67 fue hecho prisionero nuevamente y decapitado.

El Vaticano prepara un DVD para mostrar cómo se celebra una misa tridentina.

 

El Vaticano prepara un DVD para mostrar a los sacerdotes y a los fieles cómo se celebra una misa tridentina o también llamada misa tradicional.

Esta misa, que precede a la actual, fue adoptada entre el Concilio de Trento y el Concilio Vaticano II y se celebraba en latín.

Siete años después del Concilio de Trento, en 1570, el Papa San Pío V publicó una edición del Misal Romano. Con esta publicación no creó una nueva Misa, sino que unificó toda la Liturgia existente. Así permaneció hasta 1963.

jueves, 13 de enero de 2011

Santoral Católico 13 de enero - Conmemoración Bautismo de N.S.J.C.

  • Conmemoración del Bautismo de N. S. J.
  • San Godofredo, Abad
  • San Potito, Mártir
  • Santa Glafira, Virgen
  • Santos Gumersindo y Servideo, Mártires
  • San Berno, Abad de Cluny
  • Santos Hermilo y Estratónico, Mártires
  • San Agrecio, Obispo de Tréveris
  • Beato Godofredo de Kappenberg, Conde y Religioso
  • Beata Verónica de Binasco, Virgen
  • Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes. R. Deo Gratias.


CONMEMORACIÓN DEL BAUTISMO
DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO




Estaba San Juan Bautista en las orillas del Jordán bautizando y exhortando a penitencia, cuando llegó a él el Salvador del mundo, de treinta años de edad. Al acercarse al Bautista, conoció éste, por luz sobrenatural, que el que venía a pedirle el bautismo era el Mesías verdadero; y así, al ver al Salvador, exclamó: Pues qué, Señor, ¿Vos venís a mí a ser bautizado, cuando debo yo ser bautizado de Vos? EL Señor le contestó que convenía sujetarse a los decretos de la divina Sabiduría. Abrióse el Cielo y vio San Juan que el Espíritu Santo bajaba sobre Jesucristo en figura de paloma, y al mismo tiempo oyó una voz que decía: Este es mi Hijo querido, en el que tengo Yo todas mis complacencias.

Bautizándose Jesús, nos enseñó la necesidad del bautismo para todos, y además su humildad, autorizó el bautismo del Bautista; el Espíritu Santo declaró la divinidad del Salvador, y por último, santificó las aguas habilitándolas para redimir los pecados.

miércoles, 12 de enero de 2011

Un sueño de San Juan Bosco

Título: Los Sueños de San Juan Bosco

Extraídos de la Vida de San Juan Bosco -Memorias Biográficas en 19 volúmenes-.
Un día en 1862, estaba Don Bosco recomendando a los sacerdotes confesores que le pidieran mucho a Dios la gracia de sabes confesar bien y de obtener la eficacia de la palabra y la virtud de la prudencia, y les recordaba que muchos hacen malas confesiones por temor. Y les narró lo siguiente:“Una noche soñé que veía a un joven con el corazón podrido y lleno de gusanos. No le hice caso al sueño, pero a la noche siguiente soñé que veía a un perro que le mordía el corazón a ese pobre joven.


Entonces me convencí de que Nuestro Señor quería ayudar a ese muchacho quitándole de la conciencia algún pecado que tenía sin perdonar.

Y un día me lo encontré y le dije: “¿Me quiere hacer un favor?”.

- Sí, claro, por supuesto, ¿Qué será? – ¿Quiere decirme si tiene algún pecado en su conciencia sin haberlo confesado? El quiso negarlo, pero yo le dije: “¿Y aquel pecado?, ¿y aquel otro?, ¿por qué no los ha confesado? Entonces me miró al rostro y comenzó a llorar, y me dijo: – Tiene razón. Hace dos años que tengo esos pecados en mi conciencia y nunca he sido capaz de confesarlos.

Y aquel muchacho se puso en paz con Dios.

FUENTE: BibliayTradición

La Herejía Moderna y Teilhard de Chardin

Título: La Herejía Moderna y Teilhard de Chardin
Autor: Ing. Tomás Moreno Carbantes
Extraído de su libro “El Juicio de las Naciones“; capítulos XI y XII; pp. 57 a 64 (diapositivas 110 a 127 de la presentación en B&T)
 
 
HEREJE - Teilhard de Chardin
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Nos encontramos en presencia no de una herejía particular como en el pasado, cuando el catolicismo se enfrentó a la herejía arriana, a la maniqueísta, la albigense, la mahometana, o en presencia de esa especie de herejía generalizada que fue el protestantismo, el ataque moderno contra la FE es un asalto en masa contra la existencia de la FE. El enemigo está avanzando con pie seguro, lo viene haciendo desde los comienzos del siglo pasado; da un paso, y cuando se siente seguro, avanza el otro, consciente del hecho tremendo de que no puede haber neutralidad. La batalla se libra en una línea definida de ruptura y, resultará o la supervivencia o la destrucción de la Iglesia.
Para orientarnos en el campo tan falto de amenidad en que vamos a entrar, es necesario situarnos en el primero origen histórico de las teorías sobre la evolución del dogma y de las controversias acerca del mismo tema, para eso, fuerza es ir a buscar en las ideas de Hegel.
El filósofo Hegel, en su afán de una síntesis completa de toda la ciencia humana sin excluir la ciencia de la religión, pretendió sujetar al lecho de Procusto de sus concepciones la REVELACIÓN DEL EVANGELIO. Pero, por más que hizo, no pudo despojar en absoluto al cristianismo de su carácter sobrenatural que se vio precisado a reconocer; pero aceptando a su modo la Revelación de Cristo, considerándola como una de las manifestaciones subjetivo objetivas de LA IDEA, especulando sobre ella y sometiéndola a las mismas leyes que las mismas ramas de la ciencia.
[Nota de B&T: Cama o lecho de Procusto es un estándar arbitrario para el que se fuerza una conformidad exacta. Se aplica también a aquella falacia seudocientífica en la que se tratan de deformar los datos de la realidad para que se adapten a la hipótesis previa. Wikipedia.]
Hay que tener presente que de Hegel se derivó el concepto de la evolución a todos los críticos protestantes del siglo pasado, y de donde tomó su idea el hereje padre de la herejía moderna Pierre Teilhard de Chardin del que más adelante trataremos.
Si bien Hegel no era teólogo sino filósofo, sin embargo, en su juventud, había hecho al parecer estudios profundos de la Biblia, y este trabajo ejerció siempre notable influjo sobre sus especulaciones filosóficas posteriores grabando en ellas, cierto sello teológico que contrasta singularmente con el fondo eminentemente racionalista de sus grandes producciones. El, como todos esos críticos, concibe al Cristianismo como una institución que de principios imperceptibles y apenas distintos del judaísmo, ha ido desarrollándose sucesivamente, los mismo en su elemento dogmático que en lo social, con arreglo a las leyes de un desenvolvimiento cuyos factores han de buscarse en energías inminentes de organismo o corporación cristiana.
Pero, para no enredarnos en un laberinto de definiciones y distinciones especulativas que lo más seguro es que fastidiaría a ustedes, queridos lectores, vamos a tocar solamente de pasada, las principales escuelas que a fines del siglo pasado y principios del presente [XIX y XX], profesan  y aplican la evolución. Primero, la de Harnack, segundo la de Loisy; la Programma Risposta, la Católica y la de Chardin.
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La teoría de Harnack
Harnack distingue dos periodos en la historia del dogma cristiano; el que llama de origen o formación, y el de desarrollo. Harnack entiende por origen, no el de la formulación del dogma, sino uno a modo de incubación durante el cual la Iglesia (según él) fue un hervidero de tendencias varias y opuestas entre sí, que lucharon por largo tiempo, sin que predominara una sobre las otras, y por lo mismo, no había una creencia universal bien determinada. (Cualquiera que tenga una medianísima formación religiosa, se da cuenta de la falsedad de pensamiento del filósofo racionalista). Sigamos. El periodo de formación se extiende y dura mientras se disputa sin resolución definitiva sobre la índole personal de Cristo; y queda terminado, cuando en la Iglesia prevalece como fundamental el artículo que proclama a Jesús como el Logos preexistente y personal de Dios. (Espero que mis lectores, se den cuenta que estoy interpretando el pensamiento de Harnack).
En este momento histórico debe colocarse el arranque del dogma. Harnack en su obra ‘La Historia de los Dogmas’, se propone esta dificultad:
“el cristianismo desde su primer origen formuló ciertas verdades y profesó determinada moral, luego dentro de la historia cristiana, no cabe estudiar el principio u origen de sus dogmas, sino sólo su desarrollo.”
Y él mismo se responde:
“es verdad que el cristianismo, como nacido del judaísmo y como identificado con él, ya en sus primeros albores, fue una religión reflejada y profesó la fe de Dios creador y en Jesucristo su revelador; pero esa fe y los dogmas posteriores no fue como el germen y su desarrollo: entre una y otra fe, medió un elemento adventicio que fue el engranaje del objeto primordial, con objetos conocidos previamente por otra fuente, a saber la vía filosófica.”
Y la vía filosófica, según Harnack, es una serie de fases que en el desenvolvimiento de la cristología, hasta la época de la formulación estricta del dogma. Es curiosa la manera de razonar de este filósofo alemán, dice que,
“la impresión que Jesús suscitó en sus discípulos y la “experiencia” religiosa que éstos sintieron acerca de la persona de Jesús cuando apareció ante sus ojos como el Mesías exaltado por Dios al señoría universal y a la dignidad de Juez de vivos y muertos”.
Y al referirse a San Juan en su Evangelio, dice que lo presenta como el “Logos Divino”, frase según él que sirvió para unir, para la fusión del cristianismo y el helenismo (?).
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La teoría de Loisy
Este filósofo dice en su libro: ‘El Evangelio y la Iglesia’ haciendo la crítica de Harnack:
“Harnack no concibe el cristianismo como una semilla que ha crecido, primero como planta en potencia, después planta real, idéntica a sí misma desde el principio de su evolución hasta su término actual, y desde la raíz hasta la cúspide del tallo”.
Loisy más especulador y menos histórico, sustituye a aquellas, merced a una poderosa energía de expansión interna, inherente al contenido mismo dogmático la cual radica en el enlace envuelto en su carácter mismo de Mesías, y ofrece amplio fundamento y abundante pábulo a la fecundidad productora de la fe.
Loisy ilustra su pensamiento con el ejemplo del árbol. En el germen  y en el árbol se realiza por igual la esencia de la planta. Según Loisy, el conjunto de los dogmas cristianos representa un organismo cuyos miembros son el resultado de un simple desarrollo vital; en el germen primero estaba ya contenido virtualmente todo cuanto la sucesión de los tiempos y fases ha ido manifestando. En su punto de partida, el dogma cristiano, era el grano de mostaza que con el tiempo se ha hecho corpulento y frondoso:
“El grano era diminuto; porque la nueva religión era menor en el prestigio de la antigüedad, que las viejas religiones todavía en pie, de Egipto y de Caldea; era menor en el poder externo que el paganismo romano, menor también en apariencia que el judaísmo. Sin embargo, aquella semilla acerraba en germen el árbol que nosotros contemplamos”.
Loisy admite dos energías que se desenvuelven paralelamente, se completan y cooperan de consuno a la evolución del núcleo primordial; además del agente subjetivo de la conciencia cristiana, admite otro objetivo no menos enérgico. Por eso en la teoría de Loisy, el desenvolvimiento es por verdadera evolución, y así, las energías actúan obedeciendo a leyes constantes: de donde resulta que el progreso es perenne, sin vacilaciones, sin paradas, sin solución de continuidad.
Pero en Loisy nos encontramos una cosa curiosa, que queriendo refutar a Harnack, lo va copiando en la terminología, en la serie, en el número y caracteres de cada una de las fases sucesivas que hace atravesar al cristianismo a través de la historia.
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La teoría Modernista
Los modernistas propiamente dichos, aunque han recogido con avidez el pensamiento de Loisy, han acentuado por su cuenta el rasgo que es común a los dos heterodoxos anteriores; o sea el factor psicológico; Loisy admite la acción de la conciencia cristiana sobre la expansibilidad objetiva del contenido dogmático; los modernistas han tomado por su cuenta ilustrar ese tópico, describiendo menudamente en la experiencia religiosa el momento de la subconsciencia donde obra el sentimiento, y el momento de la intelectualidad, cuando entra en juego la inteligencia. Describen con satisfacción, el conjunto de elementos subjetivos que comunican a su teoría el general de la religión, distinguen las dos regiones de subconsciencia y de inteligencia.
Según los modernistas, cuando la fe o el sentimiento religioso se encuentra frente del fenómeno histórico en que aquél se apoya, la fe se apodera del fenómeno en su totalidad, la reviste de la vida en que ella rebosa, y así, por una parte, “trasfigura” el fenómeno comunicándole el fundamento para las propiedades superiores que luego han de descubrir y formular sobre él.
Dicen los modernistas:
“He aquí, que desde el punto de vista ontológico, en el Cristo de la historia, están encerrados aquellos valores éticos y aquellos significados religiosos que la conciencia cristiana ha ido contemplando lentamente; porque la fe nada crea, sólo descubre (¡¿)”.
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Lo que de verdad es
El contenido dogmático en su fase primordial, al ser comunicado al género humano, afecta la forma de una realidad vital, viniendo a ser como un germen que, dotado de vida y por lo mismo de virtud evolutiva, y depositado además en el corazón, vivo también de la Iglesia, es decir, en la conciencia de sus miembros, se desenvuelve luego gradualmente a favor de esa doble actividad vital, revistiendo sucesivamente formas de expresión más y más definidas, a medida que va creciendo y desarrollándose la actividad de la conciencia cristiana.
El dogma no se entregó como una cosa acabada e intangible, sino como un depósito viviente que debemos cultivar, fomentar y desarrollar. Como vivo y fructífero está grabado en las tablas del corazón de los fieles, y sembrado en la conciencia cristiana, donde, en expresión del Apóstol, TODA PALABRA DE VIDA CRECE Y FRUCTIFICA, se desarrolla y perfecciona a proporción que avanza el desarrollo o el perfeccionamiento subjetivo.
A lo anterior debemos agregar la cooperación del Espíritu Santo que está obrando perennemente en la Iglesia enseñando a los fieles la verdad revelada por Jesucristo. Al despedirse Jesús de sus discípulos les dijo: AÚN TENGO MUCHAS COSAS QUE DECIROS, PERO TODAVÍA NO LAS PODÉIS ENTENDER. EL ESPÍRITU DE VERDAD QUE OS ENVIARÉ PARA QUE PERMANEZCA SIEMPRE CON VOSOTROS OS ENSEÑARÁ TODA VERDAD. La Iglesia sigue en el día de hoy, pidiendo al Padre el cumplimiento de esta promesa.
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La última y compendio de las demás herejías
Creemos que con lo que hemos dicho (comprendemos que hay muy mal expuesto y peor redactado) bastará para que los lectores tengan una noción rudimentaria del camino preparado al último hereje de la era moderna, nos referimos a Pierre Teilhard de Chardin. ¿Quién fue este señor?
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Pierre Teilhard de Chardin. El profeta del Anticristo
“Te conjuro delante de Dios y de Cristo Jesús,
que ha de juzgar a vivos y muertos,
por su aparición y por su reino:
Predica la palabra, insiste a tiempo y a destiempo, arguye, enseña,
exhorta con toda longanimidad y doctrina,
pues vendrá un tiempo en que no sufrirán la sana doctrina;
antes deseosos de novedades, se amontonarán
maestros conforme a sus pasiones
y apartarán los oídos de la verdad
para volverlos a las fábulas.
Pero tú, vela en todo, soporta los trabajos,
has obra de evangelista, cumple tu ministerio.”
(I Timoteo IV,1-5).

El Apóstol Pablo, tuvo en verdad visión profética anticipada de nuestros tiempos.
Hemos visto a los largo de estos “cuadros”, la conjuración contra la Iglesia de Jesucristo, pero todo lo anterior era juego de niños en comparación de lo que nos falta ver.
El capítulo anterior lo terminamos con una pregunta: ¿Quién es ese señor? Refiriéndonos a Teilhard de Chardin. Pues, fue, un sacerdote francés, jesuita que nació en el castillo de Sarcenat en Auvernia a fines del siglo pasado, y que se hizo famoso por su dedicación a la paleontología, y que quizás por sus estudios de antropología y de paleontología, su mente sufrió una desviación; pues que, con base en la “cosmovisión” edificó su enseñanzas con alcance filosófico y aún teológico, tomando como axioma indiscutible la evolución general, que llevará al Universo desde la energía primordial subatómica al hombre actual, y que lo conducirá en lo futuro al Punto Omega o Cristo Universal.
Durante su vida, en actitud de franca desobediencia a sus votos y a sus superiores, era conocido por el autor de ciertas hojas mimeográficas que hacía circular entre el clero, los profesores de instituciones católicas, entre los alumnos de los seminarios, y en esas hojas, enseñaba nueva teología. Pero más famoso se hizo después de muerto, porque, con motivo de la publicación de sus escritos inéditos, entre ellos ‘El Fenómeno Humano’ en el que expone su cosmovisión, y en ‘El Medio Divino’ en que da a conocer la nueva espiritualidad basada en la acción y en la coincidencia con los esfuerzos del progreso humano científico-técnico-socializante, y que él tiene por absolutamente necesario para la construcción del Cuerpo Místico del futuro Cristo Universal que es la meta y la razón de ser de la “Evolución y de la Historia”.
No es de extrañar, que en muy poco tiempo Chardin se constituyó en uno de los principales líderes del “progresismo” y de la llamada “teología nueva”. Sus ideas fueron claramente aludidas en forma muy desfavorable en la Encíclica “Humani Géneris” de S. S. Pío XII del 12 de agosto de 1950. Tiene un párrafo en que claramente lo alude pues dice:
“Por desgracia, estos amigos de novedades fácilmente pasan al desprecio de la teología escolástica a tener en menos a aún a despreciar también al mismo Magisterio de la Iglesia, que con su autoridad tanto peso ha dado a aquella teología. Presentan este Magisterio como un impedimento del progreso y como un obstáculo de la ciencia… También hay algunos que plantean el problema de si los ángeles son personas; y si hay diferencia esencial entre la materia y el espíritu. Otros desvirtúan el concepto del carácter gratuito del orden sobrenatural, pues defienden que dios no puede crear seres inteligentes sin ordenarlos y llamarlos a la visión beatífica…”.
El 30 de junio de 1962, la congregación del Santo Oficio (Hoy de la Fe) hizo una solemne advertencia -”Monitum”- que dice:
“Ciertas obras, incluso póstumas, del P. Teilhard de Chardin se difunden y se divulgan con éxito no pequeño. Sin juzgar lo que concierne a las ciencias positivas, resulta suficientemente evidente que en materia filosófica y teológica las antedichas obras están llenas de ambigüedades y aún de errores graves que atentan contra la doctrina católica. Por ello, los Eminentísimos y Reverendísimos Padres de la Suprema y Sagrada Congregación del Santo Oficio, exhortan a todos los Ordinarios, y también a los superiores de institutos religiosos, a los superiores de Seminarios, y a los rectores de Universidades, a defender eficazmente a los espíritus, sobre todo de los jóvenes, contra los peligros de las obras del P. Teilhard de Chardin y sus acólitos”.
Por desgracia, esta solemne advertencia, no fue escuchada por todos aquellos que estaban en obligación de hacerlo, dando por resultado el envenenamiento de muchos sacerdotes y seminaristas.
Los errores y ambigüedades de los escritos de Chardin saltan a la vista y pueden agruparse así:
1.- Un concepto de creación que la hacía casi necesaria a Dios.
2.- Un concepto de las relaciones entre el Cosmos y Dios, en que la evolución del Cosmos en cierto modo transforma a Dios mismo.
3.- Admisión de una tercera naturaleza en Cristo, no humana ni divina, sino Cósmica, al hacer de Cristo la culminación de toda la evolución natural del Cosmos.
4.- Confusión entre lo natural y lo sobrenatural, al afirmar Teilhard de Chardin, que no hay creación sin encarnación, ni encarnación sin redención.
5.- Confusión del espíritu con un estado superior de la materia y atribución a la materia de cierto psiquismo.
6.- Concepción meramente estadística del pecado, en virtud de la cual todos los hombres serían culpables colectiva y no individualmente, con aplicación de ello al pecado original.
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Las conclusiones anteriores nos dan
En la muy importante revista AQUINAS, Fascículo 2, leemos, que Rev. P. Guerard des Lauriers, se expresa así del Cristo que presenta Chardin:
“El Cristo Cósmico de Chardin, es la figura contemporánea del Anticristo”.
Por el primero y el segundo número, vemos que él no habla de la creación sino de la “Cosmogénesis” igual que las sociedades Teosóficas; y a la Cosmogénesis la convierte en “Cristogénesis” de donde resulta, que Cristo es el mundo y para el mundo, y al llegar a su estrato superior lo denomina Ultra-Humano, y con ello crea un nuevo mesianismo materialista.
El número cuatro, nos está indicando un evolucionismo materialista, ajeno a toda idea de Dios y contrario a la Redención, nos presenta un Cristo que se percibe a través de la “diafonía” (transparencia en el mundo). Teilhard cree tener en este punto de vista, el destino de la humanidad, y de la Iglesia. “Llega a tanto la euforia, el lavado cerebral de sus discípulos que exclaman con admiración: ‘Teilhard ha desencadenado una inmensa energía mística que puede volatizar a la materia y divinizarla’.” (Formidable y fantástico ¿verdad?). Hasta dónde llegan los extravíos de la mente cuando no hay humildad y no se quiere reconocer la grandeza de Dios y la miseria del hombre.
En el quinto número, encontramos una forma estrictamente materialista y por lo mismo Luciferina, por cuanto Lucifer, inaccesible como todo espíritu, aspira a suplantar a Dios, rehusando su gracia. Después persuadirá a los primeros padres para que se hagan dioses ellos mismos pecando: conocedores del bien y el mal.
En el sexto número encontramos, todo el credo esencial de la “contra religión”, concordante con la Kábala del esoterismo, de la gnosis de francmasonería, de la teosofía, del panteísmo. El evolucionismo, (mejor dicho) la evolución que convierte al mundo en “Dios”. De aquí, como de un caño que vomita todas las inmundicias de una cloaca, así de este pensamiento de Chardin, se derivan multitud de errores. Veamos.
La moral dimanente de la Cosmogénesis, será forzosamente el orgullo de sí mismo, la soberbia, el amor al mundo, la adoración al hombre y todas sus concupiscencias, que son su parte activa en el movimiento evolutivo tailhardiano. Ya, en este plan, y para arreglarlo, todo a su uso personal y convertirlo en irresistible dentro de la Iglesia, Teilhard pone en marcha su teoría divinizante a la que llama ‘Cosmogénesis’ y la convierte en ‘Cristificante’, porque, todo lo real es amasado, fundido, materia, espíritu, vida, gracia y sobre todo, el Cristo entero tal como fue en Palestina; y he aquí el ser original y universal de los seres que debe reconstituirse. Y esta fusión, se moldea, y al lado de la energía “tangencial” que se degrada, opera otra “radiante” que regenera. Y así tan sencillo, se pone en marcha “la cristificación”. Quisiéramos saber si él entendía este galimatías. Pero lo que sí entendemos nosotros, es que Chardin se significó como la figura contemporánea del Anticristo.
Porque, la asimilación por la Iglesia de la tesis de Chardin SU RECONVENCIÓN A LO HUMANO, es decir, apartarla, quitarla de sus “estructuras” económicas y sociales, o en otras palabras más claras, la Iglesia sería una Iglesia materialista. En el tinglado cosmogénico, cristificado de Chardin, está incluido el propio diablo como una parte integrante del todo en la creación universal.
Con su “Evolución del Universo”, Chardin está asimilando, propagando y haciendo suyas las enseñanzas de la masonería en los aspectos hasta donde es dable conocerla. Sus teorías concuerdan con las del gran pontífice y doctor Julián Huxley masón 33 el cual dice que
“no se puede admitir lo sobrenatural, que no puede haber dos reinos, la religión por su revelación y por sus dogmas, impide el progreso del saber humano”.
¿Acaso no es una de las características del “pensamiento moderno” la del panteísmo? Y ya sabemos que el panteísmo identifica a Dios con el mundo y dicho “Dios” está en permanente evolución. Y el panteísmo es tan viejo como el mundo. Y no es precisamente una reforma lo que pretenden las teorías de Teilhard de Chardin para la Iglesia Universal,  ES UNA REVOLUCIÓN, PERO COMO ESTE NOMBRE SUENA MAL, LA DENOMINAN UNA “EVOLUCIÓN”.
La prueba es la carta que Chardin escribió el 4 de octubre de 1950 a un antiguo dominico separado de la Orden; entre otras cosas le dice:
“Esencialmente considero, como usted, que la Iglesia (como cualquier realidad viva) al cabo de cierto tiempo, llega a un periodo de ‘mutación’ o ‘reforma’ necesaria. Al final de dos mil años es inevitable. La Humanidad se está transformando. ¿Cómo el cristianismo no habría de hacerlo? Mas precisamente considero que la reforma en cuestión (mucho más profunda que la del siglo XVI) no es una simple cuestión de instituciones y costumbres, sino de FE. De algún modo nuestra imagen se ha desdoblado, en relación con el Dios tradicional y trascendental del “En-Haut” (Arriba). Una especie de “En-Avant” (Adelante) surge para nosotros, hace un siglo, en dirección de algún “Ultra-Humano”. A mi parecer, todo está aquí, se trata de volver a “repensar” en Dios en términos, no más de Cosmos sino de Cosmogénesis. Un Dios que no se adora ni se alcanza más que por un acabamiento de un Universo que El llena de luz y de amor (e irreversible) desde dentro”.
Creemos que con lo dicho, es suficiente para convencernos de que Chardin fue un profeta del Anticristo.
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FUENTE: bibliaytradicion.wordpress.com