viernes, 5 de julio de 2013

Evangelio del día (Calendario Tradicional) - 05 de julio de 2013

Epístola del Apóstol San Pablo a Timoteo (IV, 8-16)
   
(8)  porque la gimnasia corporal es de poco provecho, mientras que la piedad es útil para todo, teniendo a su favor promesas para la vida presente y para la futura.
(9)  Verdadero es el dicho y digno de todo crédito.
(10)  Pues por esto penamos y combatimos, porque esperamos en Dios vivo, que es el Salvador de todos los hombres, sobre todo de los fieles.
(11)  Esto has de predicar y enseñar.
(12)  Que nadie tenga en poco tu juventud; antes sirvas de ejemplo a los fieles en la palabra, en la conversación, en la caridad, en la fe, en la castidad."
(13)  Mientras llego, aplícate a la lección, a la exhortación y a la enseñanza.
(14)  No descuides la gracia que posees, que te fue conferida, mediante profecía, con imposición de las manos del colegio de los presbíteros.
(15)  Esta sea tu ocupación, éste tu estudio, de manera que tu aprovechamiento sea a todos manifiesto.
(16)  Vela sobre ti, atiende a la enseñanza, insiste en ella. Haciendo así te salvarás a ti mismo y a los que te escuchan.



+ Continuación del Santo Evangelio según San Marcos (X, 15-21)

Biblia versión Nacar-Colunga


(15)  En verdad os digo, quien no reciba el Reino de Dios como un niño, no entrará en él.
(16)  Y abrazándolos, los bendijo imponiéndoles las manos.
(17)  Salido al camino, corrió a él uno, que, arrodillándose, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué he de hacer para alcanzar la vida eterna?
(18)  Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino sólo Dios.
(19)  Ya sabes los mandamientos: no matarás, no adulterarás, no robarás, no levantarás falso testimonio, no harás daño a nadie, honra a tu padre y a tu madre.
(20)  E1 le dijo: Maestro, todo esto lo he guardado desde mi juventud.
(21)  Jesús, poniendo en él los ojos, le amó, y le dijo: Una sola cosa te falta; vete, vende cuanto tienes y dalo a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo; luego ven y sígueme."
Laus tibi Christe 


Biblia versión Jünemann

(15)  En verdad dígoos: quien no recibiere el Reino de Dios como niñito, no entrará, no, en él».
(16)  Y, abrazando, bendíceles mucho, poniendo las manos sobre ellos.
(17)  Y, saliendo él al camino, corriendo a él uno y arrodillándosele, preguntóle: «Maestro bueno, ¿qué haré para la vida eterna heredar?
(18)  Y Jesús díjole: «¿Qué me dices bueno? Nadie bueno sino uno: Dios.
(19)  Los mandamientos sabes: «No matarás, no adulterarás; no hurtarás; no perjurarás; no dañarás; honra tu padre y tu madre».
(20)  Y él díjole: «Maestro, esto todo he guardado desde mi juventud».
(21)  Y Jesús, mirándole, amóle y díjole: «Una cosa te falta: vete: cuanto tienes, vende y da a mendigos, y tendrás tesoro en el cielo: y ¡acá! sígueme».


 

Biblia Vulgata (latín)

(15)  amen dico vobis quisque non receperit regnum Dei velut parvulus non intrabit in illud
(16)  et conplexans eos et inponens manus super illos benedicebat eos
(17)  et cum egressus esset in viam procurrens quidam genu flexo ante eum rogabat eum magister bone quid faciam ut vitam aeternam percipiam
(18)  Iesus autem dixit ei quid me dicis bonum nemo bonus nisi unus Deus
(19)  praecepta nosti ne adulteres ne occidas ne fureris ne falsum testimonium dixeris ne fraudem feceris honora patrem tuum et matrem
(20)  et ille respondens ait illi magister omnia haec conservavi a iuventute mea
(21)  Iesus autem intuitus eum dilexit eum et dixit illi unum tibi deest vade quaecumque habes vende et da pauperibus et habebis thesaurum in caelo et veni sequere me

Comentario de Santo Tomás de Aquino
a la Epístola del Apóstol San Pablo a Timoteo
LECTIO 2: Ad 1 Timotheum 4,6-10
Propónesele a Timoteo seguir en todo la piedad y le encarga que por oficio dé a conocer lo sobredicho.

6. Haec proponens fratribus, bonus eris minister Christi 1esu, enutritus verbis fidei et bonae doctrinae, quam assecutus es.7. 1neptas autem et añiles fábulas devita. Exerce autem teipsum ad pietatem.8. Nam corporalis exercitatio ad modicum utilis est, pietas autem ad omnia utilis est, promissionem habens vitae quae nunc est et futurae.9. Fidelis sermo et omni acceptione dignus.10. 1n hoc enim laboramus et maledicimur quia speramus in Deum vivum qui est salvator omnium hominum, máxime autem fidelium.

Reprobó arriba la supersticiosa abstinencia de los manjares, aquí manda a Timoteo que proponga a los fieles la doctrina antedicha, mostrándole qué debe proponer y qué debe evitar: las fábulas ridiculas. Debe proponer lo anterior por el oficio que le han cometido y por su educación. Dice pues: proponiendo lo que dije arriba, a saber, que toda criatura de Dios es buena y nada se debe desechar de lo que se toma con nacimiento de gracias, "serás buen ministro de Jesucristo, como educado en las verdades de la fe, y de la buena doctrina, que has aprendido"; pues Timoteo estaba constituido en el oficio ministerial de Cristo, porque todos los que tienen por oficio predicar, regir y gobernar son constituidos ministros de Cristo. "A nosotros pues nos ha de considerar el hombre como unos ministros de Cristo" (1Co 4,1). Y es buen ministro aquel que sigue la intención de su señor. Así lo enseñó Cristo: "no lo que entra por la boca mancha". Por eso este oficio requiere enseñar eso, y también la misma educación lo requiere. "La senda por la cual comenzó el ¡oven a anclar desde el principio, esa misma seguirá también cuando viejo" (Pr 22,6). Por eso es disonante que se aparten de la verdad de la doctrina algunos que han sido alimentados por ella. De donde el que se aparta de la doctrina, con la que instruye la 1glesia a sus pequeñitos, no es buen ministro de Cristo. Por eso dice: "educado en las verdades de la fe". Porque la palabra de Dios es un alimento espiritual con que se sustenta el alma, como el cuerpo con la comida. "No de solo pan vive el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios" (Mateo 4). Esta palabra de fe instruye lo. sobre el dogma, y así dice: "educado en las verdades de la fe"; 2o. sobre los mandamientos, y así añade: "y de la buena doctrina". O digamos, las verdades de la fe, que tiene también la gente sencilla, y la buena doctrina, que tienen los maestros espirituales.

-"Cuanto a las fábulas ridiculas, y cuentos de viejas, dales de mano". Muestra que hay que evitarlas por eso, porque son fábulas ridiculas, sin seso, sin sentido. Pues la fábula, según el Filósofo, es un compuesto o agregado de maravillas, inventado al principio con la intención de inducir a los hombres a adquirir las virtudes y evitar los vicios; y la gente sencilla se mueve más con las representaciones que con las razones. De donde en un retablo de maravillas bien representado se deleita uno, porque en la comparación halla gusto la razón. Y como la representación de hazañas es deleitable, así la que se hace con palabras -y en esto consiste la fábula, a saber, en un dicho representativo que representando mueve a hacer algo; pues ios antiguos tenían algunas fábulas acomodadas a cosas verdaderas que ocultaban la verdad en las fábulas. Dos pues son los elementos de la fábula, a saber, que contenga el verdadero sentido y represente algo útil; asimismo que diga bien con esa verdad. Si pues se propone una fábula que no pueda representar una verdad, es vana; y la que no la representa propiamente es ridicula, como las del Talmud.

-"y dedícate al ejercicio de la virtud". Excluyendo la abstinencia supersticiosa, compara aquí la virtuosa con otras virtudes; porque es de saber que Timoteo era un hombre muy dado a la abstinencia. Por eso le dice abajo que use de un poco de vino, y quizá para que ande solícito de lo que toca a la misericordia, porque los que no son indulgentes consigo frecuentemente ni con los otros lo son. Por eso lo induce a anteponer a la abstinencia la piedad, "pues los ejercicios corporales sirven para pocas cosas"; y confirma cierto dicho: "como que trae consigo Sa promesa11; da forma de enseñar la piedad: "ordena esto".

Dice pues: "date al ejercicio de la piedad". La piedad es la virtud por la cual con la patria y los padres ejercitamos el oficio de la benevolencia, como la religión, por la cual damos a Dios el culto debido. Pues la piedad dice cierta inclinación por afecto a su principio; y principio de la generación es el padre y la patria. Por eso es necesario que el hombre para con ellos sea benévolo. Y Padre de todos es Dios. "Pues si Yo soy vuestro Padre, ¿dónde esiá ia honra que me corresponde?" (Mal. 1,6). Por eso el nombre de piedad derivóse al culto de Dios, como dice San Agustín. De donde eussbeia es lo mismo que piedad. "Mira, la verdadera sabiduría consiste en la piedad" (Jb 28,28).

Cuanto a la piedad terrena pertenece a la piedad que el hombre sea benévolo con sus compatriotas; mas cuanto a la piedad cristiana es menester que el hombre lo sea con todos, porque todos somos de la misma patria. Por eso la piedad se toma por la misericordia. Así pues cuando dice: "date al ejercicio de ia piedad", puede entenderse según que se refiera al culto de Dios o a practicar las obras.de misericordia. La Glosa dice: a la piedad, esto es, al culto de Dios todopoderoso y a las obras de misericordia. Y dice: ejercítate, no haz, porque ejercicio dice presteza; y esto precisamente porque el que se ejercita lo hace con más ligereza, deleite y estabilidad. "Cultiva con esmero tu campo" (Pr 24,27).

-"Pues los ejercicios corporales sirven para pocas cosas". Al decir esto, los prefiere a la abstinencia, y muestra para qué sirven y para qué la piedad. La ejercitación corporal del ayuno y de otras asperezas no es buena por su naturaleza, sino penosa, y, si el hombre no hubiese pecado, nada de esto hubiese habido; pero son bienes medicinales. Porque así como el ruibarbo es bueno en cuanto exonera de la cólera, así también estos ejercicios corporales en cuanto tienen a raya las concupiscencias. Luego para este intento son de poca utilidad. "Castigo mi cuerpo y lo esclavizo" (1Co 9,27). "Haced pues morir los miembros del hombre terreno" (Col 3,5). Por eso si el hombre hubiese vivido en un estado en que el pecado no hubiese sido posible, no eran menester ayunos y cosas parecidas. De donde San Crisóstomo dice: Juan, puro hombre, necesitaba de la medicina del ayuno; Cristo era Dios y no puro hombre, por tanto no necesitaba de eso. Luego es de poca utilidad, porque sólo se aplica a remediar la enfermedad del pecado carnal, no del espiritual; ya que alguna vez por la abstinencia da de ojos el hombre en la ira, la vanagloria, la soberbia.

-"Al paso que la piedad... " Da a entender que es preferible a la abstinencia la piedad, y aquí se toma en los dos sentidos, a saber, por el culto de Dios y la misericordia y "sirve para todo", porque es para borrar todos los pecados. "El agua apaga el fuego ardiente y ia limosna expía los pecados" (Eccli,3,33). También para fomentar lo bueno. "La limosna del hombre la guarda Dios como un sello" (Eccli. 17,18). Granjéase asimismo una especial misericordia de Dios. "Bienaventurados ios misericordiosos porque alcanzarán misericordia". Para hacer notar esto hace el Señor especial mención de las obras de misericordia. Y lo prueba añadiendo: "que trae consigo la promesa". Pues en los preceptos del decálogo sólo uno se halla que pertenezca a la piedad, a saber, honrar al padre y a la madre, y en ése están contenidos todos los preceptos que miren a prestar algún beneficio al prójimo, y en este sentido es el único precepto con promesa de larga vida (Éxodo 20). Y el Apóstol interpreta aquí la longevidad entendiéndola "de la vida presente y de la futura".

Pero entonces ¿por qué hay personas piadosas que no llegan a longevas? Respondo que, como dice el Filósofo, estos bienes temporales en tanto son bienes en cuanto para la felicidad son útiles. De donde si por la abundancia de lo temporal uno se viese impedido del bien de la virtud y de la felicidad, eso no le serviría para su buena fortuna, mas para la mala. Y la vida larga es una de las cosas temporales que en tanto es buena en cuanto ayuda a la virtud. Algunas veces es ocasión de pecado, y por eso también algunas veces Dios se la quita al hombre, no porque falte a su promesa sino porque da lo que es mejor. "Fue arrebatado para que la malicia no alterase su modo de pensar" (Sg 4,1 1).

Otro asunto es por qué el Apóstol prefiere la piedad al ejercicio corporal, porque ella tiene esperanza de vida presente y futura. Mas ¿por ventura el ejercicio corporal no tiene esperanza? De otra suerte el ayunador no merecería la vida eterna. Respondo: cuando hay 2 virtudes y una contiene a otra, lo que de por sí es de virtud superior le toca por accidente a la inferior; mas la virtud a la que toca de su cosecha el merecimiento de ia vida eterna es la caridad, cuyo propio e inmediato efecto es la piedad. Por tanto, según su propia razón, llega a merecer la vida eterna, no así la abstinencia, sino en cuanto se ordena a la caridad y a la piedad; porque, si el que ayuna no refiere su ayuno al amor de Dios, no merece la vida eterna.

La 3a. cuestión es porque dice aquí San Ambrosio en la Glosa: toda la suma de la disciplina cristiana consiste en la misericordia y en la piedad, y el que la siga no perecerá, aunque por algún desliz de la carne recibirá sin duda su buena zurra de azotes. Mas brota la duda, porque la misericordia y la piedad inmediatamente se ordenan a la caridad, en la que está la suma de la religión cristiana. Respondo: opinión fue de algunos, según San Agustín, que los que se ejercitan en obras piadosas, por mucho que añadan pecados a pecados carnales, al fin no perecerán eternamente. Y para esto es esta autoridad. Lo mismo en Mateo 24, donde a los condenados sólo !es echa en cara su falta de misericordia. Luego la pena eterna se debe sólo a ios inmisericordes. Pero San Agustín dice lo contrario, porque según el Apóstol: "los que tales cosas hacen no poseerán el reino de Dios". Porque, cuantoquiera ejercitado esté uno en las obras de misericordia, si la muerte le coge en pecado mortal, no entrará al reino. A las objeciones opuestas hay que decir que no es misericordioso quien consigo no lo es, según aquello del Eccli. 30,24: "apiádate de tu alma, procurando agradar a Dios"; y esto se hace si el hombre se une a Dios por el amor; de otra suerte no es misericordioso. A lo del Evangelio responde San Agustín que no todo el que peca es arrojado luego al infierno, pues le queda lugar para la penitencia, sino el que finalmente muere en pecado; y la penitencia pertenece a la misericordia.

Mas ¿por qué dice: si cometiere un desiiz... ? Respondo: habla de un desliz en materia grave. Y el decir: no perecerá, aunque no sea de condigno, es de congruo, por cuanto el ánimo se dispone al bien; de donde, caído el hombre, el Señor lo repara. Y esto parece ser ío peculiar de la piedad, porque, haciendo a otros el bien, indúcelos a orar por sí, y el Señor por las oraciones de los Santos concede alguna vez el perdón a los pecadores, por cuanto se les alcanza la venia de los pecados y el don de la gracia, porque el hombre puede merecer de congruo la primera gracia a otra persona; de otra suerte de nada serviría que la 1glesia orase por los pecadores.

-"Promesa fiel" por la que se nos promete la vida futura, y esto lo demuestra por los trabajos de los Santos, por su esperanza, por la benignidad de Dios. Dice pues: promesa, a saber, porque la piedad tiene promesa, es fiel, como se explicó arriba. Y ¿por qué? "Que en verdad por eso", esto es, por cuya causa, para conseguir la vida eterna, "sufrimos trabajos". "El labrador, para recibir los frutos, es menester que trabaje primero" (2Tm 2,6). También para que hagamos bien, aunque nos lo paguen mal. De donde dice: bendecimos y en recompensa nos maldicen. "La paciencia perfecciona la ob^a" (Sant. 1). Y soportamos por la esperanza de la vida, "porque esperamos en Dios vivo", que es el Salvador de la vida presente y futura. También por el oficio de Dios, cuyo cometido es salvar. "No hay otro que salve sino Yo" (Is 43). Y para eso se encarnó Dios y fue llamado Jesús; "porque El salvará a su puebio de sus pecados" (Mateo 1). Y Jesús es lo mismo que salvador, porque salva, con salud corporal, a todos; por eso dice: "de todos los hombres". También con salvación espiritual a los buenos; por eso dice: "mayormente de los fieles".

LECTIO 3: Ad 1 Timotheum 4,11-18
Amonesta a Timoteo a ser en todo un puro dechado de virtudes y a enseñar de diferente modo a diferentes personas.

11-12. Praecipe haec et doce. --Nemo adolescentiam tuant contemnat, sed exemplum esto fidelium in verbo, in conversatione, in chántate, in fide, in castitate.13. Dum venio attende lectioni, exhortationi et doclrinae.14. Noli negligere gratiam quae in te est, quae data est tibi per prophetiam, cum impositione manuum presbyterii.15. Haec meditare, in his esto, ut profectus tuus manifestus sit ómnibus.16. Attende enim tibi et doctrinae, insta in illis. Hoc enim faciens, et teipsum salvum facies, et eos qui te audiunt.17. Séniorem ne increpaveris, sed obsecra ut patrem, iuvenes ut fratres.18. Anus ut matres, iuvenculas ut sórores, in omni castitate.

Arriba exhortó el Apóstol a Timoteo a la piedad, dale aquí forma de enseñarla; mándale que enseñe la piedad y cómo ha de hacerse idóneo para ello: "nadie te menosprecie por tu poca edad"; y cómo ha de dar enseñanzas diversas a diferentes clases de personas. Mas la doctrina de la piedad consiste en 2 cosas, a saber, en lo que hay que hacer y creer. Cuanto a lo primero, si tienen autoridad, no sólo deben instruir, sino también mandar. Por eso dice: "esto has de enseñar". "Reprende con plena autoridad" (Tito 2,15). Cuanto a lo segundo dice: y enseña. "Enseñad a todas las gentes".

Al decir luego: nadie, muestra cómo puede hacerse idóneo para lo susodicho, y lo. para mandar; 2o. para enseñar: "entretanto que yo voy". Acerca de lo primero le enseña cómo ha de cerrar la puerta al menosprecio y por qué medios: "has de ser dechado". El precepto, si no es por la autoridad del que ordena, no es eficaz; por eso, cuando la autoridad es despreciada, el precepto da en vacío; lo que mayormente sucede con los jóvenes, porque se les estima menguados de prudencia. De donde, según el Filósofo, nadie elige capitanes jóvenes. Por eso dice: nadie; como si dijera: aunque joven, las costumbres lo retraten venerable anciano. "Y siendo de los más jóvenes, entre todos los de la tribu de Neftalí, nada mostró de pueril en sus acciones". (Tb 1,4). Muéstrale luego cómo ha de cerrarle la puerta al desprecio diciendo: sino has de ser... , a saber, has de portarte de tal manera que seas dechado de hacer de obra lo que de palabra enseñas. Pero hay una múltiple diferencia de cosas en las que el prelado es ejemplo; pues unas se ordenan al prójimo, otras a Dios y otras a sí. En lo tocante al prójimo dice: "has de ser dechado de los fieles", esto es, que cumplas de obra lo que mandas de palabra; "siendo dechado de la grey". Y esto en la manera de hablar; de donde dice: en la palabra, a saber, ponderada, ordenada y circunspecta. "Vuestra conversación sea siempre con agrado, sazonada con la sal de la discreción" (Col 4,6). "El que habla hágalo de manera que parezca que habla Dios por su boca" (1P ,4,2). También en el trato exterior, para que así como sobresale por el lugar que ocupa y la dignidad, así también por la honesta conversación. "Llevando una vida ajustada entre los gentiles" (1P ,2,12). "Vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos" (Mateo 5). Cuanto a Dios ordénase por la caridad, que perfecciona el afecto; de donde dice: en la caridad. También por la fe, que ilumina el entendimiento; de donde dice: en la fe, que toca especialmente a los prelados, que son custodios de la fe. De donde especialmente ora el Señor por la fe de Pedro, diciendo: "he rogado por ti, Pedro, para que tu fe no desfaüezca". Cuanto a sí, la castidad pone en orden la vida y la mente, porque desdice mucho que la vida de los ministros haga desarmonía con la vida del Señor. "Como es el juez del pueblo, así son sus ministros" (Eccli. X). Y Cristo de tal manera amó la castidad, que quiso nacer de Madre virgen y El mismo guardó virginidad; por eso se sigue: en castidad.

-"Entretanto que yo voy". Muéstrale cómo será idóneo para enseñar e indícale la razón del aviso: "no malogres la gracia". Y la idoneidad para enseñar se consigue por la lección, en la que adquiere la ciencia, y por el ejercicio, con que se hace expedito. Por eso dice: "entretanto que voy aplícate a la lectura", a saber, de los libros santos. "Teniendo para nuestro consuelo los libros santos". (I Mac. 12). "Escudriñad las Escrituras"

(Jn 5). Y esto es lo que se significa en Éxodo 25, donde se dice que en el Arca del Señor siempre debían estar metidas las varas en los anillos y los anillos en los ángulos, como siempre dispuestos a llevar el Arca. Y para el ejercicio es necesaria nuestra exhortación cuanto a lo que hay que hacer y cuanto a lo que hay que conocer la doctrina. Por eso añade: a la exhortación y a la enseñanza. "Os daré pastores según mi corazón, que os apacentarán con la ciencia y con la doctrina" (Jr 3,15).

Luego al decir: no quieras, pone la razón del aviso anterior, y por causas las del don recibido y del premio esperado: aplícate. Pone también la razón y muestra cómo puede cumplirse lo contenido en la razón: medita estas cosas.

Dice pues: no quieras; como si dijera: más bien presta atención, porque el que recibe la gracia no debe ser negligente con ella sino hacerla fructificar. El siervo que esconde en la tierra el dinero es castigado por su negligencia (Mateo 25). "No malogres pues la gracia que tienes". Entiéndase por esta gracia o la dignidad episcopal, o el don de la ciencia, o de la profecía, o de los milagros, de las cuales ninguna debe desatenderse. "No recibáis en vano la gracia de Dios" (2Co 6,1), digo la gracia "que se te dio en virtud de revelación", esto es, por divina inspiración; porque en la primitiva 1glesia, en que las elecciones hacíanse puramente y por Dios, nadie era ascendido al episcopado sino por elección divina, así como San Ambrosio y San Nicolás. Y esta inspiración la llama aquí profecía. De donde dice la Glosa: esto es, por elección de los Santos, porque los Santos no elegían a quien sabían que Dios no lo había elegido. También el Apóstol preveía que éste sería provechoso al pueblo. "En faltando la profecía -esto es, tal modo de elección- será disipado el pueblo" (Pr 29,18). ¿Y cómo?

-"con la imposición de las manos de los presbíteros". Como se dijo, los nombres de presbítero o de obispo son promiscuos, porque sacerdotes y presbíteros, esto es, obispos, eran los que se recibían con la imposición de las manos. "Llama a Josué e impon tu mano sobre él" (Nb 27). También el Señor impuso su mano sobre los niños (Mateo 19) y los Apóstoles a los 7 diáconos. Por eso a los que se ordenan de obispos les imponen las manos. Mas se pregunta ¿por qué aquí en número singular se dice del presbítero, siendo así que al obispo deben ordenarlo 3? Respondo: por esto se dice, porque, aunque se júnten muchos, uno es el principal, los demás coasistentes. Con todo puede decirse que entonces esta constitución no existía y pocos eran los obispos, que por pocos no podían júntarse. Otra letra tiene presbíteros, esto es, se refiere a los que le impusieron las manos, no como hombres, mas como presbíteros. Y esta imposición significa la colación de la gracia, no porque los ministros la den, sino porque significan la que da Cristo. Y esto sólo toca a los que son ministros de Cristo. Por eso dice del presbiterio o del presbítero, porque la imposición de manos una es la que hacen los diáconos y otra la que los presbíteros.

-"Medita estas cosas". Muestra cómo se cumple lo que se dijo, a saber, que medite continuamente lo que toca a su oficio; "ya que ellos velan puesto que han de dar cuenta de vuestras almas" (Ac 13,17). "Medita pues esto", esto es, piensa con frecuencia en lo que se refiere al cuidado de tu rebaño, "y ocúpate enteramente en ello", esto es, emplea todas tus fuerzas en eso. ¿Y por qué? "Para que vea todo el mundo tu aprovechamiento". "Nadie enciende una luz para ponerla en lugar escondido" (Mateo 5,15). "Sea conocida de todos vuestra modestia" (Ph 4). Y esto debe observarlo por la recompensa que espera; por lo cual añade: "vela sobre ti mismo y atiende a la doctrina". Algunos tanto se entregan al ministerio de la enseñanza que se descuidan de sí; mas el Apóstol dice que primero atienda a sí y luego a la doctrina. "Apiádate de tu alma procurando agradar a Dios" (Eccli. 30,24). Por eso Jesús comenzó a obrar y enseñar. "Insiste en ellas", esto es, ejercítalas sin descanso, y el fruto, que se seguirá de eso, será copioso, porque "haciendo esto te salvarás a ti y también a los que te oyeren". Y esto es cosa grande. "Quien hace que se convierta el pecador de su extravío salvará de ia muerte su alma" (Sant. 5,20). "Brillarán como estrellas por toda la eternidad aquellos que hubieren enseñado a muchos la justicia" (Daniel 12,3). De donde a los doctores se les debe el premio de la aureola.

Al decir: al anciano... muestra cómo debe acomodar su enseñanza a las diferentes clases de personas, que distingue según ia edad y según el sexo. Dice pues: "no reprendas con aspereza al anciano sino exhórtalo como a padre". Así dice el Lev. 19: "Honra la persona del anciano". Por consiguiente no hay que increparlos con acritud, sino rogarles. "A los ancianos que hay entre vosotros -dice Pedro 1, V- suplico yo también anciano". Y si Pedro anciano esto hacía, ¿cuánto más un ¡oven? Pero al contrario Is 65: "el niño de cien años morirá, y el pecador de cien años será maldito". Respondo: el anciano por su excesiva malicia pierde la honra que merecen las canas y entonces hay que echárselo en cara. "A los mozos como hermanos". De parte de las mujeres hay diferencia de edades, porque "a las ancianas como madres", mayormente a las que no son jóvenes; y "a las ¡ovencitas como hermanas", con amor de caridad. Porque el amor espiritual con las mujeres, si no se procede con cautela, degenera en carnal; por tanto, en lo concerniente a las ¡ovencitas ha de terciar la castidad; por eso la añade el Apóstol. De donde el Papa, cuando, les escribe, les dice: amadas en Cristo; pero a los varones simplemente: queridos hijos.

DENZINGER
 MAGISTERIO DE LA SANTA IGLESIA CATÓLICA APOSTÓLICA ROMANA
 
633 Dz 325 Can. 6. Igualmente sobre la gracia, por la que se salvan los creyentes y sin la cual la. criatura racional jamás vivió bienaventuradamente; y sobre el libre albedrío, debilitado por el pecado en: el primer hombre, pero reintegrado y sanado por la gracia del Señor Jesús, en sus fieles, confesamos con toda constancia y fe plena lo mismo que, para que lo mantuviéramos, nos dejaron los Santísimos Padres por autoridad de las Sagradas Escrituras, lo que profesaron los Concilios del Africa [101 s] y de Orange [174 ss], lo mismo, que con fe católica mantuvieron los beatísimos Pontífices de la Sede Apostólica [129 ss (?)]; y tampoco presumimos inclinarnos a otro lado en las cuestiones sobre la naturaleza y la gracia. En cambio, de todo en todo rechazamos las ineptas cuestioncillas y los cuentos. poco menos que de viejas (1Tm 4,7) y los guisados de los escoces que causan náuseas a la pureza de la fe, todo lo cual ha venido a ser el colmo de nuestros trabajos en unos tiempos peligrosísimos y gravísimos, creciendo tan miserable como lamentablemente hasta la escisión de la caridad; y las rechazamos plenamente a fin de que no, se corrompan por ahí las almas cristianas y caigan de la sencillez y pureza de la fe que es en Cristo Jesús (2Co 11,3); y por amor de Cristo Señor avisamos que la caridad de los hermanos castigue su oído evitando tales doctrinas. Recuerde la fraternidad que se ve agobiada por los males gravísimos del mundo, que está durísimamente sofocada por la excesiva cosecha de inicuos y por la paja de los hombres ligeros. Ejerza su fervor en vencer estas cosas, trabaje en corregirlas y no cargue con otras superfluas la congregación de los que piadosamente lloran y gimen; antes bien, con cierta y verdadera fe, abrace lo que acerca de estas y semejantes cuestiones ha sido suficientemente tratado por los Santos Padres...

3013 Dz 1794 [Del auxilio divino externo para cumplir el deber de la fe]. Porque a la Iglesia Católica sola pertenecen todas aquellas cosas, tantas y tan maravillosas, que han sido divinamente dispuestas para la evidente credibilidad de la fe cristiana. Es más, la Iglesia por sí misma, es decir, por su admirable propagación, eximia santidad e inexhausta fecundidad en toda suerte de bienes, por su unidad católica y su invicta estabilidad, es un grande y perpetuo motivo de credibilidad y testimonio irrefragable de su divina legación.

3014  [Del auxilio divino interno para lo mismo]. De lo que resulta que ella misma, como una bandera levantada para las naciones (Is 11,12), no sólo invita a sí a los que todavía no han creído, sino que da a sus hijos la certeza de que la fe que profesan se apoya en fundamento firmísimo. A este testimonio se añade el auxilio eficaz de la virtud de lo alto. Porque el benignísimo Señor excita y ayuda con su gracia a los errantes, para que puedan llegar al conocimiento de la verdad (1Tm 2 1Tm 4), y a los que trasladó de las tinieblas a su luz admirable (1P 2,9), los confirma con su gracia para que perseveren en esa misma luz, no abandonándolos, si no es abandonado [v. 804]. Por eso, no es en manera alguna igual la situación de aquellos que por el don celeste de la fe se han adherido a la verdad católica y la de aquellos que, llevados de opiniones humanas, siguen una religión falsa porque los que han recibido la fe bajo el magisterio de la Iglesia no pueden jamás tener causa justa de cambiar o poner en duda esa misma fe [Can. 6]. Siendo esto así, dando gracias a Dios Padre que nos hizo dignos de entrar a la parte de la herencia de los santos en su luz (Col 1,12), no descuidemos salvación tan grande, antes bien, mirando al autor y consumador de nuestra fe, Jesús, mantengamos inflexible la confesión de nuestra esperanza (He 12,2 He 10,23).

Comentario    
CATENA AUREA
 de
 Santo Tomás de Aquino
Marcos 10:13-16  
Como le presentasen unos niños para que los tocase y bendijese, los discípulos reñían a los que venían a presentárselos. Lo que advirtiendo Jesús, lo llevó muy a mal, y les dijo: "Dejad que vengan a mí los niños y no se lo estorbéis; porque de los que se asemejan a ellos es el reino de Dios. En verdad os digo que quien no recibiere como niño inocente el reino de Dios, no entrará en él". Y estrechándolos entre sus brazos y poniendo sobre ellos las manos, los bendecía. (vv. 13-16)

Teofilacto
Después de habernos mostrado la malicia de los fariseos que tentaban a Cristo, nos muestra la mucha fe de las gentes, que creían que sólo con poner sus manos sobre los niños que le ofrecían, Cristo los bendecía. "Como le presentasen unos niños para que los tocase".

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 62, 4
Pero los discípulos en atención a la dignidad de Cristo, querían impedir que se los ofreciesen. "Los discípulos reñían a los que venían a presentárselos". El Señor, sin embargo, les enseña a tener cordura y reprimir el orgullo humano, y tomando a los niños les ofrece el reino de Dios.

Orígenes, in Matthaeum, 7
Si cualquiera de los que profesan la doctrina de la Iglesia ve que alguien ofrece al Señor a los que el mundo considera insensatos, innobles y enfermos, por lo cual son llamados niños, no le prohiba que lo haga como si careciera de juicio al ofrecérselos al Salvador. Seguidamente, exhorta a sus discípulos, como hombres maduros que ya eran, a condescender con el bien de los niños, de modo que se hagan niños con ellos para captarse su voluntad: ya que El mismo, siendo Dios, se abajó haciéndose niño. "Porque de los que se asemejan a ellos es el reino de Dios".

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 62, 4
Porque el corazón del niño está limpio de toda pasión, y así conviene que hagamos nosotros por la voluntad lo que ellos hacen por naturaleza.

Teofilacto
Por esto no dice de éstos es el reino de Dios, sino de los que se asemejan a ellos, es decir, de los que por su estudio y trabajo tienen la inocencia y sencillez que tienen los niños por naturaleza. El niño no odia, ni hace nada maliciosamente, no aborrece a su madre porque le corrija, y aunque le pongan vestidos humildes, los prefiere a los más ricos. Así el que vive según la virtud de su madre la Iglesia, no le antepone nada, ni aun la voluntad, que es la reina de todos. De aquí que dice el Señor: "En verdad, os digo que quien no recibiere, como niño, el reino de Dios, no encontrará en él".

Beda, in Marcum, 3, 40
Es decir, no podréis entrar en el reino de los cielos, si no tenéis la inocencia y pureza de ánimo del niño. O bien: debemos recibir el reino de Dios, esto es, la doctrina del Evangelio como el niño; porque el niño, cuando aprende, no contradice ni se opone con discursos al que le enseña, sino que recibe con fe lo que le enseña, obedeciendo con temor. Así nosotros debemos recibir la palabra de Dios obedeciendo sencillamente y sin ninguna contradicción.
"Y estrechándolos entre sus brazos, y poniendo sobre ellos las manos, los bendecía".

Pseudo-Crisóstomo, vict. ant. e cat. in Marcum
Los abraza para bendecirlos, como alzando benignamente hasta su seno a su creatura, que se había apartado de El cayendo desde el principio. Pone sobre ellos las manos, expresando así la obra de su virtud divina, porque obra como Dios, aunque pone las manos conforme a las costumbres humanas, pues se había hecho hombre permaneciendo Dios.

Beda, in Marcum, 3, 40
Bendijo a los niños abrazándolos para significar que los humildes de espíritu son dignos de su bendición, de su gracia y de su amor.

Marcos 10:17-27 

Así que salió para ponerse en camino, vino corriendo un joven, y arrodillado a sus pies le preguntó: "Oh buen Maestro: ¿qué debo yo hacer para conseguir la vida eterna?" Jesús le dijo: "¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino sólo Dios. Ya sabes los mandamientos que conducen a la vida: No cometer adulterio, no matar, no hurtar, no decir falsos testimonios, no hacer mal a nadie, honrar padre y madre". A esto respondió él, y le dijo: "Maestro, todas esas cosas las he observado desde mi mocedad". Y Jesús, mirándole de hito en hito, mostró quedar prendado de él, y le dijo. "Una cosa te falta aún: anda, vende cuanto tienes y dalo a los pobres, que así tendrás un tesoro en el cielo, y ven después y sígueme". A esta propuesta, entristecido el joven, fuese muy afligido, pues tenía muchos bienes. Y echando Jesús una ojeada alrededor de sí, dijo a sus discípulos: "¡Oh, cuán difícilmente los acaudalados entrarán en el reino de Dios!" Los discípulos quedaron pasmados al oír tales palabras. Pero Jesús volviendo a hablar, les añadió: "¡Ay hijitos míos, cuán difícil cosa es que los que ponen su confianza en las riquezas entren en el reino de Dios! Más fácil es el pasar un camello por el ojo de una aguja, que no entrar un rico semejante en el reino de Dios". Con esto subía de pronto su asombro, y se decían unos a otros. "¿Quién podrá, pues, salvarse?" Pero Jesús, fijando en ellos la vista, les dijo: "A los hombres es esto imposible, mas no a Dios; pues para Dios todas las cosas son posibles". (vv. 17-27)

Beda, in Marcum, 3, 40
Un hombre, que había oído decir al Señor que los que quieren ser semejantes a los niños son dignos de entrar en el reino de los cielos, le pide que se lo explique claramente y no con parábolas, y que le diga qué méritos tiene que hacer para conseguir la vida eterna. "Así que salió para ponerse en camino, vino corriendo un joven, y arrodillado a sus pies, le preguntó: Oh buen Maestro: ¿qué debo hacer yo para conseguir la vida eterna?".

Teofilacto
Causa admiración ese joven que, cuando los demás se acercan al Señor a causa de sus enfermedades, él pide la posesión de la vida eterna, a pesar de la maligna pasión de la avaricia por la cual se vio afligido después.

San Juan Crisóstomo, in Matthaeum, 63, 1
Porque se acercó verdaderamente al Señor como un hombre a otro y como a uno de los doctores de los judíos, le contestó como hombre. "Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino sólo Dios". Sin embargo, aunque dice esto, no niega la bondad de los hombres, sino en comparación a la bondad divina.

Beda, in Marcum, 3, 40
Este único Dios bueno no es solamente el Padre, sino el Hijo, que dice: "Yo soy el buen Pastor" (Jua_10:11), y el Espíritu Santo, de quien se dice: "Vuestro Padre, que está en los cielos, dará el Espíritu bueno a los que se lo piden" (Luc_11:13); que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, forman una sola e indivisible Trinidad y un solo y buen Dios. No niega el Señor que sea bueno, pero da a entender que es Dios. No dice que no sea buen Maestro, sino que no puede serlo ninguno sin Dios.

Teofilacto
Quiso, pues, el Señor elevar con estas palabras el espíritu de aquel joven para que lo reconociese como a Dios. Nos insinúa además con esto, que cuando hayamos de tratar con una persona, no lo hagamos adulándola, sino teniendo fija la atención en Dios, raíz y fuente de toda bondad, y rindiéndole honor.

Beda, in Marcum, 3, 40
Es de advertir que la observancia de la ley daba a sus discípulos, no sólo los bienes de la tierra, sino los eternos, por lo que dice al que le preguntaba sobre los medios de conseguir la vida eterna: "Ya sabes los mandamientos. No cometer adulterio, no matar", etc. Esta es la inocencia infantil que nos propone para que la sigamos, si queremos entrar en el reino de Dios. "A esto respondió él, y le dijo: Maestro, todas esas cosas las he observado desde mi mocedad". No debemos pensar que este hombre preguntó así al Señor para tentarlo, como creen algunos, ni que mintió en lo que dijo de su vida, sino que dijo sencillamente la verdad, lo que se demuestra en lo que sigue: "Y Jesús, poniendo en él los ojos, le mostró agrado", etc. Y es claro que si hubiera sido reo de mentira o disimulo no le hubiese amado quien penetra lo más secreto de los corazones.

Orígenes, homiliae in Matthaeum, hom. 8
En el hecho de amarlo o de abrazarlo, se ve que aprobó Jesús la verdad con que afirmó haber cumplido los mandamientos. Penetrando en su interior, vio en él al hombre de verdad y su buena conciencia.

Pseudo-Crisóstomo, Cat in Marc. Oxon
Pero se preguntará alguien cómo puede amar el Señor a quien no había de seguirle. A esto se puede responder diciendo que en un primer momento el joven fue digno del amor del Señor porque había observado la ley desde su juventud. Ya cerca al final del encuentro no hubo ninguna disminución del amor manifestado inicialmente. El joven por su parte no optó por la perfección. Pero si bien no había superado la medida humana, al no seguir la perfección que le proponía el Señor, sin embargo no había cometido ningún crimen al observar la ley según la medida humana. Es por esta observancia por la que lo amó el Señor.

Beda, in Marcum, 3, 40
Ama el Señor a los que guardan los mandamientos de la ley aunque son menores que los que buscan la perfección. Pero no por eso deja de manifestar que no es suficiente la observancia de la ley para los que desean ser perfectos, puesto que no vino para abolir la ley sino para darle plenitud. "Una cosa te falta aún: anda, vende cuanto tienes y dalo a los pobres, que así tendrás un tesoro en el cielo, y ven después, y sígueme". Por tanto el que está llamado a ser así perfecto debe vender lo que tiene, no sólo parte de ello, como hicieron Ananías y Safira, sino todo.

Teofilacto
Y luego que lo hubiere vendido, dar su importe a los pobres, no a los canallas y disolutos.

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 63, 2
No sin motivo hizo mención del tesoro del cielo y no de la vida eterna, diciendo: "Que así tendrás un tesoro en el cielo", porque, hablando de riquezas y de la renuncia de todo, manifiesta que da a quienes ordena que renuncien a todo, tanto más, cuanto mayor es el cielo que la tierra.

Teofilacto
Pero, dado que muchos pobres en vez de ser humildes tienen el vicio de la embriaguez o cualquier otro, dice: "Y ven después, y sígueme".

Beda, in Marcum, 3, 40
Sigue al Señor aquél que le imita y marcha sobre sus huellas. "A esta propuesta, entristecido el joven, fuese muy afligido".

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 63, 2
Y el Evangelista nos refiere la causa de su tristeza, diciendo: "Pues tenía muchos bienes": que no se afligen de igual modo los que tienen poco que los que tienen mucho, puesto que el aumentar las riquezas ya adquiridas hace mayor la llama de la codicia. "Y echando una ojeada alrededor de sí, dijo Jesús a sus discípulos: Oh, cuán difícilmente los ricos entrarán en el reino de Dios".

Teofilacto
No dice esto porque las riquezas sean malas, sino que lo son los que las tienen para guardarlas; por consiguiente, es preciso no atesorar, sino usar de las riquezas en lo que es necesario y útil.

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 63, 2
Se dirigió el Señor con estas palabras a los discípulos pobres y que no poseían nada, enseñándoles a no avergonzarse de su pobreza y como excusándose de haberles dejado sin poseer nada. "Los discípulos, continúa, quedaron pasmados al oír tales palabras", ya que, como no poseían nada, es claro que su dolor era por la salvación de los demás.

Beda, in Marcum, 3, 40
Pero es mucha la diferencia que hay entre tener riquezas y amarlas, y es por ello que no dijo Salomón "que el que tiene las riquezas, no saca fruto de ellas, sino el que las ama" (Ecl_5:9). Expone el Señor a sus asombrados discípulos el sentido de las palabras antedichas de este modo: "Pero Jesús, volviendo a hablar, les añadió: ¡Ay, hijitos míos, cuán difícil cosa es que los que ponen su confianza en las riquezas entren en el reino de Dios!" En donde es de notar que no dice: ¡Cuán imposible es! sino ¡cuán difícil es! Porque lo que es imposible no se puede hacer de ningún modo, mientras que lo difícil sí, aunque cueste mucho trabajo.

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 63, 2
O bien: con la palabra difícil quiere significar lo imposible. Y esto no sencillamente, sino con cierta intención. "Más fácil es, dice, pasar un camello por el ojo de una aguja que no entrar un rico en el reino de Dios".

Teofilacto
Se debe entender por camello el animal de este nombre o el cable que usan los marineros.

Beda, in Marcum, 3, 40
¿Cómo, pues, vemos en el Evangelio a Mateo, a Zaqueo, a José de Arimatea, y en el antiguo Testamento, a tantos ricos que entran en el reino de Dios, sino es porque tuvieron en nada sus riquezas, o las abandonaron del todo por inspiración del Señor? En un sentido más elevado, esto significa que ha sido más fácil a Cristo padecer por los que aman, que convertirse a El quienes aman lo mundano. Y se nos ofrece bajo la figura de camello, porque llevó la carga de nuestros pecados. La aguja significa las punzadas o dolores sufridos en la pasión, y el ojo de ella sus trabajos, con las que se dignó el Señor renovar en cierto modo los gastados vestidos de nuestra naturaleza. "Con esto subía de punto su asombro y se decían unos a otros: ¿Quién podrá, pues, salvarse?" Y como el número de los pobres es incomparablemente mayor que el de los ricos, estas palabras expresan que contaba en el número de los ricos a todos los que aman las riquezas, aunque no hayan podido adquirirlas. "Pero Jesús, fijando en ellos la vista, les dijo: "A los hombres es esto imposible, mas no a Dios"; porque no se debe entender que pueden entrar en el reino de los cielos los avaros y soberbios con su avaricia y soberbia, sino que es posible para Dios convertirlos de la codicia y soberbia a la caridad y humildad.

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 63, 2
Esta es, por tanto, obra de Dios, y así se nos manifiesta cuánta necesidad de la gracia tiene el que haya de obrar así, y que será grande la recompensa que recibirán los ricos que sigan la filosofía de Cristo.

Teofilacto
O bien debemos entender que dice: "A los hombres es esto imposible, mas no a Dios", porque esto es posible cuando oímos a Dios, y es imposible cuando oímos a la sabiduría humana. "Pues para Dios todas las cosas son posibles", dice; y al decir todo, debe entenderse todo ente, porque el pecado es nada, como cosa sin esencia y sustancia incomunicable. O bien: el pecado no es cosa de virtud, sino de enfermedad, y por tanto, como enfermedad, es imposible para Dios. ¿Pero acaso puede hacer Dios que lo que es no sea? Dios es la verdad, y hacer que lo que ha sido hecho no haya sido hecho, es falso; ¿cómo, pues, la verdad podría hacer lo falso? Sería preciso, como dicen algunos, que destruyese su propia naturaleza. ¿Y puede Dios no ser Dios? Esto es ridículo.



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