miércoles, 3 de julio de 2013

Evangelio del día (Calendario Tradicional) - 03 de julio de 2013


Segunda Epístola del Apóstol San Pablo a Timoteo (III, 14-17 | IV, 1-5)
   
2 Timoteo 3:14-17
(14)  pero tú permanece en lo que has aprendido y te ha sido confiado, considerando de quiénes lo aprendiste,
(15)  y porque desde la infancia conoces las Escrituras Sagradas, que pueden instruirte en orden a la salud por la fe en Jesucristo.
(16)  Pues toda la Escritura es divinamente inspirada y útil para enseñar, para argüir, para corregir, para educar en la justicia,
(17)  a fin de que el hombre de Dios sea perfecto y esté equiparado para toda obra buena.
 
2 Timoteo 4:1-5
(1)  Te conjuro delante de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a vivos y muertos, por su aparición y por su reino:
(2)  Predica la palabra, insiste a tiempo y a destiempo, arguye, enseña, exhorta con toda longanimidad y doctrina;"
(3)  pues vendrá un tiempo en que no sufrirán la sana doctrina, antes, deseosos de novedades, se rodearán de maestros conforme a sus pasiones,
(4)  y apartarán los oídos de la verdad para volverlos a las fábulas.
(5)  Pero tú vela en todo, soporta los trabajos, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio.



+ Continuación del Santo Evangelio según San Mateo (X, 28-32)

Biblia versión Nacar-Colunga


(28)  No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, que el alma no pueden matarla; temed más bien a aquel que puede perder el alma y el cuerpo en la Gehenna."
(29)  ¿No se venden dos pajaritos por un as? Sin embargo, ni uno de ellos cae a tierra sin la voluntad de vuestro Padre.
(30)  Cuanto a vosotros, aun los cabellos todos de vuestra cabeza están contados.
(31)  No temáis, pues. ¿No aventajáis vosotros a los pajaritos?
(32)  Pues todo el que me confesare delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre, que está en los cielos;"


Laus tibi Christe 



Biblia versión Jünemann
(28)  Y no temáis de los que matan el cuerpo, y el alma no pueden matar, pero temed mas bien al que puede así el alma como el cuerpo perder en la gehenna.
(29)  ¿No se venden dos gorriones por un as? y uno de entre ellos no cae sobre la tierra sin el padre de vosotros.
(30)  De vosotros, empero, aún los cabellos de la cabeza todos contados están.
(31)  No temáis, pues: de muchos gorriones diferís vosotros.
(32)  Todo aquél, pues, que me confesare delante de los hombres, le confesaré yo también delante del Padre mío el de los cielos;
Biblia Vulgata (latín)
(28)  et nolite timere eos qui occidunt corpus animam autem non possunt occidere sed potius eum timete qui potest et animam et corpus perdere in gehennam
(29)  nonne duo passeres asse veneunt et unus ex illis non cadet super terram sine Patre vestro
(30)  vestri autem et capilli capitis omnes numerati sunt
(31)  nolite ergo timere multis passeribus meliores estis vos
(32)  omnis ergo qui confitebitur me coram hominibus confitebor et ego eum coram Patre meo qui est in caelis


Comentario de Santo Tomás de Aquino
a la Segunda Epístola a Timoteo


LECTIO 2: Ad 2 Timotheum 3,6-11
Haciendo una lista de otras vicios, contra los que arma a su Timoteo de muchas virtudes, le enseña a huir de los hombres corrompidos con los vicios enumerados.

Et hos devita.

6. Ex his enim sunt qui penetrant domos, et captivas ducunt mulierculas oneratas peccatis, quae ducuntur variis desideriis.7. Semper discentes et numquam ad scientiam veritatis pervenientes.8. Quemadmodum autem 1annes et Mambres restiterunt Moysi, ita et hi resistunt veritaii, homines corrupti mente, reprobi circa fidern.9. Sed ultra non projicient. 1nsipientia enim eorum manifesta erit ómnibus, sicut et illorum fuit.10. Tu autem assecutus es meam doctrinam, institutionem, propositum, fidem, longanimitatem, dilectionem, patientiam.11. Persecutiones, passiones, qualia mihi jacta sunt Antiochiae, Iconii et Lystris; quales persecutiones sustinui, et ex ómnibus eripuit me Dominus.

Arriba describió el Apóstol el peligro de les últimos tiempos y señaló su causa; aquí enseña que también de presente hay que evitarlos; y previene avisando se eviten, y muestra en qué hombres de presente se hacen manifiestos. Dice pues: dije que en los últimos tiempos habría pésimos hombres; mas no te creas seguro al presente; sino que también ahora has de evitar a tales y a tales hombres, no sea que caigas en los mismos errores. "Huye del hombre hereje, después de haberle corregido una y dos veces" (Tt 3,1 Tt 1). Y aunque en algunas cosas hay que evitarlos, mas no cuanto a exhortarlos de palabra. Y entonces muestra que aun ahora hay algunos fulanos de tal ralea; señala el daño que hacen y la quiebra que padecen y el estorbo que los pone en estrechura. Acerca de lo primero muestra el impedimento que ponen a los súbditos y a los prelados; asimismo demuestra su imprudencia y su astucia. Evítalos, pues, que hay algunos de éstos; porque de ellos, esto es, de su número, son. -"Así ahora muchos se han hecho anticristos" (1Jn 2,18). Ni habéis de entender que fueron, sino que son, a saber, facinerosos e ingratos…, porque los pecadores ya convertidos no deben llamarse pecadores, "ni pronunciaré sus nombres con mis labios" (Ps 14,4).

Muestra su malicia al decir: "los que se meten por las casas". Y a la letra puede exponerse este pasaje: como si se entremetieran desordenadamente y anduvieran vagando de casa en casa por interés. Contra lo cual dice el Si 21: "el tonto con -facilidad mete el pie en casa ajena". Mas no por esto prohíbese a algunos visitar a los afligidos en sus casas, porque "la religión pura y sin mácula delante de Dios Padre es ésta: visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones" (Jc 1,27). O por casa puede entenderse metafóricamente la conciencia. "Entrando en mi casa hallaré en ella mi descanso" (Sg 8,16). Entonces los que se meten por las casas son los que astutamente quieren saber los secretos de la conciencia para engañar a otros". "con hacerte hablar mucho hará prueba de ti, y como por pasatiempo te sonsacará tus secretos" (Si 13,14).

Con todo eso, a los que tienen cargo de otro les es lícito investigar el estado de conciencia de sus súbditos. (Pr 17).

Señala su astucia cuando dice: "y cautivan a las mujercillas", y se toca su malicia, porque las privan de la libertad y del estado de gracia (Jc 1) y las trasladan al estado de servidumbre, que es el estado de pecado. "Cuando el Señor devolvía a Sión los cautivos" (Ps 125,1); porque esto es lo que significa el nombre cautividad (Is 5). Muestra en segundo lugar sobre qué personas ejercitan su malicia, y las describe por la fragilidad del sexo, por la malicia de su trato, por la vanidad de sus aficiones, por su falta de discreción. Cuanto a lo primero dice: mujercillas, que son de menor discreción y de sexo más quebradizo. Y las llama mujercillas, porque las señoras de alto coturno tienen sus consejeros, con cuyos consejos aconsejadas no se dejan seducir; pero éstas están destituidas de tal ayuda (Mt 23 1M 1). Tocante a lo segundo dice: "cargadas de pecados". El pecado es una carga, pues no permite andar con libertad ni erguido el talle, sino doblado. "Mis culpas como carga pesada cargan demasiado sobre mí" (Ps 37,5); y por esto especialmente engañan a éstas, porque el pecado déjale mullida la cama a la seducción. Asimismo, por ser de mala ralea, temen resistir, para no perderse. Cuanto a lo tercero dice: "arrastradas de varías pasiones", esto es, están que ni pintadas para seducidas, pues sus deseos de esto y de aquello las traen al retortero. "El hombre de ánimo doble es inconstante en todos sus caminos" (Jc 1 Jc 8). Por eso fue seducida la primera mujer, porque no se mantuvo firme en dar crédito a la palabra del Señor, sino que dijo: no sea que muramos. "No pongas los ojos en una mujer que quiere a muchos… " (Si 9,3). Cuanto a lo cuarto: "las cuales andan siempre aprendiendo, y jamás arriban al conocimiento de la verdad". La curiosidad siempre anda a caza de novedades, y no quiere insistir (en su conocimiento). De donde dice: siempre aprendiendo. -"Una mujer loca y vocinglera… y que no sabe nada" (Pr 9,13). Con todo, esto que dijo: siempre aprendiendo puede reducirse a aquello de "las que andan de casa en casa".

-"En fin, así como Jannes y Mambres resistieron a Moisés". Indica el daño que acarrean a los prelados y el perjuicio de oponerse a su doctrina; y trae el ejemplo del Éxodo, cuando los magos resistieron a Moisés; porque desde el principio del mundo siempre ha habido una pugna entre la verdad y la falsedad. "Verdad es que hubo también falsos profetas en el pueblo de Dios, así como vendrán entre vosotros maestros embusteros, que introducirán sectas de perdición y renegarán del Señor" (2P 2,1). Pero en el Éxodo a estos magos no se les llama por su nombre, como aquí, (información que quizá tuvo San Pablo por algunas palabras de los judíos). "Del mismo modo éstos resisten a la verdad", a saber, la que predicamos nosotros. (Ac 7).

Consiguientemente cuando dice: "hombres de un corazón corrompido, réprobos en la fe" da a entender la mengua que padecen en la fe y en las obras. Como dice la Glosa: hombres que por sus obras se demuestran réprobos. "Llamadlos plata espuria, porque el Señor ya los ha reprobado" (Jr 6,30). Mas no sólo réprobos en la obra, sino también en la fe, de mente corrompida, esto es, en la potencia racional; pues una cosa se dice entonces corrompida cuando descaece de su propia virtud, y la propia perfección de la mente es el conocimiento de la verdad. De donde se dice de mente corrompida quien está falto y flaco en el conocimiento de la fe.

-"mas no lograrán sus intentos". Muestra cómo se ven en aprietos, y lo. que se verán en dificultades; y 2o. el modo de estorbar el logro de sus intentos: "porque su necedad se hará patente a todos". Y es de sabré, cuanto a lo primero, que del hombre dimana la voluntad de hacer daño, mas de Dios que lo permite el poder de llevarlo a efecto; y Dios no le permite al malo dañar cuanto quiera, sino le fija un término: "hasta aquí llegarás, y no pasarás más adelante; y aquí quebrantarás tus hinchadas olas" (Jb 38,1 Jb 1). Así el diablo no hirió a Job sino según el orden de la permisión de Dios. Así Arrio no causó en la Iglesia más daño sino cuanto Dios le permitió. En Ap 7,3, dice un ángel: "no hagáis mal a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta tanto que pongamos la señal en la frente a los siervos de nuestro Dios". Y dice: no lograrán sus intentos más de lo que Dios les permita. El modo de impedir que salgan con lo que pretenden es quitándoles el rebozo y ocultamiento, que hay que quitar, porque son dañosos. (Jb 41). Por eso dice: "su necedad se hará patente a todos", al correr Dios el telón, cuando iluminará lo escondido en las tinieblas (1Co 4), "como se hizo la de aquéllos", a saber, los magos de Faraón, que no pudieron obrar milagros.

-"Tú, al contrario, ya has visto mi doctrina". Muestra la idoneidad de Timoteo para resistir estos peligros, y lo. por la educación que le había dado el Apóstol; 2o. por la experiencia de las Escrituras que conocía desde niño. Asimismo demuestra que el Apóstol lo había suficientemente instruido y que otros en general lo podían instruir. Estaba instruido de palabra, lo cual se hace de 2 maneras: una, sobre conocer la verdad; otra, sobre obrar la justicia. Cuanto a lo primero dice: "Tú, al contrario, ya has visto mi doctrina", esto es, has sido instruido en la fe católica; por tanto, bien puedes huir de ellos. Cuanto a lo segundo: "mi modo de proceder", o institución, o educación sobre algunas cosas, sujetas a la operación humana, que hay que hacer. "Todo lo he probado y estoy ya hecho a todo" (Ph 4,12).

Muestra también cómo estaba educado con el ejemplo, ya para practicar la virtud, ya para tolerar la adversidad: mi paciencia. En la práctica de las buenas obras hay que considerar 2 elementos: lo. la recta intención del fin; por eso dice: el propósito, que pertenece al fin (Sg 8); y a éste se llega por el ejercicio de las buenas obras, que nacen de 3 virtudes, a saber, las teologales; y lo. pone la fe (He 11). 2o. la esperanza, al decir: longanimidad, que significa una larga expectación; 3o. la candad (1Jn 3).

Sobre soportar los males lo instruye sobre 3 cosas que le trae a la memoria: la paciencia que tuvo, los males que soportó, el socorro divino que le acompañó. Así pues pone lo. la paciencia, que perfecciona la obra (Jc 1), y la materia de la paciencia, a saber, las persecuciones en general (Mt 10), y también en especial: las vejaciones, que padeció en su propio cuerpo (2Co 11); y en particular "lo que me aconteció en Antioquía, Iconio y Listra". Los judíos lo persiguieron en presencia de Timoteo, mas no le faltó el auxilio divino. Por eso dice: "mas de todas me ha sacado a salvo el Señor" (2Co 1).


12
(2Tm 3,12-17)

LECTIO 3: Ad 2 Timotheum 3,12-17
Es cosa corriente que los santos padezcan persecución y que los malos cada día se hagan más malos; por eso amonesta a Timoteo a perseverar en lo que aprendió y le declara la utilidad de las Escrituras.

12. Et omnes qui pie volunt vivere in Christo lesu persecutionem patientur.13. Mali autem homines et seductores proficient in peius, errantes et in errorem mittentes.14. Tu vero permane in his quae didicisti, et credita sunt tibi, sciens a quo didiceris.15. Et quia ab infantia sacras litteras nosti, quae te possunt instruere ad salutem, per fidem quae est in Christo lesu.16. Ornnis enim scriptura divinitus inspirata utilis est ad docendum, ad arguendum, ad corripiendum, ad erudiendum in iustitia.17. Ut perfectas sit homo Dei ad omne opus bonum ins-tructus.

Arriba propuso a Timoteo como dechado las persecuciones que él mismo padeció; y, porque no parezca que él solo ha pasado por esas vejaciones, hace patente que esto es moneda corriente entre los santos; aquí la pasan mal en sufrir penalidades, al paso que los malos, por sus culpas, van de mal en peor. Dice pues: he padecido persecuciones, mas no sólo yo, sino todos. Piadosamente se toma en 2 sentidos: unas veces por la virtud de la piedad que se refiere al culto divino; otras por la misericordia para con el prójimo. Así pues, "todos los que quieren vivir piadosamente, según Jesucristo", esto es, quieren observar el culto de la Religión cristiana (Tt 2), "han de padecer persecución", mayormente en la primitiva Iglesia cuando de todas partes impugnaban a Cristo Judíos y Gentiles (Jn 16 Mt 24). Asimismo, todos los que quieren vivir piadosamente, esto es, por la fe en Cristo, observar la misericordia para con el prójimo, por fuerza han de padecer persecución, por dentro, si no por fuera, a saber, cuando se compadecen de las faltas de sus prójimos, cuyas culpas y penalidades están viendo (2Co 11 2P 2 Ps 118). Hay también otras persecuciones que no pueden faltar del todo a los santos, a saber, del demonio, el mundo y la carne, porque, como se dice en Ga 5,17: "la carne tiene deseos contrarios a los del espíritu". Véase también Rm 7 Ps 30.

Al decir luego que "los malos hombres irán de mal en peor", muestra que los malos caen en males peores, a saber, de culpa. Dice los malos en sí, a saber, en cuanto hechos una pella de pecados (Mt 21); "y los impostores" o seductores, en perjuicio de los prójimos, por cuanto los apartan del camino de la verdad, que es el común (Rm 16): "con palabras melosas y con adulaciones, seducen los corazones de los sencillos". Mas, no contentos con el mal que hacen, "irán de mal en peor". "El que está sucio prosiga ensuciándose" (Ap 22,11). -Pero al contrario dice arriba: "no lograrán sus intentos". Digamos que van de mal en peor o por permisión de Dios o, como aquí se entiende, por la intención maliciosa de ellos, que apunta siempre a ese blanco (de la maldad); mas, según la providencia divina, se ven impedidos de llevar a cabo lo que empezaron. Pero en sí mismos irán de mal en peor, por cuanto yerran acerca de la verdad. "Muy errados andáis, por no entender las Escrituras, ni el poder de Dios" (Mt 22,29). Yerran asimismo en las obras, y de esta manera todos los malos yerran (Pr 14). Yerran también con los prójimos, por seductores; de donde dice: "haciendo errar a otros", a saber, persuadiendo que por el camino de la prosperidad se puede llegar al reino de los cielos, contra lo dicho arriba: "que todos los que quieren vivir piadosamente… " "Pueblo mío, los que te llaman bienaventurado ésos son los que te traen engañado" (Is 3,12). -"Mas tú mantente firme en lo que has aprendido".

Y esta exhortación a mantenerse firme es por 3 capítulos: por parte del que le enseña, por parte del mismo Timoteo, por parte de lo que recibió. Dice pues: has seguido mi doctrina… luego, mantente firme en ella (Qo 10 1Co 15); "en lo que has aprendido y se te ha encomendado", porque todo cristiano aprende las cosas de fe, y ésta es la doctrina de la salvación (Jn 6); mas de manera especial se encomiendan a los prelados las enseñanzas de la fe, por razón del encargo que tienen de dispensarlas a los demás (Ga 2). Y ¿por qué es menester mantenerse firme? Porque el maestro que me lo enseñó es de tal competencia que no pudo errar. "En mí habla Cristo" (2Co 13). Por tanto, mantente firme, considerando que, de quien lo aprendiste, es de Pablo, que no lo aprendió de un hombre ni por magisterio de un hombre (Ga 2).

Segunda razón, por la propia condición; porque es vergonzoso para un hombre, educado con buena crianza desde su niñez, venir a flaquear en la vejez. "El hombre que de la justicia se vuelve al pecado destínale Dios a la perdición" (Si 26,27). Y Timoteo con esa diligencia fue educado. "La senda por la cual comenzó el ¡oven a andar desde el principio, esa misma seguirá también cuando viejo" (Si 22,6). Por eso dice: "y también que desde la niñez aprendiste las sagradas letras", que son las del Antiguo Testamento, que aprendió desde la infancia, por ser hijo de mujer judía. Por tanto, hizo su madre que lo criasen con ellas, esto es, con el Antiguo Testamento -contra lo que dicen los maniqueos- porque el Apóstol llama aquí al Antiguo Testamento Sagradas Letras, que no pueden entenderse del Nuevo Testamento, que no le habían enseñado de niño.*

Tercera razón, de parte de lo que recibió; porque si alguno cursa alguna ciencia inútil, la deja y pasa a otra; mas si la ciencia es utilísima, sería una insensatez dejarla; porque "toda escritura inspirada de Dios es propia para enseñar, para convencer…"

Digo pues que recibiste las Sagradas Letras que, por útiles, no han de menospreciarse. "Yo soy el Señor tu Dios, que te enseña cosas útiles" (Is 48). Por eso añade: "que te pueden instruir" -"Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna" (Jn 6 Jn 5). Y estas Sagradas Letras te pueden instruir para la salvación, mas no sino mediante la fe en Cristo Jesús, "siendo así que el fin de la Ley es Cristo, para justificar a todos los que creen en El" (Rm 10,4).

Y manifiesta el por qué diciendo: toda escritura, donde demuestra que las Sagradas Letras son el único camino de la salvación; por 3 razones: porque las recomienda por razón de su principio, por razón de sus efectos provechosos y por razón del último fruto y utilidad. Pues si atendemos a su principio, sobre todas se lleva la gala; porque las otras son fruto del entendimiento humano, pero la Sagrada Escritura es divina; por eso dice: "Escritura inspirada de Dios"; "porque no traen su origen las profecías de la voluntad de los hombres, sino que los varones santos de Dios hablaron siendo inspirados del Espíritu Santo" (1P 1,21), Mas dirás: ¿cómo es que no están divinamente inspiradas las otras escrituras, ya que, según San Ambrosio, toda verdad, quienquiera que la diga, dimana del Espíritu Santo?

Hemos de decir que Dios tiene 2 operaciones: inmediata la una, como los milagros (obra propia suya); mediata la otra, por medio de causas inferiores, como las obras naturales (Jb 10), que, con todo, hácense por la operación de la naturaleza. Así en el hombre instruye el entendimiento ora inmediatamente por las Sagradas Letras, ora mediatamente por las otras escrituras. Y el efecto de esta escritura es doble, porque enseña a conocer la verdad y persuade a obrar la justicia. "Mas el Consolador, el Espíritu Santo, os enseñará, a saber, lo que debéis conocer, y os sugerirá lo que habéis de obrar" (Jn 14). Por consiguiente es útil para conocer la verdad y útil también para gobernar las acciones; porque hay razón especulativa y razón práctica, y en ambas es necesario que conozca la verdad y rechace el error; pues no mentir y refutar al que miente es obrar sabiamente. Cuanto a lo primero dice: "es propia para enseñar", a saber, la verdad (Ps 118). Cuanto a lo segundo: "para convencer". Así en Tt 1,9, le dice que el obispo sea "adicto a las verdades de la fe, según se la han enseñado a él, a fin de que sea capaz de instruir en la sana doctrina y redargüir a los que contradijeren".

También cuanto a la razón práctica es necesario que aparte del mal e induzca al bien (Ps 33). Cuanto a lo primero dice: "para corregir", esto es, de lo malo. "Dichoso el hombre a quien el mismo Dios corrige" (Jb 5,17 Mt 18). Cuanto a lo segundo: "para gobernar en la justicia". Y todo esto lo hace la Sagrada Escritura (Is 8). Cuatro pues son los efectos de la Sagrada Escritura, a saber: enseñar la verdad, rebatir arguyendo la falsedad, por lo que hace a la razón especulativa; librar del mal e inducir al bien, en lo que mira a la práctica; y el último efecto suyo es llevar a los hombres a la perfección; pues no el bien como quiera, sino el perfecto, es su obra (He 6). Por eso dice: "para que el hombre de Dios sea perfecto", pues no puede ser perfecto si no es hombre de Dios; porque una cosa perfecta es la cabal y acabada, a la que no le falta nada. Y entonces el hombre es perfecto cuando está apercibido, esto es, preparado "para toda obra buena", no sólo para las que son de necesidad para salvarse, sino también para las que son de supererogación. No nos cansemos, pues, de hacer el bien" (Ga 6,9).

* Ni empezaba todavía a escribirse. (Nota del trad.)



CAPUT 4
13
(2Tm 4,1-5)

LECTIO 1: Ad 2 Timotheum 4,1-5
Conjura a Timoteo, delante de Dios, a que con todo empeño se entregue a predicar el Evangelio que se le ha confiado, porque se avecinan tiempos muy malos en que la verdad se verá envuelta en las nubes del error.

1. Testificor coram Deo et Domino lesu Chrisio, qui iudicaturus est vivos et mortuos, per adventum ipsius et regnum eius.2. Praedica verbum, insta opportune, importune; argüe, obsecra, increpa in omni patientia et doctrina.3. Erit enim tempus cum sanam doctrinam non sustinebunt, sed ad sua desideria coacervabunt sibi magistros prurientes auribus.4. Et a veritate quidem auditum avertent, ad fábulas autem convertentur.5. Tu vero vigila, in ómnibus labora, opus fac evangelistae, ministerium tuum imple, sobrius esto.

Previniéndole de los peligros de los últimos tiempos y demostrándole su capacidad para enfrentarse a ellos, enséñale aquí de qué manera ha de resistirlos. Y pónese primero la amonestación, segundo su necesidad; así mismo el ruego encarecido para que predique y otra admonición. En la contestación o testificación dos cosas hay que considerar, a saber, ante quiénes se testifica y por quién. Testifícase ante dos, a saber, ante quien bienaventuranza nuestra es y ante quien nos introduce a ella; y Dios es nuestra bienaventuranza (Ps 32). Por eso dice: "fe conjuro delante de Dios", esto es, invoco a Dios por testigo de esta admonición que te voy a hacer, pues este testigo no se llama a engaño (2Co 1). -"y de Jesucristo", a quien toca introducirnos a la gloria, "por el cual, asimismo, en virtud de la fe, tenemos cabida en esta gracia, en la cual permanecemos firmes, y nos gloriamos esperando la gloria de los hijos de Dios" (Rm 5,2). O nos introducirá de otra manera, porque "El juzgará a vivos y a muertos". Y llama vivos a los que, cuando El venga, hallará entonces vivos, pero que morirán ciertamente, mas, como en breve resucitarán, se llaman vivos: "nosotros los vivos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados, juntamente con ellos, sobre nubes, al encuentro de Cristo en el aire" (1Th 4,17). O vivos llama a los buenos, esto es, los que viven la vida de la gracia, y muertos a los malos (1Jn 3); y también a éstos juzga (Ac 10). Mas siendo Cristo Dios, ¿a qué viene este enlace: "delante de Dios y de Cristo"? Respondo: puede admitirse que se diga delante de Dios, esto es, el Padre, y el Cristo, a saber, el Hijo; porque el Padre es la fuente de la divinidad.

-"al tiempo de su venida y de su reino". Lo conjura por las dos cosas que más desean los santos: la venida de Cristo (Lc 12) y su reino: "venga a nos fu reino" (Mt 6 Ap 22). Por cierto que ejerce su señorío, con potestad general, sobre toda criatura (Mt 28); mas de modo especial reina espiritualmente en los santos, aquí por gracia y allí por gloria; porque los santos no son de este mundo (Jn 18). Mas este reino aquí se estrena y se consumará en lo por venir, cuando todos los reinos, quieran que no quieran, le quedarán sujetos (Ps 109).

Consiguientemente cuando dice: "predica la palabra de Dios", pénese la admonición para que insista con la doctrina, que es doble: una para todos y otra para algunos. Asimismo lo amonesta a que aplique la doctrina en general y le enseña el modo de hacerlo. Dice pues: "predica la palabra", a saber, del Evangelio (Mc 16). Dos cosas ha de tener la predicación: anunciar la verdad y corregir las costumbres, que debe hacer el predicador (Lc 24). El modo es la insistencia sin tregua; por eso dice: "insiste con ocasión, y sin ella". -"cargan sobre mí las ocurrencias de cada día, por la solicitud de todas las iglesias" (2Co 10,28). Pero dice: importunamente, y contra esto está el Si 20,22: "la parábola no tiene gracia en boca del fatuo, porque la dice fuera de tiempo"; y Pr 15,23: "la palabra oportuna es de perlas". -Digamos que el predicador ha de predicar siempre oportunamente, si se ajusta a la regla de la verdad, mas no si se rige por la falsa estimación de los oyentes, que juzgarán la verdad importunidad; porque el que predica la verdad siempre es para los buenos oportuno, para los malos importuno. "Quien es de Dios escucha la palabra de Dios; por eso vosotros no la escucháis, porque no sois de Dios" (Jn 8,47). "¡Oh, cuan sumamente áspera es la sabiduría para los hombres necios!" (Si 6,21). Si el hombre tuviese que aguardar coyuntura para hablar solamente a los que quieren escuchar, aprovecharía sólo a los justos; mas es menester que a sus tiempos predique también a los malos para que se conviertan. Por eso añade: importunamente. "Clama, no ceses; haz resonar tu voz como una trompeta y declara a mi pueblo sus maldades" (Is 58,1).

-"Reprende". Pénese la doctrina en especial y el modo de enseñarla: "con toda paciencia". Y doctrinando a uno, especialmente lo puede hacer o en cosas tocantes a la fe, pongo por ejemplo para que enseñe la verdad y eche fuera el error (Tt 2); o en cosas tocantes a las buenas costumbres, y para esto alguna vez introduzca al bueno y superior, y benignamente, con cara de risa, déle un tironcillo de orejas; por eso dice: ruega. -"No reprendas con aspereza al anciano, sino exhórtalo como a padre" (1Tm 5,1); "si alguno cayere, vosotros, los que sois espirituales, al tal instruidle con espíritu de mansedumbre" (Ga 6,1), especialmente si no peca por malicia. Mas si doctrina o mete en vereda a un malo, debe darle una carda; por eso dice: increpa. -"Por tanto, repréndelos fuertemente, para que conserven sana la fe" (Tt 1,13). Mas ¿de qué modo? Con toda paciencia, que no se trasluzca la ira ni con ira, sino apaciblemente, léele la cartilla a quien se la debes leer. "La doctrina del hombre se conoce por la paciencia" (Pr 19,2). "y doctrina", es a saber, la que mira a la fe y a las costumbres.

-"Porque vendrá tiempo en que los hombres no podrán sufrir la sana doctrina". Muestra la necesidad de la antedicha admonición, que es triple, según provenga de parte de los oyentes, de Timoteo o del Apóstol. La primera, de parle de los oyentes, es su mala disposición para oír, el no querer dar oídos a lo provechoso sino a lo curioso. Dice, pues, cuanto a lo primero: en tanto no quieran dar oídos a la sana doctrina, insísteles, caliéntales las orejas, "porque vendrá tiempo en que los hombres no soportarán la sana doctrina", y ese tiempo será cuando habrá malos doctores; "porque sé que después de mi partida os han de asaltar lobos voraces" (Ac 20,29). De donde dice: "no podrán sufrir", esto es, les será odiosa vuestra doctrina, la de Cristo (Pr 8).

Otra perversidad es el deseo de oír desordenadamente cosas curiosas y dañosas. "¿Hasta cuándo, a manera de párvulos, habéis de amar las niñerías? ¿Hasta cuándo, necios, apeteceréis las cosas que os son nocivas, e imprudentes aborreceréis la sabiduría?" (Pr 1,22). Por eso dice: "sino que, teniendo una comezón extremada de oír doctrinas que lisonjeen sus pasiones, recurrirán a una caterva de doctores propios para satisfacer sus desordenados deseos". Eso es lo que significa coacervabunt, multiplicarán… Contra lo cual dice Jc 3,1: "no queráis muchos de vosotros, hermanos míos, hacer de maestros, considerando que os exponéis a un juicio muy riguroso". Y hay coacervación o amontonamiento cuando se multiplican los indignos e incapaces, y mayor coacervación hay si se juntan cuatro indignos que si cien buenos, porque "la muchedumbre de varones sabios es la felicidad del mundo" (Sg 6,26). Y esto significa según sus deseos: que uno quiere oír a uno y otro a otro, y así se buscan maestros al sabor de su paladar. Y dice: "maestros, cosquillosos de orejas", a saber, los oyentes. Dícese que tiene comezón en los pies el que no quiere estarse quieto; pero en los oídos el que siempre quiere oír novedades, cosas curiosas e inauditas y alguna vez dañosas. Los Atenienses no tenían otra ocupación (Ac 17), y por esas novelerías se multiplican las doctrinas heréticas (Pr 19).

Consiguientemente "cerrarán sus oídos a la verdad", porque no podrán sufrir la sana doctrina, que es la que no tiene mezcla de falsedad. "Si os digo la verdad, ¿por qué no me creéis?" (Jn 8 Os 4). "y los aplicarán a las fábulas". Las fábulas están compuestas de cosas maravillosas en las que falta la verdad; y éstas son las que los hombres cosquillosos de orejas quieren oír.

-"Tú, entretanto, vigila en todas las cosas". Pónese la necesidad de parte de Timoteo, que tenía cometido el oficio de predicar, y, por tanto, era necesario lo hiciera; y amonéstalo a andar solícito, indúcelo a trabajar y rígelo en su trabajo. Dice pues: "tú, entretanto, vigila"; como si dijera: ¡ya ves lo que hacen éstos! Tú, en cambio… (Mt 24 Lc 2). "El que preside o gobierna, sea con vigilancia" (Rm 12,8); mas, como vigilancia sin trabajo de nada sirve, lo induce a barbechar en todos los campos, luego le circunscribe uno a sus fatigas y le hace ver la necesidad de este trabajo. Dícele pues: vigila, pero de modo que hagas algo; por tanto, trabaja, "porque glorioso es el fruto de las buenas obras" (Sg 3,15).

Y esto "en todas las cosas", es a saber, con hombres de todo género (Is 32 Mc 16). De donde luego determina a qué especie de trabajo ha de dedicarse: "desempeña el oficio de evangelista", esto es, evangeliza; que es un trabajo noble, porque para eso fue enviado Jesucristo (Lc 4 Is 41). Y evangelista llámase algunas veces el que escribió el Evangelio, y en este sentido son cuatro; otras el que lo predica, y así se toma aquí y en Ep 4. La necesidad de este trabajo se demuestra porque es un ministerio que se te ha encomendado como cargo propio tuyo. Por tanto, cumple con él, a saber, predicando. "Decid a Arquipo: considera bien el ministerio que has recibido en nombre del Señor, a fin de desempeñar todos sus cargos" (Col 4,17). Y da excelente cobro de su oficio de evangelista el que derrama con sus palabras las luces del Evangelio y lleva a efecto con sus obras lo que predica (Ac 1).

Induce consiguientemente a la moderación diciendo: "vive con templanza", o con sobriedad corporal, que dice bien con el predicador; porque la embriaguez es enemiga de la sabiduría (Qo 2). O pénese aquí la sobriedad en lugar de la discreción. (Ac 26 1P 5).


Comentario    
CATENA AUREA
 de
 Santo Tomás de Aquino
Mateo 10:26-28 

"No les temáis, pues; porque nada hay oculto que no sea revelado, ni secreto que no sea sabido. Decid a la luz lo que os he dicho en la oscuridad, y predicad sobre los más alto de la casa lo que vuestros oídos han oído. Y no temáis a aquéllos que matan al cuerpo, mas no pueden matar al alma, sino antes bien, temed a aquél que puede arrojar al infierno al cuerpo y al alma". (vv. 26-28)

Remigio
Luego de la anterior consolación, añade otra no menor, diciendo: "No les temáis"; es decir, a los perseguidores. Y les da la razón de por qué no les deben temer, a saber: "Porque nada hay oculto que no sea revelado".

San Jerónimo
¿Cómo es posible que en el tiempo presente no se sepan las maldades de muchos? Aquí habla, pues, del tiempo futuro, cuando Dios juzgará los misterios de los hombres, iluminará los escondrijos de las tinieblas y pondrá de manifiesto las intenciones de los corazones (1Co_4:5): el sentido es éste: "No temáis la crueldad de los perseguidores y la rabia de los blasfemos, porque llegará el día del juicio y en él se verán bien a las claras vuestra virtud y su malicia".

San Hilario, in Matthaeum, 10
Les aconseja, pues, que no tengan miedo ni a las amenazas, ni a las afrentas, ni a las revoluciones, ni al poder de los perseguidores; porque ya verán en el día del juicio de cuán poco les valieron todas estas cosas.

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 34,1
Parece, a primera vista, que tiene un sentido general lo que acaba de decir; sin embargo, no lo dijo de todos, sino solamente de aquellos de que habló antes. Es como si dijera: Si vosotros sufrís oyendo los ultrajes, tened presente que bien pronto quedaréis libres de toda sospecha: Os llamarán adivinos y magos y seductores; pero esperad un poco y veréis como, cuando la misma realidad de las cosas os declare bienhechores y atiendan ellos a la verdad de las cosas y no a las habladurías de los hombres, os proclaman ellos mismos salvadores de todo el género humano.

Remigio
Opinan algunos que prometió el Señor a sus discípulos por estas palabras que revelarían ellos todos los misterios ocultos por el velo de la letra de la Ley. Por eso dice el Apóstol: "Cuando se hubieren convertido al Señor, entonces se quitará el velo" (2Co_3:16), cuyo sentido es: ¿por qué debéis temer a vuestros perseguidores, vosotros que habéis sido elevados tal dignidad, que por vosotros hayan sido puestos de manifiesto los misterios de la Ley y de los Profetas?

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 34,2
Después que les quitó el miedo y les hizo superiores a los oprobios, les habla en tiempo oportuno de la libertad de la predicación, diciéndoles: "Lo que os digo en las tinieblas".

San Hilario, in Matthaeum, 10
No hemos oído que el Señor acostumbrase a predicar o a enseñar por la noche, sino que dice esto porque para los hombres carnales sus palabras eran tinieblas y para los infieles noche. Y así dijo que debía El ser anunciado con la libertad de la fe y de la predicación.

Remigio
El sentido, pues, es el siguiente: "Lo que os digo en las tinieblas", esto es, entre los judíos incrédulos, "decidlo vosotros a la luz", esto es, predicadlo a los fieles: "Y lo que habéis escuchado al oído", esto es, lo que os he dicho en secreto, "predicadlo sobre los techos", esto es, públicamente y delante de todos; solemos decir muchas veces: Le habla al oído, esto es: en secreto.

Rábano
Sin duda cuando dijo: "Predicad sobre los techos", habla según la costumbre de la provincia de Palestina, donde se habitan los techos, porque no están terminados en punta, sino en una superficie plana. Será, pues, predicado en los techos lo que deba decirse delante de todos los oyentes.

Glosa
O de otra manera: "Lo que os digo en las tinieblas", esto es, cuando aun estáis en el temor carnal, "decidlo en la luz", esto es, en la confianza de la verdad cuando fuereis iluminados por el Espíritu Santo. "Y lo que oísteis al oído", esto es, percibisteis con sólo el oído, "predicadlo" completándolo con vuestras obras, estando sobre los techos, esto es, en vuestros cuerpos, que son el domicilio de las almas.

San Jerónimo
O también: "Lo que os digo en las tinieblas decidlo a la luz", esto es, lo que oísteis en el misterio, predicadlo con más claridad: "Y lo que oísteis al oído predicadlo sobre los techos", esto es, lo que Yo os enseñé en una pequeña aldea de Judea, decidlo sin temor en todas las ciudades del mundo entero.

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 34,2
Así como cuando decía: "El que cree en Mí hará las obras que Yo hago y las hará mayores que éstas" (Jua_14:12), también aquí muestra de que manera todo es obrado a través de ellos más que por sí mismos, como dice: "Yo di el principio; pero más aun, quiero culminarlo a través de vosotros"; pues esto no sólo concierne al que manda, sino también a los que enseñen y prediquen porque triunfarán sobre todo.

San Hilario, in Matthaeum, 10
Debemos sembrar constantemente el conocimiento de Dios y revelar con la luz de la predicación el secreto profundo de la doctrina del Evangelio, sin temor de aquellos que sólo tienen poder sobre los cuerpos, mas nada pueden sobre el espíritu; por eso se dice: "Y no temáis a aquellos que matan el cuerpo y al alma no pueden matar".

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 34,2
Mirad el modo de que se valió para hacerlos superiores a todos: aconsejándoles a despreciar por temor a Dios, no solamente las preocupaciones y las calumnias y los peligros, sino lo que es aun más terrible que todo esto, hasta a la misma muerte; por eso añade: "Sino temed más bien a aquel que puede arrojar al infierno vuestro cuerpo y vuestra alma".

San Jerónimo
No se encuentra en los libros antiguos la palabra gehenna y el Salvador es el primero que la emplea: indaguemos ahora a qué da motivo esta nueva palabra. Muchas veces hemos leído que el ídolo Baal estuvo cerca de Jerusalén, en la base del monte Moria, de donde brota la fuente Siloé. Este valle y pequeña planicie, regada y cubierta de árboles, era sumamente deliciosa y contenía un bosque consagrado al ídolo. El pueblo de Israel llegó a tal grado de locura, que abandonó los templos inmediatos para ofrecer en él los sacrificios, olvidar las ideas severas de la religión y quemar a sus hijos delante del demonio. Llamábase el bosque Gehennón, esto es, valle del hijo de Ennón. Este nombre está sumamente repetido en los libros de los Reyes, en las Crónicas y en Jeremías y Dios los amenaza con llenar ese lugar de cadáveres, para que no volviera a llamarse Tophet y Baal, sino Polyandrium, esto es, tumba de los muertos. Con este nombre son designados los futuros suplicios y las penas eternas de los pecadores.

San Agustín, de civitate Dei, 13,2
No se verificará esto antes que el alma esté unida al cuerpo con una unión de que jamás se separará y sin embargo, aun entonces se llama propiamente muerte del alma, porque no vive de Dios y muerte del cuerpo, porque aunque no deja de sentir el hombre en su última condenación, sin embargo, como este sentimiento no le proporciona ninguna dulzura ni tranquilidad alguna, sino el dolor de la pena, merece con muchísima razón que se le dé el nombre de muerte.

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 34,2
Observad además que no les promete librarlos de la muerte, sino que les aconseja el despreciarla, que es mucho más que el librarlos de la muerte y que les insinúa el dogma de la inmortalidad.
 
Mateo 10:29-31 

"¿Por ventura no se venden dos pájaros en un cuarto, y sin embargo, no cae ninguno de ellos sobre la tierra sin el consentimiento de vuestro Padre? También todos los cabellos de vuestra cabeza están contados. No temáis, porque vosotros sois mejores que muchos pájaros". (vv. 29-31)

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 34,2
Después de haberles quitado el miedo a la muerte, a fin de que no creyeran los Apóstoles, si morían, que Dios les había abandonado, insiste de nuevo en su sermón sobre la providencia de Dios, diciendo: "¿Por ventura no son vendidos dos pájaros en un cuarto y ninguno de ellos cae sin el consentimiento de vuestro Padre?"

San Jerónimo
El sentido es éste: si los pequeños animales no perecen sin el consentimiento de su Autor, que es Dios y la Providencia se extiende a todos y si lo que es en sí perecedero no perece sin la voluntad de Dios, vosotros, que sois eternos, no debéis temer que Dios abandone vuestra vida.

San Hilario, in Matthaeum, 10
En sentido místico lo que se vende es el alma y el cuerpo y a quien se vende es al pecado. Los dos pájaros que se venden por un cuarto son aquellos que, nacidos para volar y remontarse al cielo en las alas de la gracia, se venden ellos mismos por un miserable pecado. Presos ellos por el placer de las cosas presentes y vendidos a la vanidad del siglo, quedan prostituidos con semejante proceder. Es voluntad de Dios que el uno vuele más que el otro; pero la ley que Dios ha dado al otro le hace caer en tierra. Si los dos volaran igualmente, los dos serían uno solo y los dos formarían un solo cuerpo espiritual; pero vendidos el uno y el otro al pecado, el alma se hace terrenal al contacto del mal y entonces es cuando uno de ellos es arrojado en tierra.

San Jerónimo
Las palabras: "Y vuestros cabellos están contados", nos manifiestan la inmensa providencia de Dios para con el hombre y nos marcan el inefable amor para con él, puesto que tan perfectamente sabe todas nuestras cosas.

San Hilario, in Matthaeum, 10
Pues es diligente el considerar en algo el número.

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 34,2
Dijo esto, no porque El hubiese contado los cabellos, sino para expresar su exquisito conocimiento y su mucha providencia sobre todas las cosas.

San Jerónimo
Los que niegan la resurrección se burlan de la interpretación que da la Iglesia a este pasaje, como si nosotros dijéramos que todos los cabellos están contados y que todos los que hubieren sido cortados por la tijera tenían que resucitar, siendo así que no dijo el Salvador: "Todos vuestros cabellos serán salvados", sino "están contados". El número da a entender solamente que Dios conoce el número de nuestros cabellos, mas no que El los conservará todos.

San Agustín, ult., de civitate Dei, 22,19
Aunque se pueda preguntar si efectivamente los cabellos que se cortan vuelven otra vez al mismo sujeto; si esto fuera así, ¿quién no se espantaría de semejante monstruosidad? Entiendo que nada del cuerpo ha de perderse hasta el punto de quedar en él algo deforme. Se comprende también que lo que había de añadirse a su volumen, ocasionando enorme deformidad, no se añadirá en aquellos lugares en que con ellos se afeara la belleza de los miembros. Como si se hiciera un vaso de barro y reducido de nuevo al mismo barro, se hiciera de nuevo otro igual; no sería necesario que la parte del polvo que había estado en el asa tornara al asa y la que había formado el fodo tornara a formar el fondo, con tal de que todo volviera al todo, es decir, que todo aquel barro, sin pérdida de parte alguna, tornara a todo el vaso. Por eso los cabellos, tantas veces cortados, no volverán a sus lugares respectivos si hubieran de volver produciendo alguna deformidad; aunque no se perderán para nadie en la resurrección, porque serán cambiados con la mutabilidad de la materia en la misma carne. Tendrán en ella el lugar del cuerpo, conservando siempre la conveniencia de las partes. Y esto contando con lo que dice el Señor: "No perecerá un cabello de vuestra cabeza" (Luc_21:18), puede entenderse con más propiedad de la longitud que del número de los cabellos. Así también se dice: "Hasta los pelos de vuestra cabeza están contados".

San Hilario, in Matthaeum, 10
No parece digno de Dios el contar lo que ha de perecer; pero para que supiéramos que nada en nosotros ha de perecer, nos dice que nuestros mismos cabellos cortados están contados. No debemos tener miedo a las desgracias de nuestros cuerpos, según aquellas palabras: "No temáis, pues sois vosotros mejores que muchos pájaros".

San Jerónimo
El sentido de lo que precede está más manifiesto en estas palabras: "No debéis temer a los que matan al cuerpo", porque ¿si hasta los animales más pequeños no mueren sin la previsión de Dios, cuánto más el hombre que haya sido revestido de la dignidad apostólica?

San Hilario
Cuando dice que El los prefiere a muchos pájaros, da a entender que prefiere a los elegidos a la multitud de infieles, porque éstos han caído sobre la tierra y aquellos volarán al cielo.

Remigio
En sentido místico Cristo es la cabeza y los Apóstoles los cabellos y por eso se dice con razón que están contados, porque están escritos sus nombres en el cielo.
 
Mateo 10:32-33 

"A todo el que me confesare, pues, delante de los hombres, también le confesaré Yo delante de mi Padre, que está en los cielos; y al que me negare delante de los hombres, también le negaré Yo delante de mi Padre, que está en los cielos". (vv. 32-33)

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 34,3
Después de disipar el Señor el temor que tanto angustiaba el alma de sus discípulos, vuelve de nuevo a darles fuerzas con las cosas que han de conseguir; no solamente les desvanece todo temor, sino que los eleva, con la seguridad de mayores recompensas, en la libertad de predicar la verdad, diciendo: "A todo el que me confesare delante de los hombres, confesaré Yo también delante de mi Padre, que está en los cielos".

San Hilario, in Matthaeum, 10
Esta es la conclusión de lo que precede: el que estuviere firme en esta doctrina debe tener la constancia de confesar libremente a Dios.

Remigio
Esta confesión es aquella de que habla el Apóstol: "Se cree con el corazón para la justicia y se confiesa con la boca para la salvación" (Rom_10:10). A fin, pues, de que nadie tenga la idea de que sin la confesión de boca puede uno salvarse, no solamente dice: "El que me confesare", sino que añade: "Delante de los hombres" y vuelve a insistir: "Y al que me negare delante de los hombres, también negaré Yo delante de mi Padre, que está en los cielos".

San Hilario, in Matthaeum, 10
En estas palabras nos declara que de la manera que nosotros fuéremos testigos de su nombre delante de los hombres, de esa misma manera nos servirá su testimonio delante de Dios Padre.

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 34,3
Debe considerarse aquí que la pena sobreabunda en el castigo y el bien en la recompensa, que es como si dijera: "¿Sobreabundasteis primero confesándome o negándome aquí?" También Yo sobreabundo infaliblemente dándoos mayores bienes, porque Yo os confesaré o negaré allí. Por esta razón no os debéis preocupar si hiciéreis algún bien y no recibiéreis la recompensa, porque esta recompensa os espera con creces en el tiempo venidero y no despreciéis el castigo si hiciéreis alguna cosa mala y no fuéreis castigados aquí, porque os espera allí el castigo, a no ser que mudéis de conducta y os hagáis mejores.

Rábano
Es preciso saber que hasta los mismos paganos no pueden negar la existencia de Dios; pero pueden los infieles negar que Dios sea Padre e Hijo. Luego el Hijo confesará a alguno delante del Padre, porque por el mismo Hijo tendrá entrada al Padre y porque el Hijo dice: "Venid los bendecidos de mi Padre" (Mat_25:34).

Remigio
Y negará al que le niegue a El, porque no tendrá por El mismo entrada para con el Padre y será rechazado de la presencia de su divinidad y de la del Padre.

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 34,3
Y no solamente exige la confesión mental, sino también la oral, a fin de que nos anime a una intrépida predicación y a un amor más grande, haciéndonos superiores a nosotros mismos. Y no solamente se dirigen estas palabras a los Apóstoles, sino a todos los hombres en general, porque, no sólo a los Apóstoles, sino también a sus discípulos les da la fortaleza. Y el que observa esto ahora, no sólo tendrá la gracia de hablar en público, sino que tendrá también la de convencer con facilidad a un gran número, porque por la obediencia a su palabra ha hecho de muchos hombres apóstoles.

Rábano
O bien: confiesa a Jesús con aquella fe que viene del amor, todo el que observa sus mandamientos y la niega el que no obedece sus preceptos.

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