jueves, 15 de julio de 2010

Encuentro del 13 de Julio de 2010 - Virtudes Teologales: Caridad - Obras

En el encuentro del martes, nos centramos en el tema de la Fe y las obras, y si faltan éstas últimas la Fe es cosa muerta.

Aquí el Apóstol  Santiago nos aclara "El hombre no es justificado por la Fe sino también por las Obras" (St. 2, 14-24)

Se llaman virtudes teologales a los hábitos que Diosinfunde en la inteligencia y en la voluntad del hombre para ordenar sus acciones a Dios mismo. Tradicionalmente se cuentan tres: laFe, la Esperanza y la Caridad.

La Caridad es Amar a Dios por sobre todas las cosas por Él mismo, y amar al prójimo como a nosotros mismos por amor a Dios.

El CEC-2447 Establece que las obras de misericordia son acciones caritativas mediante las cuales socorremos a nuestro prójimo en las necesidades corporales y espirituales. Son obras espirituales de misericordia: instruir, aconsejar, consolar, confortar, perdonar, sufrir con paciencia, etc; y son obras de misericordia corporal (que sirven de testimonio): dar de comer, dar techo, vestido, visitar enfermos, presos, enterrar muertos, dar lismosna, etc.


Hay que purificar la voluntad por la caridad, por la cual las obras hechas en fe son vivas y tienen gran valor, y sin ella no valen nada. (Subida al Monte Carmelo 3,16,1.)

Debemos obrar con sinceridad, nuestras accciones deben estar de acuardo con nuestra Fe.


...porque la Fe, si no se le añade la Esperanza y la Caridad, ni une perfectamente con Cristo, ni hace miembro vivo de Su Cuerpo. por cuya razón se dice con toda verdad que la Fe sin obras está muerta y ociosa. (Denzinger 1531)

En la encíclia Quadragesimo Anno se nos recuerda la importancia social que tiene la caridad con obras, dice el Papa Pio XI "que es muy lamentable que se llamen católicos aquellos que además de oprimir obreros, apenas se acuerdan de la sublime Ley de Justicia y Caridad. Pues no sólo no nos esta mandado "dar a cada uno lo que le pertenece" sino también socorrer a nuestros hermanos necesitados como a Cristo mismo.

Benedicto XVI, el 22 de abril de 2007 pronunció las siguientes palabras "La maduración personal, animada por la caridad eclesial, permite crecer en el discernimiento comunitario, es decir, en la capacidad de interpretar el tiempo presente a la luz del Evangelio, para responder al llamado del Señor. Os exhorto a progresar en el testimonio personal y comunitario del Amor con obras. El servicio de caridad, que con razón concebís siempre unido al anuncio de la Palabra y a la celebración de los Sacramentos, os llama y a la vez os estimula a estar atento a las necesidades materiales y espirituales de los hermanos.

El 28 de junio de 2009, nuestro Pontífice, expresó que para los cristianos la Verdad y la Caridad van juntas. La caridad es la prueba de la verdad. Siempre deberíamos regularnos según este criterio: Que la verdad se transforme en caridad y la caridad nos lleve a la verdad.

Por último, el 6 de septiembre de 2009, manifestó que la primer forma de caridad es precisamente la oración.

Finalizamos el encuentro con la Epístola de Santiago que dice:

14 ¿De qué le sirve a uno, hermanos míos, decir que tiene fe, si no tiene obras? ¿Acaso esa fe puede salvarlo? 15 ¿De qué sirve si uno de ustedes, al ver a un hermano o una hermana desnudos o sin el alimento necesario, 16 les dice: «Vayan en paz, caliéntense y coman», y no les da lo que necesitan para su cuerpo? 17 Lo mismo pasa con la fe: si no va acompañada de las obras, está completamente muerta.
 18 Sin embargo, alguien puede objetar: «Uno tiene la fe y otro, las obras». A ese habría que responderle: «Muéstrame, si puedes, tu fe sin las obras. Yo, en cambio, por medio de las obras, te demostraré mi fe». 19 ¿Tú crees que hay un solo Dios? Haces bien. Los demonios también creen, y sin embargo, tiemblan. 20 ¿Quieres convencerte, hombre insensato, de que la fe sin obras es estéril? 21 ¿Acaso nuestro padre Abraham no fue justificado por las obras, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? 22 ¿Ves cómo la fe no estaba separada de las obras, y por las obras alcanzó su perfección? 23 Así se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó en Dios y esto le fue tenido en cuenta para su justificación, y fue llamado amigo de Dios.
 24 Como ven, el hombre no es justificado sólo por la fe, sino también por las obras. 25 ¿Acaso Rahab, la prostituta, no fue justificada por las obras, cuando recibió a los mensajeros y les hizo tomar otro camino? 26 De la misma manera que un cuerpo sin alma está muerto, así está muerta la fe sin las obras. (Santiago 2, 14-24)

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