miércoles, 16 de junio de 2010

Encuentro del 15 de junio de 2010 - Comunicación en los tiempos de las nuevas tecnologías

En el encuentro del martes hablamos sobre nuestras experiencias con las nuevas tecnologías, sobre como impactan en nuestra comunicaciones con nuestros amigos y prójimos, Luego reflexionamos en base a los dos textos que a continuación se transcriben y por último vimos unos videos de Su Santidad Benedicto XVI comentandonos los beneficios de las nuevas tecnologías para el conocimiento de la Verdad, y para realizar la Evangelización. Se nos habla del mundo virtual, del mundo digital como si ello sólo fuera una ilusión, los católicos debemos saber que si bien los medios son virtuales, la comunicación y los mensajes son reales, y tienen la potencialidad de transformar la realidad, por lo que debemos actuar con prudencia y responsabilidad, y como instrumento de evangelización en éste tercer milenio



Evangelio y cultura informática
Autor: Juan Pablo II
El anuncio del Evangelio en la actual cultura informática
Mensaje de S.S. Juan Pablo II para la XXIV Jornada mundial de las Comunicaciones Sociales, 27 de mayo de 1990
Hermanos y hermanas, queridos amigos:
En una de sus plegarias eucarísticas, la Iglesia se dirige a Dios con estas palabras: 'A imagen tuya creaste al hombre y le encomendaste el universo entero, para que, sirviéndote sólo a ti, su Creador, dominara todo lo creado' (Plegaria eucarística IV).
Para el hombre y la mujer así creados y enviados por Dios, cualquier día de trabajo tiene un sentido grande y maravilloso. Las ideas, actividades y empresas de cada persona, por muy ordinarias que sean, sirven al Creador para renovar el mundo, llevarlo a su salvación, hacer de él un instrumento más perfecto de la gloria divina.
Hace casi veinticinco años, los Padres del Concilio Vaticano II, al reflexionar acerca de la Iglesia en el mundo moderno, manifestaron que los hombres y las mujeres, por los servicios prestados a su familia y a la sociedad en sus quehaceres ordinarios, con razón pueden pensar que con su trabajo 'desarrollan la obra del Creador... y contribuyen de modo personal a que se cumplan los planes de Dios en la historia' (Gaudium et spes, 34).
Cuando los Padres del Concilio estaban dirigiendo su mirada hacia el futuro e intentaban discernir el contexto en el que la Iglesia estaría llamada a llevar a cabo su misión, pudieron ver claramente que el progreso y la tecnología ya estaban
'transformando la faz de la tierra' e incluso que ya se estaba llegando a la conquista del espacio (cf. Gaudium et spes,5).
Reconocieron, especialmente, que los desarrollos de la tecnología de las comunicaciones con toda probabilidad iban a provocar reacciones en cadena de consecuencias imprevisibles.
Lejos de insinuar que la Iglesia tendría que quedarse al margen o intentar aislarse de la riada de esos acontecimientos, los Padres del Concilio vieron que la Iglesia tenía que estar dentro del mismo progreso humano, compartiendo las experiencias de la humanidad e intentando entenderlas e interpretarlas a la luz de la fe.
Era a los fieles de Dios a quienes correspondía hacer un uso creativo de los descubrimientos y nuevas tecnologías en beneficio de la humanidad y en cumplimiento del plan de Dios sobre el mundo.
Ese reconocimiento de la rapidez de los cambios y esa disponibilidad ante los nuevos desarrollos resultaron muy acertados en el curso de los años siguientes, ya que continuó la aceleración del ritmo de los cambios y del desarrollo.
Hoy en día, por ejemplo, ya a nadie se le ocurriría pensar en la comunicaciones sociales o hablar de las mismas como de simples instrumentos o tecnologías.
Más bien, ahora las consideran como parte integrante de una cultura aún inacabada cuyas plenas implicaciones todavía no se entienden perfectamente y cuyas potencialidades por el momento se han explotado sólo parcialmente.
Aquí, pues, encontramos las bases de nuestra reflexión para esta XXIV Jornada mundial de las Comunicaciones Sociales. Cada día que pasa va cobrando mayor realidad la visión de años anteriores, aquella visión que anticipó la posibilidad de un diálogo real entre pueblos muy alejados los unos de los otros, de una repartición a escala mundial de ideas y aspiraciones, de un crecimiento en la comprensión y el conocimiento mutuos, de un robustecimiento de la hermandad más allá de barreras hasta ahora insuperables (cf. Communio et progressio, 181-182).
Con la llegada de las telecomunicaciones informáticas y de los sistemas de participación informática, a la Iglesia se le ofrecen nuevos medios para llevar a cabo su misión. Métodos para facilitar la comunicación y el diálogo entre sus propios miembros pueden fortalecer los vínculos de unidad entre los mismos.
El acceso inmediato a la información le da a la Iglesia la posibilidad de ahondar en su diálogo con el mundo contemporáneo. En el marco de la nueva 'cultura informática', la Iglesia tiene más facilidades para informar al mundo
acerca de sus creencias y explicar los motivos de sus posturas sobre cualquier problema o acontecimiento concretos.
También puede escuchar con más claridad la voz de la opinión pública y estar en el centro de una discusión continua con el mundo, comprometiéndose así a sí misma más inmediatamente en la búsqueda común por resolver los problemas más urgentes de la humanidad (cf. Communio et progressio, 144 ss.).
Está claro que la Iglesia tiene que utilizar los nuevos recursos facilitados por la investigación humana en la tecnología de computadoras y satélites para su cada vez más urgente tarea de evangelización. Su mensaje más vital y urgente se refiere al conocimiento de Cristo y al camino de salvación que Él propone.
Eso es algo que la Iglesia tiene que poner a disposición de las personas de cualquier edad, invitándolas a abrazar el Evangelio por amor, y ello sin olvidar que 'la verdad no se impone de otra manera que por la fuerza de la misma verdad, que penetra suave y a la vez fuertemente en las almas' (Dignitatis humanae, 1).
La sabiduría y perspicacia del pasado nos enseñan que Dios 'habló según los tipos de cultura propios de cada época.
De igual manera, la Iglesia, al vivir durante el transcurso de la historia en variedad de circunstancias, ha empleado los hallazgos de las diversas culturas para difundir y explicar el mensaje de Cristo en su predicación' (Gaudium et spes,58).
'El primer anuncio, la catequesis o el ulterior ahondamiento de la fe, no pueden prescindir de (los) medios (de comunicación social)... La Iglesia se sentiría culpable ante Dios si no empleara esos poderosos medios, que la
inteligencia humana perfecciona cada vez más. Con ellos la Iglesia ́pregona desde los terrados ́ (cf. Mt 10,27; Lc 12,3) el mensaje del que es depositaria' (Evangelii nuntiandi, 45).
Sin duda, tenemos que estar agradecidos por la nueva tecnología que nos permite almacenar información en amplias memorias artificiales creadas por el hombre, facilitándonos así un acceso extenso e instantáneo al conocimiento que es nuestra herencia humana, a la enseñanza y tradición de la Iglesia, a las palabras de la Sagrada Escritura, a los consejos de los grandes maestros de espiritualidad, a la historia y tradiciones de las Iglesias locales, órdenes religiosas e institutos seculares, así como a las ideas y experiencias de los precursores e innovadores cuya intuición lleva un testimonio constante de la fiel presencia en nuestro medio de un Padre amoroso que saca de sus arcas lo nuevo y lo viejo (cf. Mt 13,52).
Los jóvenes, muy especialmente, se adaptan de buen grado a la cultura informática y a su 'lenguaje'. Y ello es, desde luego, un motivo de satisfacción. Tenemos que fiarnos de los jóvenes (cf. Communio et progressio, 70).
Han tenido la ventaja de crecer junto con los nuevos desarrollos, y les corresponderá a ellos utilizar esos nuevos instrumentos para un diálogo más amplio e intenso entre todas las diversas razas y categorías que comparten este planeta, 'cada vez más pequeño'.
También será suya la tarea de buscar modos de utilizar los nuevos sistemas de conservación e intercambio de datos para contribuir a la promoción de una mayor justicia universal, de un mayor respeto a los derechos humanos, de un sano desarrollo para todos los individuos y pueblos, y de las libertades que son esenciales para una vida plenamente
humana.
Sea cual sea nuestra edad, tenemos que afrontar el desafío de los descubrimientos y nuevas tecnologías, aplicándoles
una visión moral basada en nuestra fe, en nuestro respeto a la persona humana y en nuestro empeño por transformar
el mundo según el plan de Dios.
En esta Jornada mundial de las Comunicaciones Sociales, oremos por ver una utilización sabia de las potencialidades de esta 'edad informática', con el fin de servir a la vocación humana y trascendente de cada ser humano, y así glorificar al Padre de quien viene todo bien.


Vaticano, 24 de enero de 1990.




Las nuevas tecnologías no favorecen siempre las relaciones personales
Autor: Radio Vaticano
Lunes, 10 abr (RV).- Los medios de comunicación no siempre impulsan el diálogo entre los hombres y con Dios. Es necesario cultivar la amistad con Jesús y los Sacramentos, para ser la nueva generación de apóstoles capaces de responder a los desafíos de nuestro tiempo y difundir el Evangelio por doquier. Esta ha sido la exhortación de Benedicto XVI esta mañana a miles de participantes en el UNIV 2006.
Sólo gracias a la amistad con Jesucristo - el mejor amigo que nunca defrauda - es posible encontrar la fuerza necesaria para «ofrecer a los hermanos afecto humano y caridad sobrenatural, en un espíritu de servicio que se manifiesta sobre todo en la comprensión». Lo ha recordado Benedicto XVI en su bienvenida a los participantes en el Encuentro Internacional UNIV 2006. Encuentros que han llegado este año al número 39 y que nacieron, gracias a san José María Escrivá, fundador del Opus Dei, en 1968. Desde entonces, sus participantes que acuden a Roma durante la Semana Santa, han sido recibidos por los Siervos de Dios Pablo VI y Juan Pablo II y, hoy, por Benedicto XVI.
En esta cita con Benedicto XVI, la primera de su Pontificado, han participado unos tres mil quinientos alumnos y docentes provenientes de más de doscientas universidades de todo el mundo, encabezados por el prelado de la
Prelatura del Opus Dei, Mons. Javier Echevarría Rodríguez. En su discurso, evocando su Mensaje para la Jornada Mundial de la Juventud de este año, el Papa ha reiterado la importancia de cultivar la amistad con Jesús para
responder a los desafíos de nuestro tiempo:
«Si cultiváis la amistad con Jesús, recibiendo asiduamente los Sacramentos, en especial los de la Penitencia y de la Eucaristía, podréis ser la nueva generación de apóstoles, enraizados en la Palabra de Cristo, capaces de responder a los desafíos de nuestro tiempo y dispuestos a difundir el Evangelio por doquier».
Tras destacar que la tradición de transcurrir la Semana Santa en Roma, corazón del mundo cristiano, les ofrece la oportunidad de vivir intensamente el misterio pascual y de «encontrar más íntimamente a Cristo», contemplando su pasión, muerte y resurrección», el Santo Padre ha insistido en la aventura extraordinaria que se vive en el encuentro personal con el Maestro divino que nos llama amigos. Refiriéndose luego a la importancia del tema elegido para este UNIV 2006 - «Proyectar la cultura: el lenguaje de los medios de comunicación» - Benedicto XVI ha lamentado que estos mismos medios no siempre impulsan el diálogo entre las personas y la relación con Dios: «Lamentablemente tenemos que constatar que no siempre en nuestro tiempo las nuevas tecnologías y los medios de comunicación favorecen las relaciones personales, el diálogo sincero y la amistad entre las personas. No siempre ayudan a cultivar la interioridad de la relación con Dios».
Reiterando asimismo lo que dijo en Colonia, el pasado mes de agosto, Benedicto XVI ha recordado una vez más que el que descubre a Cristo se siente impulsado a comunicar su gran alegría a todos. «Ésta es la tarea a la que os llama el Señor, éste el apostolado de la amistad, que san José María, Fundador del Opus Dei, describe como ‘amistad personal’ abnegada, sincera... a la que está llamado todo cristiano», ha recordado el Papa, implorando luego el amparo de la Virgen María sobre todos.




Para discernir utilizamos Jer 1, 4 -10

4 La palabra del Señor llegó a mí en estos términos:
5 "Antes de formarte en el vientre materno, yo te conocía;
antes de que salieras del seno, yo te había consagrado,
te había constituido profeta para las naciones".
6 Yo respondí:
"¡Ah, Señor! Mira que no sé hablar,
porque soy demasiado joven".

7 El Señor me dijo:
"No digas: ‘Soy demasiado joven’,
porque tú irás adonde yo te envíe
y dirás todo lo que yo te ordene.

8 No temas delante de ellos,
porque yo estoy contigo para librarte
–oráculo del Señor–".

9 El Señor extendió su mano,
tocó mi boca y me dijo:
"Yo pongo mis palabras en tu boca.

10 Yo te establezco en este día
sobre las naciones y sobre los reinos,
para arrancar y derribar,
para perder y demoler,
para edificar y plantar".



Y el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Mateo
La misión universal de los Apóstoles

18 Acercándose, Jesús les dijo: "Yo he recibido todo poder en el cielo y en la tierra.

19 Vayan, entonces, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, 20 y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Y yo estoy con ustedes hasta el fin del mundo".


 

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