San Malaquías nació en el año 1094, en Armagh, Irlanda. Durante una
visita a Roma, tuvo una visión sobre todos los papas que conducirían la
Iglesia Católica. Malaquías volcó sus visiones a un manuscrito, donde
catalogó a 112 papas. Los últimos cinco, Flos Florum, De Medietate
Lunae, De Labore Solis, Gloria Olivae y Petrus Romanus, son fácilmente
identificados con los últimos cinco papas que han de conducir la Iglesia
Católica.
Según la profecía, el último papa será Pedro el Romano (Petrus
Romanus).
“En la última persecución de la Santa Iglesia, ocupará el
trono Pedro el Romano, que hará pastar a sus ovejas en medio de
numerosas tribulaciones; pasadas estas tribulaciones, la ciudad de las
siete colinas será destruida y el juez terrible juzgará al pueblo”.
La parte del Tercer Secreto revelado por el Vaticano en el año 2000 es una visión del Santo Padre que “atravesó una gran ciudad en medio de ruinas ”, quien luego “fue
muerto por un grupo de soldados que le dispararon varios tiros de arma
de fuego y flechas y del mismo modo murieron unos tras otros los Obispos
sacerdotes, religiosos y religiosas y diversas personas seglares,
hombres y mujeres de diversas clases y posiciones”. Antes en la misma visión, sor Lucía dice también ver a alguien que identificaba como “a un Obispo vestido de Blanco “. Es interesante advertir que no se refiere al obispo de blanco como al Santo Padre, sino que dice: “hemos tenido el presentimiento de que fuera el Santo Padre ”.
Nótese como inicia el Papa Francisco I su pontificado:
Hermanos y hermanas, ¡Buenas noches!
Ustedes saben que el deber del Cónclave es dar un obispo a Roma. Parece que mis hermanos los Cardenales han querido buscarme hasta el fin del mundo... pero estamos aquí. Gracias por la hospitalidad. ¡La comunidad diocesana de Roma ya tiene su propio obispo, gracias!
En primer lugar, tengo una oración por nuestro obispo emérito, Benedicto XVI. Oremos por él, porque el Señor lo bendiga y la Virgen le atienda.
[El Papa reza con los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro el Padre Nuestro el Ave María y Gloria al Padre]
Y ahora, vamos a empezar por aquí: el obispo y el pueblo. Este camino de la Iglesia de Roma, que es el que preside en la caridad todas las iglesias. Un camino de la fraternidad, del amor, de confianza entre nosotros.
Por favor, siempre para nosotros: el uno para el otro. Oramos para el mundo, porque hay una gran hermandad. Espero que este camino de la Iglesia, que comienza hoy y en el que me ayudará mi Cardenal Vicario, aquí presente, resulte fecundo para la evangelización de esta ciudad es tan hermosa!
Y ahora me gustaría dar la bendición, pero primero-primero, te pido un favor: antes de que el obispo bendiga al pueblo, les pido que oren al Señor que me bendiga: la oración del pueblo, pidiendo una bendición por su obispo. Hacemos esta oración en el silencio.
[...]
Ahora daros la bendición a vosotros y al mundo entero, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad.
[Bendición]
Hermanos y hermanas, os dejo. Gracias por tanta hospitalidad. ¡Rogad por mí y hasta pronto! Nos vemos pronto: mañana me voy a rezar a María para que guarde Roma. ¡Buenas noches y buen descanso!
(Primer discurso del Sumo Pontífice Francisco I, Roma, 13 de marzo de 2013)
Es curioso observar, como nuestro flamante Sumo Pontífice Francisco I, en su discurso inaugural, se refiere a si mismo como obispo, y las referencias a la ciudad eterna.
Refiere a que el cónclave lo designó como obispo de Roma (sólo uno de los numerosos títulos dados al Papa "
En el Cristianismo, un obispo ( del latín episcopus; en griego ἐπίσκοπος, 'vigilante, inspector, supervisor, superintendente') es un sacerdote que recibe el sacramento del orden sacerdotal en su máximo grado, que es el episcopado. Desde un punto de vista etimológico, el obispo es aquella dignidad
eclesiástica encargada del control y vigilancia del cumplimento de las
leyes de la Iglesia o Derecho canónico en el territorio de su jurisdicción o diócesis.
Nótese en el discurso la ausencia a toda referencia
superior de los Jesuitas se le llama dentro de la Iglesia Católica: el Papa Negro. Y que casualidad que Bergoglio (hoy Francisco I) sea jesuita... aunque que coincidencia ¿no?
1 comentario:
https://www.youtube.com/watch?v=kq01doYbD6g
En este video se explican todas las evidencias para quien quiera entenderlo. San Malaquias fue totalmente certero en sus prediciones. No es cuestion de que nos hagan creer sino como dijo jesus, que salga de nosotros la comprension de las cosas. No puede existir poderes en la iglesia mientras exista una miseria en el mundo provocada por nosotros como el hambre y la falta de agua mientras obispos, cardenales y demas muestran orondas barrigas. Que dios se apiade de ellos en el juicio final...Un abrazos a los corazones puros y almas de luz
Publicar un comentario